Nació en Saskatoon (Canadá), en 1989, en el seno de una familia libia «muy tradicional». Estudió Medicina y, hace dos años, decidió regresar a Zawiyah, la localidad de origen de sus padres. Allí fundó, junto a su amiga Sofía El Hareri, la organización «The Voice of Libyan Women», un organismo que promueve el desarrollo de […]
Nació en Saskatoon (Canadá), en 1989, en el seno de una familia libia «muy tradicional». Estudió Medicina y, hace dos años, decidió regresar a Zawiyah, la localidad de origen de sus padres. Allí fundó, junto a su amiga Sofía El Hareri, la organización «The Voice of Libyan Women», un organismo que promueve el desarrollo de género en una sociedad que tiende a invisibilizar a sus mujeres.
«Vengo de Occidente, pero dentro de una familia muy tradicional, así que comprendo ambas formas de pensar». Alaa Mohamed Murabit no para desde hace meses. Su organización nació en junio de 2010, pero ha experimentado su verdadero auge tras las revueltas iniciadas el 17 de febrero. Primero, trabajo de retaguardia. Después, coordinación de un sector invisibilizado. El activismo le viene de familia. Su propio padre, que ejercía como médico en Canadá, regresó a Zawiyah para hacerse cargo de los servicios sanitarios del frente oeste del Consejo Nacional de Transición (CNT). Durante cinco meses, las tropas leales a Muamar Gadafi tomaron la localidad costera, ubicada a 40 kilómetros de Trípoli. Murabit pasó entonces a la «lista negra». Su nombre se encontraba en los cuadernos de posibles arrestables durante las redadas nocturnas, por lo que pasó tres meses en la clandestinidad, huyendo de las milicias que irrumpían casa a casa. Tras la victoria militar de los insurgentes, la joven se dedica a sentar las bases de «The Voice of Libya Women», uno de los incipientes grupos de la sociedad civil. Ya han puesto en marcha dos casas seguras para mujeres víctimas de abusos. Además, pelean por situar la cuestión de género en la agenda de un Ejecutivo que lesmargina. Ninguna mujer tomó el micrófono durante la celebración de Bengasi. Por el contrario, Mustafá Abdel Jalil situó la poligamia como uno de los puntos de su programa.
¿Qué es «The Voice of Libyan Women?
Somos una organización de mujeres creada en Zawiyah en junio de 2010. Nuestro objetivo es el desarrollo de la mujer, porque esto significa también el desarrollo de una sociedad. En un primer momento nos juntábamos un grupo de 40 ó 50. Aunque nos lo tomamos como diversión. A partir de las revueltas del 17 de febrero comenzamos a trabajar en la retaguardia. Nos encargamos de muchas tareas que los hombres no podían realizar, como pasar armas o hacer acopio de gasolina. También cocinábamos para los combatientes. Además, establecimos la primera casa segura, un centro de atención para víctimas de abusos. No se puede olvidar que dos de cada tres mujeres en Libia ha sufrido abusos por parte de padres, hermanos o marido.
¿Qué líneas de trabajo se han puesto en marcha?
Por una parte estamos desarrollando planes educativos sobre el proceso democrático. Por otra, trabajamos en comunidad. Ya tenemos dos casas seguras para mujeres maltratadas, una en Zawiyah y otra en Trípoli. Tuvimos algunos problemas, pero ya hemos dejado claro que no estamos haciendo nada contra la religión. Curiosamente, las mayores quejas las recibimos de otras mujeres más mayores. Ahora, después de la guerra, el hombre quiere que la mujer regrese a casa. Pero somos entre el 60% y el 65% de la población. Por eso, estamos desarrollando programas de investigación que incidan en su visibilización. Porque, si no, nadie nos va a escuchar ni nos va a tomar en serio. Un ejemplo claro es el discurso de la victoria pronunciado en Bengasi. ¡No habló ninguna mujer!
¿El CNT está marginando a la mujer?
En el CNT, las mujeres no estamos representadas, a pesar de constituir el 60% de la población. El actual Ejecutivo sólo tiene una mujer, que ocupa la cartera de Servicios Sociales. En realidad, es como una broma. Deberían filtrar a mucha gente. Ahora estamos de celebraciones, pero luego se verá qué es lo que ocurre.
En aquel acto de Bengasi no habló ninguna mujer, pero Mustafá Abdel Jalil sí que hizo mención la poligamia.
¿Por qué mencionó el tema de la poligamia el día de la liberación? En primer lugar, por cuestiones políticas. En segundo, porque la mujer no estaba representada. Aunque yo me planteo. ¿de verdad esa es una prioridad el día en el que se anuncia la victoria? En realidad, la poligamia también existía con Muamar Gadafi. La única diferencia es que, mientras que el Corán dice que si un hombre se casa con una segunda mujer tiene que informar a su primera esposa, el coronel dispuso que fuese necesario el consentimiento.
Siempre se ha considerado que Gadafi promovió leyes a favor de la igualdad de género.
¿Seguro?Había leyes, cierto, no puedo mentir. Otra cosa es que éstas se cumpliesen.
Sin embargo, el CNT ha puesto énfasis en la aplicación de la Sharia.
Somos un país musulmán y la Sharia va a ser una de las fuentes de derecho. Nosotras queremos trabajar por el desarrollo de la mujer, pero siempre en el seno de nuestra cultura y respetando la religión. Existe una gran diferencia entre Libia y Occidente. Pero, para nosotras, el punto más importante es la capacidad de decisión.