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Luchar contra la crisis es luchar por la República

La senda de la República

Fuentes: Rebelión

[Abril de 2011] En el clima de cierta confusión que se vive, de avances pero también de retrocesos en la lucha por la unidad de acción que todos reclamamos, en la Plataforma de ciudadanos por la República vemos necesario hacer pública, de forma nítida, nuestra posición. Para nosotros el 14 de abril es una fecha […]

[Abril de 2011] En el clima de cierta confusión que se vive, de avances pero también de retrocesos en la lucha por la unidad de acción que todos reclamamos, en la Plataforma de ciudadanos por la República vemos necesario hacer pública, de forma nítida, nuestra posición.

Para nosotros el 14 de abril es una fecha de futuro. Un futuro que se construye día a día con la lucha de millones de personas que desean un mundo mejor y más justo, donde la explotación, la desigualdad y las amenazas a las libertades y los derechos sociales hayan sido vencidos. Ese sueño, posible con el compromiso y la entrega de todos, puede recibir varios nombres, tener diversos acentos. Nosotros lo llamamos república. Una república republicana, donde esté asegurado el bien común, las libertades y los derechos de todos, donde el ciudadano y no el mercado sea el centro de la acción política.

En abril, desde hace muchos años, la bandera tricolor sale de los corazones y llena las calles. Como cada año, este 14 de abril los republicanos marcharemos sobre Madrid una vez más. Lo haremos en variados cortejos y desde diferentes puntos de vista, pero la bandera tricolor se revelará de nuevo como un símbolo común, compartido, bajo el cual encuentran cobijo todas las esperanzas. Podremos lograr comunicados conjuntos o no, exponer graves discursos o no, hacer predominar una voz u otra, pero en todos quienes se reconocen en la esperanza de la República hay algunas cosas claras y ciertas que compartimos y desde las que podemos avanzar juntos hacia la Tercera República. Y es que luchamos…

Por la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas del franquismo

El régimen de la Transición se ha basado en la impunidad del franquismo y ha renunciado, todavía hoy, a situar a este régimen y a sus herederos donde deben estar, ante su responsabilidad por los crímenes del franquismo contra el pueblo español.

Por superar los errores del pasado y luchar juntos hoy para no repetirlos

Los avances que el movimiento por la memoria y por la república que se estaban llevando a cabo y que habían desvelado a la mayoría de la población la existencia de la impunidad, el carácter de ley de punto final de la ley de amnistía o el de cortafuegos de la ley de memoria, se están viendo entorpecidos desde el ámbito de una cierta izquierda que se considera heredera de los que claudicaron en 1977. Quienes deseamos superar los errores del pasado y avanzar juntos desde hoy, nos encontramos con que se nos combate no solamente desde la derecha sino también por personas o grupos que se autoconsideran de izquierda. El empleo del asunto Garzón como pantalla para ocultar las verdaderas contradicciones es un buen ejemplo de ello.

Por reconstruir el espacio político de la izquierda bajo la bandera de la República

La izquierda social y política, representada por los millones de ciudadanos que rechazan y sufren la crisis y las políticas neoliberales de este gobierno del PSOE y de su alter ego, el PP, allí donde gobiernan, está en grave fractura con la izquierda institucional, presente en las Cortes y Ayuntamientos, hasta el punto de haber perdido ésta gran parte de su credibilidad y, por tanto de representación. El cinismo y la perdida de valores que se percibe en las propias filas de la izquierda institucional no están siendo combatidos con la convicción necesaria. Se hace imprescindible hablar claro, denunciar las situaciones abusivas y luchar, juntos, por una reconstrucción sólida, honrada y lo más amplia posible de la izquierda política. Una reconstrucción que consideramos debe hacerse en clave republicana.

Por una República que consagre los derechos de los trabajadores

Los sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT han pasado de pactar derrotas a negociar la rendición final y ofrecen al gobierno y a sus apoyos en la patronal y la Banca, el oxigeno que necesitan para los planes de destrucción del estado social y democrático de derecho que tantos años y sacrificios costaron a millones de trabajadores. Han desactivado los frentes de lucha que se estaban organizando para hacer frente a esta tremenda ofensiva del capital y neutralizado o desoído todas las voces críticas que desde las propias filas sindicales han alertado del peligro. La oportunidad para una resistencia masiva y organizada que representó la Huelga General ha sido rápidamente liquidada al aceptarse el plan de reformas y tragado, en última instancia, con el juego impuesto desde el poder. La lucha por la República exige también reconstruir el espacio sindical con una perspectiva crítica y comprometida con la lucha de los trabajadores, en estos momentos en los que el poder se apresta a aplastar a los sindicatos o a tomarles como rehenes de sus propias contradicciones internas.

Por una República que garantice el bien público

La destrucción sistemática de los servicios públicos, su entrega a contratas privadas o directamente su extinción en algunos casos, está llegando a niveles aterradores que se aceleraran con un hipotético gobierno del PP. El caso de la sanidad, de la educación y la universidad, las comunicaciones, la energía son muy graves y auguran un futuro de retroceso y exclusión social para millones de personas.

Por una República donde se hagan valer los principios democráticos y de solidaridad

La lógica y el discurso de la lucha de clases de los poderosos es el dueño casi absoluto del espacio público sin que con la actual estructura de la propiedad de los media o su gestión haya el menor resquicio para las voces o el pensamiento crítico.

Por una República que garantice nuestra soberanía nacional y sea aliada de los pueblos que luchan por sus libertades

La agresión a Libia y el triste papel del estado español en ese proceso, el apoyo a la dictadura marroquí o a las monarquías integristas y feudales del Golfo, la condena y el abandono a saharauis y palestinos, denotan la sumisión española a la más necia «realpolitik» y a las políticas atlantistas dictadas por Washington. Se hace preciso recuperar nuestra soberanía nacional y luchar por nuestros intereses solidariamente con los pueblos del mundo.

Por una República que ampare los derechos de los pueblos y sea solidaria con todos los ciudadanos.

La crisis y el ascenso, propiciado por los errores del PSOE, de la derecha neoliberal y reaccionaria tiene ya un impacto en la política territorial y autonómica del estado central, siendo cada día más claras las pretensiones de limitar la autonomía y los derechos nacionales dentro del estado español.

Por la unidad de todos los republicanos, en suma, la Plataforma de Ciudadanos por la República, os llama a todos.

La Plataforma es un actor activo en esta lucha, vemos necesaria e imprescindible la unidad, la confluencia de todos los que compartimos cuestiones tan básicas. Pero nuestra posición es realista, no creemos que baste con proclamas o manifiestos, a veces es preciso decir No, y no transigir con las contradicciones o con los sectarismos, con las burocracias o con los que hace ya mucho que se vendieron y trafican con nuestros sueños. Es necesaria la Claridad y la Firmeza. Hay millones de personas que no es que opinen así, sino que sienten así, que sienten íntimamente que es hora de decir basta, que ya estamos hartos, que es preciso hacer algo, que necesitamos unirnos, superar diferencias y plantar cara a a esta situación. Esto es algo que trasciende a partidos y organizaciones, es un verdadero clamor. Las organizaciones sociales, ciudadanas, sindicales, profesionales, sectoriales, de todo tipo que son casi el único frente de respuesta en la batalla ideológica y de poder en la que estamos inmersos no pueden delegar su responsabilidad en otros, la representación política debe estar basada en la representación social; es preciso coordinarse políticamente y dar un paso al frente. ¿cuantos diputados o concejales vemos en las primeras filas de la lucha? Muy pocos. Eso debe acabar.

La República no es una propuesta de partido, sino un régimen al servicio del pueblo y que exige para conseguirla visión de estado, quienes creemos en el bien público podemos y debemos unirnos. Empleamos conscientemente el concepto de pueblo, siguiendo la tradición republicana clásica de distinguir entre éste, «pueblo», y los poderosos, para quienes la palabra «ciudadano» no significa nada. ¿Es posible hacer algo, organizar la resistencia ante eso que los defensores del sistema llaman «tina», -No hay alternativas- ? Por supuesto que sí que las hay y sí que son posibles. Hay caminos, hay futuro, quienes los bloqueen quedaran atrás.

Esto no se va a resolver porque tal o cual fuerza política saque más votos con la deblace hipotética del PSOE o el ascenso del PP, pues sería más el voto de la desesperación por los errores de otros que otra cosa. El problema no cambia por la comparecencia de un candidato distinto en el PSOE o por aumentar algunos votos a su izquierda, si esos votos los reciben candidaturas ajenas a las luchas políticas y sociales comprometidas. Para avanzar en la lucha debemos forjar instrumentos adecuados, contundentes, claros, participativos, donde los candidatos sean fiables y se luche tanto por cambiar las cosas aquí y ahora desde las instituciones, como con la presión y la movilización en la calle. La situación política y social sólo va a empeorar, las agresiones se suceden y no hay atisbos de que el poder esté inquieto por la ridícula actitud de sindicatos o partidos con presencia institucional.

Nuestra conclusión sobre la actuación de la izquierda realmente existente en las instituciones es crítica, que duda cabe, se basa en la cosecha lograda tras tantos años de «democracia» y «transición»: la batalla ideológica perdida por abandono, las víctimas del franquismo en las cunetas, el franquismo, legal en sentencias y viejos tribunales, Miguel Hernández, culpable todavía a manos de un tribunal reconocido, el asesino de las Trece Rosas, un héroe de la transición, un rey escogido por Franco e incapaz de condenar sus crímenes y tener un gesto de piedad o de empatía hacia las víctimas, unos sindicatos que se aprestan a negociar la rendición y renuncian a organizar la resistencia de los trabajadores en la hora del mayor ataque contra sus derechos; estamos ante un retroceso brutal en todos los ordenes, con los servicios públicos privatizados o saqueados, la universidad malbaratada a las empresas y sometida a sectas y especuladores, la iglesia católica dictando al gobierno los límites de su actuación, las pensiones, los salarios, el empleo, todo está en retroceso mientras las grandes empresas se reúnen a placer con el presidente del gobierno y no se ocultan en presentar al rey sus planes para sustituir el estado democrático por la gobernanza corporativa. Frente a todo esto la izquierda institucional -la representada en las instituciones con el voto ciudadano- parece más preocupada por asegurar el control burocrático de su franquicia y seguir cobrándose de las migajas del sistema, que por organizar el gran caudal de rebeldía, de rechazo y, sobre todo, de deseos de hacer frente a todo esto que albergan los corazones de millones de personas.

A las próximas elecciones generales debería presentarse un frente de lucha, de resistencia, lo más amplio posible, que con un programa de choque proponga soluciones de emergencia para hacer frente a la crisis con la dureza y la valentía que la situación requiere.

Por supuesto que en esta hora se necesitan medidas drásticas y difíciles. Es preciso acabar con el fraude fiscal de los poderosos, aumentar los impuestos a las que más ganan y a las empresas, nacionalizar la banca y llevar a los tribunales a los han cometido abusos y crímenes y se creen impunes en razón de su dinero, hacer frente al paro con un gran programa público de empleo que de trabajo y esperanza haciendo frente a las crecientes necesidades sociales de salud, educación y a las generadas por el cambio climático y el ya evidente retroceso del petroleo y la era de las energías baratas.

Se avecinan grandes cambios, los que pueden han votado ya por sacrificar a la mayoría de la población. Necesitamos un gobierno al servicio del pueblo, que asegure su supervivencia y asuma su defensa frente a los despiadados intereses corporativos y oligárquicos. Necesitamos la República. No va a venir. Tendremos que salir a buscarla. Esa lucha exige saber combinar las exigencias del ahora con los proyectos de futuro, necesita generosidad política para todos, renunciar a reproches por agravios pasados y saber buscar un camino de lucha juntos ahora.

La Plataforma de ciudadanos por la República os llama a todos en este 14 de abril, ciudadanos, no importa donde estéis o militéis, cuales sean nuestras diferencias, si os veis reflejados en este manifiesto o en alguno de sus términos os invitamos a contactar con nosotros. Deseamos también apelar a todas las fuerzas políticas organizadas que hacen de la República un objetivo, con los atributos o calificativos que sean, pero en la senda de los que honran cuanto significó en su día aquel 14 de abril de hace tantos años. Sabemos que hay diferencias, las que han impedido candidaturas de unidad republicana y de izquierda en las elecciones autonómicas y municipales. No importa. Los candidatos electos en ellas, por la fuerza que sea, que sean republicanos deben ser convocados a dar el siguiente paso. Todos. Juntos. Por la República.

Para las próximas elecciones generales, esas que tantos temen ya como las de la entrada en el gobierno de una derecha todavía peor y más salvaje que la representada en la práctica por este gobierno vendido a los mercados, se hace cada día más patente la necesidad de acudir a ellas en un gran FRENTE POPULAR REPUBLICANO, llámese así o de cualquier otra forma, que sume y ampare toda la rebeldía y toda la esperanza que entre todos sumamos. Los que consideramos que el capitalismo y el neoliberalismo son una amenaza tanto aquí y ahora para la humanidad -condenan a la miseria y la exclusión hoy, aniquilan el planeta mañana- , que republicanismo y liberalismo son antagónicos, quienes desde las filas comunistas -en todas sus expresiones-, socialistas o ecologistas, quienes en la lucha por la memoria y por la república, por el laicismo, por los derechos sociales, por las luchas de género, por los trabajadores, por la renta básica, o por toda expresión del sueño de que otro mundo es posible, los que así pensamos, debemos hacer un esfuerzo por lograr reconstruir el espacio político de la izquierda. El Frente Popular histórico es una inspiración deseable en esta tarea, reunió a fuerzas muy distintas sobre la base de unos principios básicos -defender la República, el antifascismo, el proyecto transformador- y lo hicieron unidos, con amplitud de miras y generosidad política.

Si el derrumbe del PSOE, o sencillamente, el rechazo a la crisis, conduce de forma indirecta a reforzar a reforzar tendencias que no cuestionan en la práctica el actual estado de cosas y se limitan a administrar franquicias, la resistencia no avanzará. Tendemos nuestra mano a todos los compañeros honrados y decididos que sabemos existen en todas las expresiones políticas de la izquierda a trazar juntos la senda de la república.

Para luchar aquí y ahora

Para construir la República

Para vencer a la crisis y a los que se benefician de ella

Por una vida digna para todos y defender los derechos sociales y políticos

Para organizar la resistencia en las difíciles horas que han de venir

UNIDAD REPUBLICANA Y ANTICAPITALISTA

POR UN FRENTE POPULAR REPUBLICANOs

¡Viva el 14 de Abril! ¡Viva la República!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.