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Se suspende la entrada de combustible y se reduce la zona de pesca

Las fuerzas de ocupación de Israel endurecen el cierre de Gaza

Fuentes: Palestinian Center for Human Rights (PCHR)

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

El pasado miércoles, 12 de agosto de 2020, las autoridades israelíes anunciaron nuevas restricciones al movimiento de mercancías que entran en la Franja de Gaza y redujeron también la zona de pesca, en supuesta respuesta al lanzamiento de globos incendiarios hacia los asentamientos israelíes adyacentes a la Franja de Gaza. El Coordinador israelí de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT, por sus siglas en inglés), Kamil Abu Rukun, declaró que, tras las correspondientes consultas de seguridad, se había decidido, hasta nuevo aviso, detener inmediatamente la entrada de combustible en la Franja de Gaza y reducir el área de pesca permitida de 15 a 8 millas náuticas. Abu Rukun agregó que “esas decisiones se habían tomado teniendo en cuenta la violencia en curso y el lanzamiento de globos incendiarios desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí”.

Esta decisión se adoptó tras la anterior medida impuesta por las autoridades israelíes de cerrar el paso fronterizo de Karm Abu Salem, emitida hace dos días (a partir del martes 11 de agosto de 2020), excepto para el transporte de mercancías para satisfacer vitales necesidades humanitarias y de combustible.

La decisión de suspender la entrada de combustible a la Franja de Gaza profundiza su crisis eléctrica y aumenta su déficit energético en un 64 % (con respecto a la situación previa a la suspensión). En el mejor de los casos, la potencia disponible de la Franja de Gaza alcanza los 180 megavatios (120 MW de Israel y 60 MW de la central eléctrica de Gaza), muy lejos de sus necesidades mínimas de 500 MW.

A la luz de la decisión israelí se espera que el déficit de energía alcance el 76 % después del cierre de la planta eléctrica y aumente las horas en que no se dispone de energía a 16-20 por día.

Esta evolución lanza una grave advertencia sobre el impacto que va a suponer en las vidas de los dos millones de residentes de Gaza, que convertirá sus hogares y lugares de trabajo en un infierno impidiéndoles llevar una vida normal debido al intenso calor y humedad. Y lo realmente significativo a medida que se intensifica la crisis de electricidad es que se prevé un veloz deterioro de los servicios básicos, en particular los servicios de salud y saneamiento, incluidas las fuentes de agua potable.

Además, la reducción de la zona de pesca afecta negativamente y socava los medios de vida de 4.160 pescadores y 700 trabajadores de profesiones asociadas al sector pesquero, es decir, los principales proveedores del sustento familiar (un total de 27.700 personas). Incluso antes de esta decisión los pescadores de Gaza sufrían ya la imposibilidad de pescar y navegar libremente en la zona de pesca permitida debido a los recurrentes ataques israelíes en el mar y a la prohibición de entrada de equipos y suministros necesarios para los pescadores. En consecuencia, son cientos los pescadores que van verse fehacientemente incapacitados para satisfacer necesidades básicas de sus familias, como alimentos, medicinas, ropa y educación.

El impacto de las nuevas decisiones israelíes va a profundizar aún más, si cabe, la crisis humanitaria y de vida en la Franja de Gaza al aumentar especialmente el desempleo, la pobreza y la inseguridad alimentaria. Las estadísticas anteriores a las restricciones indican una peligrosa tasa de desempleo del 46 %, es decir, 211.300 trabajadores desempleados. Esta tasa es más alta entre los jóvenes, un 63 %. Además, más de la mitad de la población de la Franja de Gaza sufre pobreza, ya que los datos de la Oficina Central Palestina de Estadísticas (PCBS, por sus siglas en inglés) indican que la prevalencia de la pobreza entre la población de la Franja de Gaza supera el 53 % y más del 62,2 % de dicha población está clasificada como insegura alimentaria, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).

Estas decisiones se inscriben en el marco de la política del cierre total, ilegal e inhumano, impuesto por las autoridades israelíes en la Franja de Gaza desde junio de 2007, ya que los pasos fronterizos de la Franja de Gaza han sido testigos de restricciones cada vez más estrictas a la circulación de mercancías y personas.

Con respecto a los pasos fronterizos comerciales, las autoridades israelíes continúan imponiendo restricciones estrictas a la entrada de mercancías clasificadas como “materiales de doble uso”. Las autoridades israelíes clasifican oficialmente 62 artículos como “artículos de doble uso” contenidos en cientos de productos y materiales básicos. Los productos de la lista de “bienes de doble uso” son esenciales para la vida de la población, por lo que imponerles restricciones contribuye al deterioro de la infraestructura y al deterioro de sus condiciones económicas, sanitarias y educativas. Las autoridades israelíes también continúan prohibiendo la exportación de productos de la Franja de Gaza, salvo cantidades limitadas que no superan el 5 % de las exportaciones mensuales de Gaza antes del bloqueo de junio de 2007.

En cuanto a los pasos fronterizos dedicados al movimiento de personas, siguen en vigor las medidas extremas impuestas por las autoridades israelíes sobre la libertad de movimiento desde y hacia la Franja de Gaza a través del paso de Beit Hanoun. Desde principios de marzo de 2020 han continuado las restricciones impuestas por las autoridades israelíes y la Autoridad Palestina con el fin de combatir la propagación del coronavirus (COVID-19). Estas medidas redujeron y limitaron el número de personas y categorías a las que se les permitía viajar al tener prohibido viajar todas las categorías, excepto en limitados casos humanitarios; solo se permite viajar a los pacientes que vayan a recibir tratamiento en el extranjero.

El PCHR está profundamente preocupado por las decisiones de las autoridades de ocupación israelíes de endurecer el cierre de la Franja de Gaza. El PCHR considera asimismo que esta decisión es una forma de castigo colectivo y un acto de venganza contra los civiles palestinos.

A la luz de lo anterior, el PCHR insta a la comunidad internacional a:

  • Intervenir de manera inmediata y urgente para anular estas decisiones y que se permita la entrada de combustible y de todos los productos que deben satisfacer las necesidades de la población de la Franja de Gaza;
  • Intervenir de manera inmediata y urgente para presionar a Israel a fin de que amplíe la zona de pesca permitida a 20 millas náuticas de la costa de Gaza;
  • Obligar a las autoridades israelíes a abandonar la política de castigos colectivos impuesta contra la población de la Franja de Gaza; y
  • Recordar a Israel sus obligaciones como potencia ocupante de la Franja de Gaza para con su población, de conformidad con el artículo 55 del IV Convenio de Ginebra de 1949, que estipula: “La Potencia ocupante, en toda la medida de sus recursos, tiene el deber de abastecer a la población en víveres y productos médicos; deberá, especialmente, importar víveres, medicamentos y cualquier otro artículo necesario cuando sean insuficientes los recursos del territorio ocupado”.

Fuente: https://www.pchrgaza.org/en/?p=14886

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar la fuente original, la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.