El presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, ha ordenado un relevo en la cúpula militar del país en un intento desesperado por frenar los motines militares que se extienden, como un reguero de pólvora, por todo el país desde la semana pasada. Primero fue Ouagadougou, la capital, luego Pô, en la frontera con Ghana, el […]
El presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, ha ordenado un relevo en la cúpula militar del país en un intento desesperado por frenar los motines militares que se extienden, como un reguero de pólvora, por todo el país desde la semana pasada. Primero fue Ouagadougou, la capital, luego Pô, en la frontera con Ghana, el domingo Tenkodogo y este lunes Kaya, con la peculiaridad de que la policía se ha unido al ejército en este último enclave.
Todo comenzó el jueves en un cuartel militar situado en el interior del complejo del palacio presidencial, en Ouagadougou, la capital burkinesa. Un grupo de soldados se amotinaron y comenzaron a disparar al aire, lo que provocó la huída del presidente hacia su ciudad natal, Ziniaré, situada a unos 30 kilómetros.
Los soldados, que protestaban por el impago de una prima económica relacionada con el alojamiento, salieron a las calles de la capital y continuaron disparando a diestro y siniestro y se dedicaron al pillaje de tiendas y comercios, así como a cometer abusos contra la población.
Tras el regreso de Compaoré a Ouagadougou y el establecimiento de un toque de queda, el motín se repitió en la ciuda de Pô, cerca de la frontera con Ghana. Las escenas fueron similares, militares disparando por las calles y saqueando establecimientos de venta de productos. Y este domingo fue la ciudad de Tenkodogo, al este de la capital, la que se convirtió en escenario de la revuelta militar.
En Kaya, a donde la protesta llegó el domingo por la noche y el lunes a primera hora, se ha sumado la policía, hecho que ha contrariado al Gobierno. Los manifestantes han quemado la casa de uno de los líderes militares que no se han unido a la protesta.
Ante esta situación, Compaoré ha ordenado un recambio de la cúpula militar del país,en un intento desesperado por ponerle freno.
Los mandos militares que han sido sustituidos por el presidente Compaoré estaban fielmente comprometidos con su gobierno desde que asumió la Presidencia en 1987 tras un golpe de estado contra el anterior presidente, Tomas Sankara.
Los movimientos de protesta contra el régimen de Compaoré se han multiplicado en los últimos dos meses desde que cientos de miles de estudiantes pusieran en jaque al Gobierno con manifestaciones multitudinarias. Luego, las revueltas saltaron a ciertos miembros del Ejército, que comenzaron a rebelarse contra condenas judiciales que afectaban a soldados acusados de violación y asesinato. Ahora, los soldados de la guardia presidencial se alzan contra el impago de una prima y su revuelta se extiende como la pólvora.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=1830