El Sáhara Occidental no es una provincia de Marruecos, como insistentemente proclama la monarquía alauita, sino una colonia de Marruecos. No lo digo yo, lo dice, nada más y nada menos, que el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, máxima autoridad de la ONU en cuestiones de descolonización. Según este Comité, en 2010 el […]
El Sáhara Occidental no es una provincia de Marruecos, como insistentemente proclama la monarquía alauita, sino una colonia de Marruecos. No lo digo yo, lo dice, nada más y nada menos, que el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, máxima autoridad de la ONU en cuestiones de descolonización. Según este Comité, en 2010 el Sáhara Occidental es uno de los 16 territorios no autónomos pendiendes de descolonizar y el unico del continente africano que aún padece esa situación.
El Sáhara Occidental es, pues, la última colonia de África y a Marruecos le corresponde el dudoso » honor » de ser la postrera potencia que se empecina en mantener por la fuerza su presencia en ese territorio africano. El Sáhara Occidental es, por tanto, un claro ejemplo de descolonización interrumpida, inconclusa, y el principal responsable es Marruecos que sistemáticamente se ha negado y se niega a celebrar el referéndum de autodeterminación al que, de acuerdo con la legalidad internacional, tiene derecho el pueblo saharaui.
Tal es así que, desde hace ya casi veinte años, desde 1991, cuando se firmó el alto el fuego entre Marruecos y el Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Rio de Oro (FRENTE POLISARIO ), la ONU tiene destacada en el Sáhara Occidental a la MINURSO, siglas que corresponden a: Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental.
Por consiguiente, para la ONU – Comité de Descolonización, MINURSO -, el tema está claro: el Sáhara Occidental es una colonia que Marruecos tiene que descolonizar y el procedimiento no puede ser otro, como revela el cometido de la MINURSO, que la realización del referéndum de libre determinación del pueblo saharaui.
Y aún hay más, para la gran mayoría de los Estados africanos el Sáhara Occidental no es una provincia sino una colonia marroquí que hay que descolonizar, como demuestra el hecho de que en 1984 admitiera en la Organización para la Unidad Africana ( OUA ) a la República Ärabe Saharaui Democrática ( RASD ), representación política del pueblo saharaui, sin que la autoexclusión de Marruecos, que en 1985 abandonó la Organización para la Unidad Africana ( OUA ), hoy Unión Africana ( UA ), influyera en su decisión de no avalar la ocupación forzosa del último territorio africano pendiente de descolonizar.
Pero si ni la ONU, ni la UA reconocen la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, ¿ quién avala entonces la tesis marroquí de que el Sáhara Occidental es una de sus provincias y no su colonia?
Pues de hecho precisamente dos de los tres países occidentales responsables, según el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, de la situación colonial de la mayor parte de los territorios no autónomos todavía pendientes de descolonizar. Me refiero, naturalmente, a Francia y a Estados Unidos ( el tercero, cómo no, es Reino Unido ). Ellos son la baza del régimen alauita, sobre todo el primero. Y no es de extrañar porque si ellos aún mantienen en situación colonial a Nueva Caledonia, caso de Francia y a Guam, Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Samoa Americana y, tal vez, al Estado Libre Asociado de Puerto Rico, caso de Estados Unidos, no tiene nada de raro – otras motivaciones aparte -, su «comprensión» hacia el ocupante marroquí.
¿ Y España ?
Anterior país colonizador, desde 1975 hasta la actualidad el régimen monárquico y los sucesivos gobiernos de la democracia no han hecho la más mínima presión para que la monarquía alauita y sus valedores acaten la legalidad internacional permitiendo la realización del referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui. Ha sido la opinión pública y el apoyo popular a la causa saharaui lo único que ha salvado a la conciencia colectiva del bochorno que provocan 35 años de abandono de las responsabilidades históricas del Estado español.
En fin, lo viejo, el colonialismo residual del pasado,se resiste a desaparecer, pero el siglo XXI, y más pronto que tarde, tendrá que ver el final del anacronismo que representan los últimos territorios no autónomos pendientes de descolonizar y, entre ellos, el Sáhara Occidental, cuyo dueño por derecho y voluntad es el indoblegable pueblo saharaui.