Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Nelson Mandela habría cumplido cien años el pasado 18 de julio. La Sudáfrica actual está llena de contradicciones fruto de las políticas neoliberales, de la corrupción y de los problemas heredados del apartheid y que todavía no se han solucionado.
Esperábamos en Italia a Irvin Jim, el cual ha sido desde 2008 secretario general de NUMSA (siglas en inglés de Sindicato Nacional Metalúrgico de Sudáfrica), el sindicato de los metalúrgicos fundado en 1987 y que representa a unos 400.000 miembros. Una persona acerca de la cual oiremos hablar más en los próximos años: Irvin Jim empezó a trabajar como limpiador en una fábrica en 1991 e inmediatamente se convirtió en un líder sindical que luchaba para garantizar la igualdad de derechos con independencia del puesto de trabajo de una persona. Rápidamente se hizo popular por rechazar aquellos compromisos que pudieran perjudicar a los trabajadores.
Venía a Italia a establecer o consolidar relaciones con la izquierda a consecuencia de la decisión del sindicato de convertirse en catalizador de la formación de un partido político. Se quedó para seguir la difícil situación de los trabajadores en ESKOM, la empresa eléctrica estatal, que está paralizando el país. La empresa está en crisis y propone a los trabajadores un ajuste salarial del 0 %, mientras que la inflación está al 7 % y han subido tanto el IVA como el combustible. Tres sindicatos, NUMSA, NUM (mineros, porque la electricidad se sigue produciendo a partir del carbón) y SOLIDARITY (que en general organiza a trabajadores afrikaner) empezaron las acciones de protesta el 16 de junio y siguieron ralentizando la producción de electricidad debido a lo inadecuado de las promesas subsiguientes; se está racionando la electricidad y todo esto ocurre en medio del invierno del hemisferio sur, con las inevitables consecuencias que ello tiene para los trabajadores y la población en general.
Entrevistamos a Jim e inmediatamente le pedimos que nos aclarara la situación de ESKOM: «La crisis empezó en 1996 con la introducción del marco GEAR (siglas en inglés de Crecimiento [Growth], Empleo [Employment] y Redistribución [Redistribution]), que exigía que el gasto público se mantuviera por debajo del 25 % del PIB, unas políticas neoliberales que sometieron al país al modelo promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y las agencias de calificación. Empezó la privatización de los activos públicos, mientras que se aseguraban de que las empresas que no habían podido privatizar a consecuencia de nuestra resistencia se alejaban de su mandato original». El líder de NUMSA destacó entonces que cuando ESKOM era una empresa totalmente estatal producía electricidad a precios competitivos y garantizaba el suministro de electricidad a zonas del país que hasta entonces habían carecido de él. «El problema empezó cuando ESKOM tomó sus minas de carbón, que se habían creado con el dinero de los contribuyentes, y las entregó al sector privado para que las explotara para ESKOM como contratistas. La codicia del capitalismo, que sistemáticamente sigue a la privatización, provocó que el coste del carbón primario se disparara cada año desde 2008 a 2015 y paralizara la economía. Quienquiera que dirigiera las minas logró un aumento del 300 % del volumen de ventas, con una inflación del 7.4%. La situación se agravó con la entrada de los productores independientes de energía (los llamados IPP [por sus siglas en inglés])». Jim continuó: «Esto se hizo a pesar de las enormes inversiones públicas para construir nuevas centrales eléctricas de carbón en 2009, que costaron a las arcas públicas 250.000 millones de rand. A consecuencia de ello el país tiene actualmente un exceso de energía en comparación con la época en que se concibieron las IPP, pero el gobierno justificó la entrada de 27 productores privados en la red eléctrica nacional jugando la carta medioambiental de la mezcla de energías». Jim explicó que «en NUMSA nos opusimos a este proyecto, no porque estemos en contra de la transición a fuentes más limpias, sino porque queremos una transición justa. La introducción de energías renovables debería ser un proceso de propiedad social. Y esa introducción no destruiría la economía ni los empleos sudafricanos». Según este sindicalista, se debe transformar este sector estratégico en interés de la mayoría, «de otro modo 92.000 trabajadores se quedarán sin empleo». Los productores privados de energías renovables ponen en peligro la producción de ESKOM porque tienen prioridad sobre cualquiera que produzca con carbón, pero a unos precios cuatro veces más altos. «Nuestra campaña no se ocupa solamente de los salarios, sino que consiste en asegurarnos de que tanto la economía como nuestras comunidades tienen una tarifa y un suministro eléctricos competitivos y seguros. El plan que propusimos al gobierno contempla ahorrar por medio de una transición justa, reducir los gastos de los gestores, luchar contra la corrupción y salvar 47.000 puestos de trabajo dentro de la empresa. Detrás de esta crisis hay interés en privatizar ESKOM».
Una vez más vemos la cara de un país en el que continúa la lucha contra la explotación, incluso una vez que acabó la lucha contra el apartheid. La mayoría negra sigue viviendo en comunidades rurales o en «townships» situados a las afueras de las zonas urbanas. Esta organización urbana significa que la mayoría de la población tiene que gastar una gran cantidad de tiempo y de dinero solo para acudir a su trabajo en el centro de las ciudades. Al mismo tiempo la pobreza extrema afecta al 60 % de la población y los conflictos laborales a menudo acaban siendo graves, como fue el caso de los mineros de Marikana en agosto de 2012, cuando 34 trabajadores murieron a consecuencia de los disparos de la policía.
La leyenda de Mandela como Padre de la Nación y símbolo de la unidad sigue prevaleciendo, pero actualmente se cuestiona el papel del ANC (siglas en inglés de Congreso Nacional Africano), en el gobierno desde 1994. Ya en 2013 NUMSA aprobó una resolución en su congreso nacional especial para retirar su apoyo al gobierno dirigido por el ANC y estudiar la creación de un partido de la clase trabajadora. Y tras esta resolución NUMSA planea celebrar este año el primer congreso de su partido. Jim explicó las razones de esta decisión: «Los problemas de NUMSA con el ANC se remontan a la época de las negociaciones con el gobierno del apartheid. En 1994 se garantizó el voto de las personas negras, pero ya era evidente que se había llegado a una opción de compromiso estructural. La dirigencia del ANC renunció a determinadas reivindicaciones de la revolución, especialmente a las referentes a los derechos de propiedad y al control de la economía. Obtuvimos poder político perdiendo poder económico, lo que supuso una victoria vacía. Gestionamos las arcas públicas, pero incluso la capacidad de gestionar el presupuesto se redujo a través del marco macroeconómico del GEAR, que significaba que el presupuesto no podía superar el 25 % del PIB. Nos opusimos a esto cuando participamos en la alianza de gobierno a través de nuestra participación en COSATU (siglas en inglés de Congreso de Sindicatos Sudafricanos). Pedimos sistemáticamente que se abandonara el GEAR porque era una política terrible para la clase trabajadora sudafricana. En vez de defender la nacionalización de los principales elementos de la economía e impulsar una estrategia industrial enfocada al empleo, GEAR defendió y mantuvo la extracción de los minerales sudafricanos a beneficio de unos pocos capitalistas. En vez de promover bonificaciones para defender los empleos existentes, crear nuevos sectores y nuevos empleos GEAR promovió la desregulación del mercado de bienes y servicios. A consecuencia de ello, Sudáfrica redujo los aranceles muy por debajo de lo que había acordado el resto del mundo en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y este marco macroeconómico provocó importantes salidas de capital, tanto legales como ilegales. Entonces se permitió a muchas empresas sudafricanas cotizar en las Bolsas de Londres y Nueva York. Era un capital que hubiera sido vital para el desarrollo».
Jim señala que el privatizado Banco de la Reserva de Sudáfrica mantuvo la concentración de la riqueza en manos de personas blancas y aumentó la desigualdad. «Queremos que esta situación se invierta. Por ejemplo, consideramos que es criminal que en 2018 el 87 % de la tierra siga perteneciendo a una minoría muy pequeña como ocurría en la época anterior al apartheid, mientras que la mayoría de personas negras vive hacinada en el 13 % de la tierra con unas infraestructuras pobres o inexistentes. Fue en este contexto cuando en 2013 los miembros de NUMSA decidieron que era el momento de que la clase trabajadora dejara de seguir a la burguesía y que debía organizarse como clase para sí misma y defender la lucha de clases como única garantía del cambio. Y por reivindicar una agenda revolucionaria NUMSA fue expulsada de COSATU a pesar de que NUMSA hace todo lo posible para preservar la unidad de la clase trabajadora Después de nuestra expulsión no nos quedó más remedio que crear una nueva federación llamada SAFTU. Ahora trabajamos como catalizador para la creación del Partido Socialista Revolucionario de los Trabajadores que NUMSA está contribuyendo a crear», concluyó Jim, «cuya misión es superar el capitalismo, cambiar las relaciones de producción y socializar los medios de producción bajo control obrero».
El secretario general de NUMSA hace una crítica radical del compromiso de clase de la ANC, critica que se debe entender en relación a la historia y al presente de la dominación y segregación de clase y racial: un país en el que el control de la economía sigue estando en manos de unas pocas personas y en el que la minoría de personas blancas (8 % de la población) continúa obviando sus privilegios arraigados en las atrocidades del colonialismo y el apartheid. Un legado colonial que no ha sido transformado substancialmente por las políticas de acción afirmativa emprendidas por el gobierno de la ANC para promover que el nombramiento de personas negras para puestos directivos o consejos de administración de empresas. Aunque de estas políticas ha surgido una clase media de personas negras, sigue siendo una parte ínfima de la población negra, que es predominantemente pobre. Y especialmente entre la juventud negra empezamos a ver que cada vez hay críticas más fuertes, incluso en contra de las luchas del pasado. Hay un partido nuevo, el EFF (siglas en inglés de Luchadores por la Libertad Económica) de personas jóvenes que han abandonado el ANC. Cuestionan los acuerdos firmados con el capital internacional, quieren la expropiación de la tierra y la nacionalización. Son eficaces en las estrategias comunicativas y parecen atacar al ANC desde la izquierda, pero debido a su enfoque populista no se están ganando necesariamente a la clase trabajadora en general. Cien años después del nacimiento de Nelson Mandela, ¿liberalismo, populismo o revolución?
Gracias a Miriam Di Paola, investigadora del NUMSA y de la Tricontinental no solo por haber traducido [al inglés] esta entrevista y haberla hecho posible, sino también por haberme proporcionado información básica para ayudar a entender la situación actual de Sudáfrica.
Fuente: https://www.counterpunch.org/2018/07/31/south-africa-today-a-poor-country-based-on-neoliberalism/
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