Traducido para Rebelión por José Daniel Fierro
La violencia que sacude Túnez desde mediados de diciembre continúa en varias ciudades del centro-oeste del país. El balance provisional de la mayor revuelta de la era de Ben Ali es de al menos 14 muertos según el gobierno, y de más de 20 según fuentes de la oposición.
En el centro-oeste de Túnez, los enfrentamientos se repitieron ayer lunes, 10 de enero, después de más de tres semanas de disturbios desencadenados tras el suicidio de un vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, que se prendió fuego el pasado 17 de diciembre en Sidi Bouzid. Las ciudades de Kasserine, Thala y Regueb continuaron bajo la violencia, mientras unidades antidisturbios de la policía fueron desplegadas en el centro de Túnez capital donde se esperaban nuevas manifestaciones de jóvenes en protesta contra la miseria y el paro.
En Kasserine (290 km al suroeste de la capital), un hombre con múltiples heridas de bala, Abdelbasset Kasmi, murió el lunes por la mañana. Según Sadok Mahmoudi, miembro del Comité ejecutivo de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), Kasmi había ingresado en el hospital el domingo.
Numerosas víctimas
Mahmoudi indicó también que un «gran número» de personas heridas se encontraban en reanimación en el hospital de Kasserine, que se hallaba bajo control del ejército. Según fuentes médicas y sindicales, en el establecimiento hay escasez de sangre para tratar a los heridos.
Frente al edificio del sindicato regional de Kasserine, las protestas continuaron. Numerosas personas se atrincheraron en los locales del sindicato huyendo de los disparos masivos de gases lacrimógenos, indicó Mahmoudi, quien añadió que las ambulancias atravesaban la ciudad en busca de heridos.
Según fuentes sindicales las fuerzas policiales dispararon pelotas de goma en Thala, localidad en duelo por sus fallecidos cercana a Kasserine, mientras que en Regueb la policía dispersó a quienes se manifestaban con ocasión del entierro de los muertos habidos durante el fin de semana. En esta ciudad, según testigos, los casquillos cubrían el suelo.
En cuanto al presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali, denunció en un discurso televisado el lunes «actos terroristas imperdonables perpetrados por granujas enmascarados» en el centro-oeste del país y prometió la creación de 300 mil empleos de ahora a 2012.
Francia se pronuncia al fin
Thala y Kasserine son las ciudades más afectadas por la represión de los disturbios ocurridos durante el fin de semana en Túnez. Hay 14 muertos según el gobierno y al menos 20 según la oposición.
Cabe destacar que Francia, que hasta el momento había mantenido un silencio desconcertante mientras que EEUU había instado a las autoridades tunecinas a respetar «las libertades individuales», por fin se pronunció sobre las revueltas que agitan el país desde mediados de diciembre. «Lamentamos los actos de violencia, que han ocasionado víctimas, y llamamos a la tranquilidad», declaró ayer lunes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Bernard Valero. «La cooperación entre Francia y Túnez, que está firmemente orientada hacia el empleo, continuará en esa línea […] Hoy, la urgencia en Túnez es la calma», insitió.