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Las imprescindibles alianzas sociales

Fuentes: Rebelión

Estamos sufriendo un ataque sin precedentes. Nos están imponiendo una agenda a través del caos, aprovechando la crisis para ello. Es necesario un giro radical, ya que cada vez es más evidente que es inasumible el actual modelo de producción, distribución y consumo. Queremos mejorar nuestra correlación de fuerzas para conseguir transformar radicalmente la realidad […]

Estamos sufriendo un ataque sin precedentes. Nos están imponiendo una agenda a través del caos, aprovechando la crisis para ello. Es necesario un giro radical, ya que cada vez es más evidente que es inasumible el actual modelo de producción, distribución y consumo.

Queremos mejorar nuestra correlación de fuerzas para conseguir transformar radicalmente la realidad en que vivimos. Para ello es importante crear un nuevo discurso y una nueva práctica política. El modelo capitalista que conocemos no vale para ello, por lo que es imprescindible construir un nuevo paradigma que esté basado en dar prioridad al buen vivir de las personas y en el respeto a la naturaleza.

Nuestra tarea es crear una conciencia colectiva, cada cual en su ámbito de trabajo, que incorpore una perspectiva más amplia. Para ser más fuertes es imprescindible la lucha de masas. Es decir, que los pueblos tomen conciencia de lo que está pasando y que luchen.

Un sindicato solo no puede. Necesitamos alianzas. Pero no vale cualquier alianza. La pregunta que hay que responder es: ¿para qué queremos las alianzas? La respuesta tiene dos partes:

– Para que cambien, de raíz, la actual realidad en las empresas y las políticas públicas que se aplican. No valen cambios cosméticos, que sólo modifican la superficie dejando el fondo igual.

– Para fortalecer un movimiento sindical y social con plena independencia política e institucional, que no esté subordinado a ninguna estrategia partidista o institucional.

La alianza sindical y social debe establecer prioridades. Éstas deben pasar por planteamientos reivindicativos radicales, que permitan situar la confrontación en un plano realmente encaminado a la transformación de la sociedad.

Las luchas son a medio y largo plazo. Por tanto, no vale con la indignación sino que es imprescindible la organización de los distintos colectivos. Ésta es la tarea prioritaria de las organizaciones. Si no conseguimos unir la politización (sensibilización e ideologización) y la organización no vamos a ser capaces de dar la batalla.

Las organizaciones sindicales y sociales debemos ser representativas, tener una amplia base y ser capaces de conseguir la identificación de la mayoría social con las reivindicaciones que realizamos. En este sentido, una alianza amplia y coherente (no sumar por sumar) nos ayuda a ser más representativos, ya que permite la identificación de las personas que componen y militan en las organizaciones y también la de personas que no son miembros de las mismas pero se ven representadas en un espacio plural de movimientos.

Las alianzas, los espacios comunes nos enriquecen colectivamente, nos dan oportunidad de aprender de otras experiencias y de enseñar las nuestras, nos facilitan sumar energías para dar la vuelta al actual modelo capitalista. Y fuerza es lo que más necesitamos. Las alianzas son imprescindibles en el plano local y en el plano internacional.

Es posible. La conclusión es clara: no nos podemos encerrar en nosotros mismos. Aunque trabajar con otras organizaciones no es fácil (partimos de culturas diferentes, etc.) es imprescindible. Las realidades son cambiantes, pero la opción de las alianzas, si se comparten objetivos de transformación social radical, merecen la pena y dan resultados.

Mikel Noval, Responsable de Política Social de ELA www.mrafundazioa.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.