Donald Rumsfeld está colocando grupos militares especializados en «operaciones especiales» en un número creciente de embajadas de EEUU «para recolectar inteligencia sobre terroristas en lugares inestables del mundo», tales como América del Sur y otras latitudes. Las tropas de elite, entrenadas para eventuales misiones de asalto, captura y muerte, se denominan Elementos Militares de Enlace, […]
Donald Rumsfeld está colocando grupos militares especializados en «operaciones especiales» en un número creciente de embajadas de EEUU «para recolectar inteligencia sobre terroristas en lugares inestables del mundo», tales como América del Sur y otras latitudes. Las tropas de elite, entrenadas para eventuales misiones de asalto, captura y muerte, se denominan Elementos Militares de Enlace, o Military Liaison Elements (MLE) y están adscritas al nuevo Comando de Operaciones Especiales, o Special Operations Command (Socom). Así lo informaron los periodistas Thom Shanker y Scott Shane, en el New York Times del 8 de marzo.
El reportaje explica cómo el departamento de Defensa militariza las embajadas, invade las esferas del departamento de Estado, subordina bajo su mando a todas las agencias de espionaje, provoca malestar entre las más antiguas, como la CIA y el FBI, e incluso «somete» las facultades de John D. Negroponte, designado por Bush para dirigir la llamada «comunidad de inteligencia como un zar del espionaje estadounidense global, interno y externo.
Jerarcas del Pentágono y altos oficiales militares dijeron a los periodistas que la presencia de tropas de elite en las embajadas corona dos años de esfuerzos del secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld por asignar a los militares un rol de inteligencia más activo en la guerra al terrorismo. Pero crece el malestar entre algunos jefes de las agencias de inteligencia más antiguas, como la CIA, que resienten una incursión provocativa en sus dominios.
Las fuentes consultadas por Shanker y Shane dijeron que ya se instalaron hasta dos grupos de tropas MLE-Socom por cada embajada de una docena de países de Africa, Asia Sur Oriental y Sudamérica. El Pentágono asegura que en estas regiones existen terroristas que planean ataques, obtienen dinero o consiguen refugio seguro. Su tarea consiste en recopilar información para apoyar la planificación de misiones de contra-terrorismo y colaborar con militares locales en la conducción de sus propias operaciones, dijeron los funcionarios.
El affaire Paraguay
Las nuevas tareas en las embajadas dan mayores responsabilidades al Comando de Operaciones Especiales -de «despliegue rápido»- establecido por George W. Bush en marzo de 2004 para asumir el liderazgo en las operaciones militares anti terroristas. Estas nuevas tareas darían al Socom un papel preponderante en la organización de todos los esfuerzos de inteligencia de EEUU.
El Socom responde directamente a Rumsfeld y, por tanto, no está bajo el control de John D. Negroponte, ungido por Bush en un nuevo cargo de zar global de la inteligencia nacional, con poderes para supervisar a todas las agencias de EEUU. Un episodio que ocurrió antes en Paraguay con un equipo MLE subrayó el peligro de entrenar soldados para misiones secretas sensibles de combate en el exterior, escribieron los periodistas del NYT.
El diario recordó que uno de estos grupos MLE -que por lo demás gozan de total impunidad en los países en que operan- hace dos años tuvo que ser sacado de Paraguay después que sus miembros desplegados en ese país mataron a un ladrón armado de pistola y atacaron un club al que arribaron en un taxi. Como disparar no tenía que ver con su misión de fachada, el episodio desconcertó a los jefes de la embajada de EEUU en Asunción… porque nadie les había informado que ese equipo estaba operando en el país, según los informantes del diario.
Un funcionario que estuvo involucrado en los eventos pero tiene prohibición de hablar, dijo que los soldados no funcionaban en la embajada sino afuera, en un hotel. Ahora, según los oficiales del Socom, no puede arribar ningún equipo sin la aprobación del embajador local, los grupos funcionan en las embajadas y se adiestra previamente a los soldados para evitar metidas de pata de alto perfil.
Desconfianza en tanto espionaje
Las pautas dictadas por Negroponte establecen que el jefe de la estación CIA de cada país es quien asigna a las embajadas la mayoría de las coordenadas de inteligencia. En casi todas las representaciones diplomáticas existen, además, agregados de Defensa y personal militar que trabaja con las fuerzas armadas locales e informa a la Agencia de Inteligencia de Defensa, del Pentágono. Pero el nuevo personal del Socom tiene un papel militar más directo: satisfacer las nuevas responsabilidades militares de contra terrorismo, dijeron los informantes del NYT.
Las fuerzas del Socom incluyen a «boinas verdes» y a «rangers» del Ejército, a equipos especiales e infantería de Marina y a grupos de la Fuerza Aérea que realizan misiones militares especializadas o más secretas. Sus habilidades se extienden desde golpes rápidos a reconocimientos de largo alcance en territorio hostil, entrenamiento militar y asistencia médica.
La creación de los Elementos Militares de Enlace y el rol más belicoso asignado al Comando de Operaciones Especiales parecen haber exacerbado la desorganización, e incluso la desconfianza, que asignan los críticos del Congreso y del mundo académico a los esfuerzos anti terroristas del gobierno Bush.
Los funcionarios que aceptaron comentar reservadamente estos cambios dijeron que la situación podría requerir que Bush y sus principales consejeros de seguridad nacional y de Defensa actuaran como árbitros, fijando límites y clarificando las aspiraciones de los militares y de las agencias de inteligencia.
Muchos funcionarios activos y retirados de la CIA consideran exagerados los propósitos del Socom. Un tal Mr. Brennan -citado por los cronistas del NYT-, que ahora es presidente de una empresa contratista de inteligencia de Virginia llamada Analysis Corporation, dijo que los ‘intereses de EEUU estarían mucho mejor servidos’ si las operaciones Socom fueran coordinadas estrechamente con el país anfitrión y el embajador.
Pero el mismo Brennan agregó: «Con certeza, los problemas de EEUU en el exterior aumentarán significativamente si la presencia prevista de Socom en las embajadas de EEUU es un esfuerzo por pavimentar el camino a operaciones militares estadounidenses unilaterales o de permitir que elementos del Pentágono enganchen en actividades de acción encubierta independientes de la CIA’.
Supremacía del Pentágono
El portavoz CIA Paul Gimigliano dio una respuesta mesurada al programa, pero acentuó la importancia del jefe de la estación de la agencia en cada país. ‘Hay un montón de trabajo alrededor’, dijo. Y añadió: ‘Una clave del éxito es que las actividades de inteligencia en un país dado estén coordinadas, un proceso donde el jefe de la estación desempeñe el papel crucial’.
Un funcionario del departamento de Estado dijo el martes: ‘No tenemos ningún acuerdo con DOD respecto a esto’, usando las iniciales del Department of Defense (departamento -o ministerio- de Defensa). El funcionario del departamento de Estado dijo que el programa Elementos Militares de Enlace fue establecido para «preservar la autoridad’ del embajador o del jefe de la embajada.
El Comando de Operaciones Especiales no ha hecho pública la misión de los Elementos Militares de Enlace y ha respondido a las preguntas sobre sus planes sólo después que fueron descritos por funcionarios de otras instancias del gobierno que se oponen el programa.
‘El MLE juega un rol clave de enlace militar, coordinación y planeamiento inter-agencias en el país anfitrión’, dijo Kenneth S. McGraw, un portavoz del Comando de Operaciones Especiales basado en Tampa, Florida. El personal de operaciones especiales trabaja ‘con el embajador de EEUU y conocimiento del equipo del país para planear y coordinar actividades’, agregó.
Los funcionarios involucrados con el programa que conversaron con los reporteros del NYT dijeron que sus metas son la inteligencia y la planificación, y no conducir misiones de combate. Un oficial militar resumió lacónicamente el trabajo pero aclaró no estar autorizado a discutirlo públicamente, aunque dijo que han desplegado más de 20 equipos y que los planes llaman a que el esfuerzo sea ampliado significativamente.
En un cambio importante del centro de gravedad de los militares, el Unified Command Plan (Plan de Comando Unificado) firmado por Bush en 2004 estableció que ahora el Comando de Operaciones Especiales ‘liderará, planeará, sincronizará y dirigirá la ejecución de operaciones globales contra redes terroristas’, además de sus asignaciones más tradicionales de entrenar, organizar y equipar fuerzas de Operaciones Especiales para misiones bajo el mando de los comandantes regionales.
Pasión por el asesinato
El general Bryan D. Brown, comandante del Socom, y su equipo produjeron recientemente una estrategia de contra terrorismo descrita en más de 600 páginas que en las próximas semanas será presentada a Rumsfeld para su aprobación final.
Según funcionarios civiles y militares que leyeron el documento o conocieron resúmenes, se disponen blancos, misiones y plazos específicos para acciones inmediatas y a largo plazo.
Las metas del documento fijan las condiciones dondequiera que los militares pudieran desear actuar en el futuro, crear áreas inhóspitas para los terroristas y procurar la clase de información que el Comando Especial de Operaciones podría necesitar para funcionar.
Los Elementos Militares de Enlace fueron concebidos para operar en naciones donde no hay presencia masiva de militares estadounidenses y, en particular, donde EEUU no está en guerra. Así, los MLE pueden no necesitarse en puntos notoriamente calientes, como los países del Oriente Medio en que existen despliegues militares estadounidenses masivos.
Durante sus recientes viajes al exterior, el general Brown intentó explicar el programa a los funcionarios CIA y FBI basados en las embajadas. Tras largas conversaciones, logró adoctrinarlos como consejeros políticos asignados al departamento de Estado a tiempo completo, señalaron los periodistas del NYT.
Durante el verano pasado, Socom también llevó a cabo una conferencia en Tampa, Florida, para adoctrinar a los comandantes de Operaciones Especiales de otras naciones, seguida por una sesión en octubre en que el personal de las embajadas extranjeras de Washington fue instruido en la gama ideológica del contra terrorismo.
Un ex miembro del equipo de Operaciones Especiales que conversó con los periodistas Shanker y Shane dijo que el truco para hacer trabajar el programa consiste en navegar las rivalidades burocráticas dentro de las embajadas y detrás de las jefaturas de comando. ‘Todo lo que usted tiene que hacer es lograr que todos, el embajador, el jefe de estación [CIA] y el Socom, piensen que usted está trabajando precisamente para ellos’, dijo, bajo la condición de anonimato porque no está autorizado a discutir estos temas en público.
«Encuentre y mate»
Lee H. Hamilton, quien se desempeñó como vice presidente de la Comisión Nacional de los Ataques Terroristas del 11 de septiembre, dijo que los conflictos entre la CIA y las operaciones paramilitares excesivas del departamento de Defensa han ocurrido periódicamente por décadas, y que la comisión del 11/9 recomendó que el departamento de Defensa entregue el liderazgo de la responsabilidad de tal actividad.
También dijo que el programa planteó una óptica diferente a las embajadas. ‘Si usted tiene dos o tres individuos del DOD que vagan alrededor de un país, ciertamente podrían causar algunos problemas’, dijo Hamilton. ‘Precisamente, se plantea la cuestión de quién está a cargo de la recolección de inteligencia’.
La guerra fría presentó a los militares blancos fáciles de hallar pero difíciles de matar, como una división armada soviética. La cruzada estadounidense anti terrorismo presenta blancos que son duros de encontrar pero relativamente fáciles de matar, como un líder de Al Qaeda.
El general Brown y el Comando de Operaciones Especiales ahora trabajan según un concepto que se ha convertido en el lema más nuevo del Pentágono: ‘encuentre, controle, mate y siga», o sea, localizar líderes terroristas, seguirlos con precisión, capturarlos o matarlos y, después, usar la información recopilada para planear otra operación.
‘Los militares somos grandes en controlar y acabar con el enemigo, y en explotar cualquier base de operaciones que tomemos’, dijo un comandante de Operaciones Especiales a condición de guardar su anonimato, porque no está autorizado a discutir estos temas en público. ‘Sólo ‘hallar’ la pieza sigue siendo un arte primitivo. Socom no puede matar ni capturar a los malos a menos que la gente de Intel [inteligencia] pueda encontrarlos y, precisamente, eso no está ocurriendo’.
‘El departamento de Defensa es muy impaciente en intensificar su participación en actividades de contra terrorismo y ha puesto sus ojos en responsabilidades operacionales tradicionales de la CIA y las autoridades’, dijo Juan O. Brennan, oficial con 25 años en la CIA que dirigió el Centro Nacional de Contra Terrorismo hasta su retiro el año pasado. ‘Absoluta y desafortunadamente, se está erosionando constantemente el importante rol de liderazgo de la CIA en muchas de estas áreas, y en un futuro muy cercano, la militarización actual de muchas funciones de inteligencia de la nación y las responsabilidades serán vistas como un gran error’.
* Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.