Bélgica, Alemania, Reino Unido y Francia fueron los principales exportadores, según muestra un estudio realizado por l’Escola de Cultura de Pau y el Centre Delàs d’Estudis per la Pau
Entre 2001 y 2012, el material de defensa autorizado para ser exportado desde la Unión Europea a la República Democrática del Congo alcanzó un importe de cerca de 18 millones de euros. Los datos parte del estudio ‘República Democrática del Congo: balance de 20 años de guerra’, elaborado por Jordi Calvo y Josep María Royo para la Escola de Cultura de Pau y el Centre Delàs d’Estudis per la Pau. El estudio es resultado de la investigación sobre el terreno llevada a cabo en la República Democrática del Congo y en los países vecinos de la región de los Grandes Lagos de África a partir de entrevistas a actores locales e internacionales del ámbito militar, político y social, tanto gubernamentales e institucionales como no gubernamentales, de la oposición civil y armada.
El estudio destaca las exportaciones de armas por parte de Bélgica, antigua potencia colonial que controlaba la República Democrática del Congo, que habría sumado hasta 2012 más de 4 millones de euros en armas exportadas. Sin embargo, a partir de 2008, fueron Alemania, Reino Unido y Francia, las principales industrias armamentísticas de la Unión Europea, los que concentraron el 58% de las autorizaciones de exportación de armas hasta 2012, aunque, según apunta el informe, parte de las exportaciones de Reino Unido y Alemania fueron destinadas a la Misión de Naciones Unidas.
Las autorizaciones dadas por el Gobierno de España para la exportación de armas a la República Democrática del Congo contabilizadas en el estudio datan de 1996 y sumaron un monte de 6.120 dólares en armas ligeras exportadas al país en conflicto
Otros Estados de la Unión denegaron las autorizaciones de exportación de armas a este país al interpretar que podrían incumplir la legislación común sobre exportación de armas. «Mientras unos países han considerado inapropiado vender armas a la República Democrática del Congo al considerar que el país se encontraba en conflicto, bajo sanciones o embargo, con riesgo de no preservar la paz en la región o donde había la posibilidad factible de que el material de defensa pudiera ser transferido a lugares y actores en conflicto, otros no lo han hecho y pueden ser considerados responsables, con conocimiento de causa, de alimentar con armamento y cualquier tipo de material de defensa el conflicto de la República Democrática del Congo», afirma el estudio.
Un resumen del conflicto del Congo
El conflicto del Congo tiene sus orígenes en el golpe de Estado que hizo Laurent Desiré Kabila en 1996 contra Mobutu Sese Seko, que cedió el poder un año después. En 1998 comenzó la llamada I Guerra Mundial Africana: Burundi, Ruanda y Uganda, junto a diversos grupos armados, intentaron derrotar a Kabila, quien recibió el apoyo de Angola, Chad, Namibia, Sudán y Zimbabue, entre otros Estados.
La guerra causó cinco millones de muertes y al menos 200.000 mujeres fueron víctimas de violencia sexual. También supuso el desplazamiento de centenares de miles de personas y una crisis humanitaria que se ha convertido en crónica. La firma de un alto el fuego en 1999, y de los diversos acuerdos de paz tomados en los años 2002 y 2003 supuso la retirada de las tropas extranjeras y la configuración de un gobierno de transición liderado por Joseph Kabila -hijo de Laurent Desiré, quien fue asesinado en enero de 2001.
En 2006, un gobierno electo, refrendado en las elecciones de 2011 bajo acusaciones de fraude. El nuevo gobierno no se tradujo en un fin de la violencia en el este del país a causa del papel tomado por Ruanda y a la presencia de facciones de grupos no desmovilizados y de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), responsables del genocidio ruandés de 1994.
El incumplimiento de los acuerdos de paz de 2009 propició la deserción de los militares del antiguo grupo armado CNDP integrado en el ejército congoleño en 2012, que organizarían una nueva rebelión llamada Movimiento del 23 de Marzo (M23), apoyada por Ruanda. En diciembre de 2013, la rebelión fue derrotada. Aunque la intensidad del conflicto armado que ha partido la República Democrática del Congo se ha reducido gradualmente, en el este del país persiste la situación de violencia e inestabilidad.