Hay que «cerrar la investigación del atentado contra Juvénal Habyarimana» y además «apoyar a mi ministro de Asuntos Exteriores, Mushisikiwabo, al frente de la francofonía». Estas son las condiciones que plantea Paul Kagame a Francia, que se apresura a doblar el espinazo, a inclinarse. Investigadores estadounidenses, políticos africanos, exoficiales de la UNAMIR y diplomáticos extranjeros, […]
Hay que «cerrar la investigación del atentado contra Juvénal Habyarimana» y además «apoyar a mi ministro de Asuntos Exteriores, Mushisikiwabo, al frente de la francofonía».
Estas son las condiciones que plantea Paul Kagame a Francia, que se apresura a doblar el espinazo, a inclinarse. Investigadores estadounidenses, políticos africanos, exoficiales de la UNAMIR y diplomáticos extranjeros, todos hacen la misma pregunta: «¿Qué está pasando? ¿Por qué Francia es tan sumisa con la pequeña Ruanda y Kagame?».
Los más afligidos añaden: «no nos podíamos imaginar que Francia se había vuelto tan débil, tan pequeña, hasta el punto de ser regularmente humillada por un criminal de guerra, un criminal contra la humanidad». «Además, le sirve de intermediario para la Francofonía y es bien sabido que Kagame es un reconocido francófobo».
El asombro es el mismo para muchos africanos (congoleños, burundeses, benineses, senegaleses, centroafricanos,…) que todavía no se pueden creer que el que mandó asesinar a tres franceses miembros de la tripulación del presidente Habyarimana y a dos gendarmes franceses, le esté dictando a Francia lo que quiere y nadie se atreva a pedirle que rinda cuentas. ¿Hasta dónde llegarán los líderes franceses en su genuflexión? ¿Hasta cuándo se seguirán postrando? Es evidente que han arriado bandera. En los círculos de poder francés, los «amigos» de Kagame son, al parecer, influyentes. A sus interlocutores les dicen que «debemos olvidar ese dossier, ¡debemos cerrar este caso!» «Tenemos que cooperar con Kagame». Entonces, ¿deberíamos olvidar el asesinato de dos jefes de Estado africanos, sus colaboradores y tres franceses?
Por lo tanto, ¿Después de veinte años de investigación y numerosas pruebas, deberían los jueces de París encargados del caso concluir con un «no ha lugar» como desea y exige Kagame desde hace ya unos años? Pero ¿por qué quien nada tuvo que ver con el ataque del 6 de abril de 1994 pide insistentemente que se cierren los procedimientos judiciales en curso en Francia? Para los «amigos» del criminal dictador, los jueces franceses deberían resignarse a decir, por ejemplo: «Tenemos la numeración de los misiles que derribaron el Falcon 50 con dos jefes de Estado y tres franceses, sabemos los nombres de los que los dispararon, tenemos testimonios consistentes, tenemos cuatro investigaciones diferentes, la del TPIR, la de la Justicia española, la de la ONU y la del juez Bruguière, y todas llegan a la misma conclusión con respecto a la responsabilidad de Paul Kagame y del FPR: él lideró ese ataque terrorista. Pero vamos a cerrar el caso y le diremos a la prensa que no hay pruebas suficientes para decir con certeza quién derribó ese avión el 6 de abril de 1994». O también: «hay demasiada presión sobre la justicia francesa en este caso, finalmente nos damos por vencidos. Se nos dice que abandonemos».
Este es el tipo de discurso que el presidente de la Unión Africana y sus amigos franceses les gustaría escuchar de los jueces encargados del caso. Sería fantástico echar miles de documentos probatorios a la trituradora de papel y darse cita para tomar una copa de champán en Kigali.
En este trato tan sospechoso y cobarde con Kagame, ¿cuál es la contrapartida? ¿Negocios? ¿Cuáles? ¿Con el Congo? Incluso la permanente ofensa a los militares franceses, ¿también es negociable? ¿Por cuánto? Visto el punto en el que nos hallamos, también podríamos darle un pedazo de territorio francés al dictador-criminal ya que está ocupando la República Democrática del Congo y en breve la República Centroafricana.
Podemos intentar donarle la Alsacia-Lorena o los extrarradios… Francia podría así disculparse por haber participado en el genocidio. Ya cedió un parque en el distrito 13 de París para colocar una estela conmemorativa, puede llegar más lejos aún ofreciendo al verdugo de la tripulación francesa un nicho en el Panteón para convencerlo de su buena fe, su compasión y su disposición a cooperar.
Y luego, si el insaciable criminal aún no se ha quedado satisfecho con esas interminables reverencias francesas, habría que crear un ministerio para educar a los franceses sobre la participación de Francia en el genocidio de Ruanda ya que las campañas de prensa son insuficientes.
Por ahora, las familias francesas que perdieron a su esposo, padre o hijo en el atentado no cuentan con ayuda psicológica ni apoyo mediático. En cuanto a si necesitan un lugar de recogimiento o recuerdo para su esposo, padre o hijo asesinados en Ruanda, eso … Tampoco hay que exagerar … No fueron víctimas del genocidio …
Traducido para UMOYA por Juan Carlos Figueiras
Fuente: https://umoya.org/2018/06/22/las-condiciones-que-paul-kagame-plantea-a-francia/