Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El motivo citado más frecuentemente por los votantes en los sondeos a boca de urna para su rechazo de Bush y los republicanos fue «la corrupción.» Los presentadores de PBS no lograron discernir enteramente lo que querían decir, así que lo interpretaron como «oposición a la guerra.» El público USamericano ya lo entendió durante el huracán Katrina. La Guerra de Irak es corrupción. La falta de reacción intencional de la FEMA [Agencia Federal para el Manejo de las Emergencias] ante Katrina es corrupción. Que se tire intencionalmente a los perros a los negros de Nueva Orleans es corrupción. El robo de la calefacción invernal para los abuelos en California por parte de ENRON, y que ese dinero haya fluido fácilmente a las «campañas» de Jack Abramoff-Karl Rove-la Casa Blanca-los republicanos, es corrupción. Los soldados USamericanos muertos en la Guerra de Iraq por falta de blindaje corporal, y la vulnerabilidad de vehículos de combate Stryker (El ejército de USA tiene a un fotógrafo de prensa incomunicado indefinidamente por denunciar este último hecho con fotos de Faluya – sin habeas corpus, sin acusación, igual que el viejo Stalin), es corrupción. Que Halli-sin-licitación-burton ponga pies en polvareda de Iraq, con varios miles de millones de dólares en beneficios, sin completar ningún trabajo en ningún proyecto en el país, mientras amontona una enciclopedia de historias de fraudes, es corrupción. Que las conexiones políticas sean monetizadas por gente como Cunningham (San Diego, CA) y Pombo (Modesto, CA) es corrupción. La insultante hipocresía de destacados perseguidores de homosexuales y de personas que por casualidad tienen úteros, y el uso de posiciones políticas como plataformas convenientes para obtener favores sexuales, es corrupción, así como cuando se cierra un ojo para lograr ventajas partidarias – que se jodan los imbéciles que se dejaron engañar por los señuelos de congresistas importantes o por súper dirigentes eclesiásticos, lo más importante es mantener el control del dinero y del poder del gobierno: eso ES corrupción.
El pueblo USamericano no es ni intelectual ni demasiado moralista; puede tolerar una Guerra de Iraq para apoderarse del petróleo si se dijera simplemente que es para eso, y si USA ganara fácilmente (la mayoría no objetó a la Guerra del Golfo Pérsico [Guerra de Iraq I], ni a las invasiones de Panamá o Grenada). Pero, el público USamericano detesta a un timador que sólo miente. Todos tenemos que esforzarnos para salir adelante, y todos odiamos a los que gozan de ventajas injustas, porque las reglas han sido amañadas a su favor, o porque se les permite que roben y que se salgan con la suya con cosas que a nosotros nos prohíben. No hay que pasar el 2º básico para comprender esa verdad elemental. Y el público USamericano votó contra eso. Eso es corrupción: el que los «árbitros,» los «maestros,» los «funcionarios,» los «polis» y los «jueces» de nuestros juegos socio-económicos diarios hayan sido hipócritas mentirosos que deformaron el sistema para perjudicarnos – y «nosotros» sabíamos que jamás se nos permitiría ingresar «al club» de los que se pueden salir con la suya. Eso es corrupción y contra eso votó el público USamericano. George W. Bush logró encarnar todo eso en su gobierno de modo mucho más obvio que ningún otro presidente de USA en la historia reciente, y logró supervisar una deshonestidad más amplia y más rápida de lo visto hasta ahora. Luego vino Katrina, y comprendimos que éramos mierda. Si la cosa se pone dura, nos tirarán por la borda al primer indicio de problemas para la clase gobernante – realmente no existía una red de seguridad, y la cosa podía volverse fatalmente insegura en todo momento. La seguridad nacional era una mentira total, un chiste. Se nos permite que compremos «bienes» y «seguros» de mega-corporaciones, y se nos permite que paguemos impuestos, pero si llega el momento en que «nosotros» lleguemos a necesitar «medicinas» o nos convirtamos en «víctimas» – te cagaste. Al Tío Sam lo compraron, y nosotros no somos bien vistos en los vecindarios que él cuida. Todo eso es corrupción. Y, quedó bien claro que el agente favorito de los controladores corruptos era el Partido Republicano. Seguro, los demócratas son casi igual de malos, porque ellos se arrodillan ante las mismas fuentes de dinero – pero la clave está en «casi.» Era evidente que el Gran Dinero utilizaba a los demócratas como una valla, pero sus verdaderos egos estaban invertidos en los republicanos, y sobre todo en la facción neocónica Bush-Cheney-Rumsfeld. La pandilla de la Iglesia Wacko-cristiana se había combinado con los neoconservadores para formar un virus político que controlaba por completo el aparato republicano – como los de las vainas en «Muertos vivientes» (The invasion of the body snatchers, 1956), y no había modo de salvar al huésped original. La única manera de matar a la infección era quemar a toda la bestia afectada. La elección del 7 de noviembre de 2006 fue el público USamericano actuando como Gregory Peck, matando a un perro rabioso en las calles en «Matar a un ruiseñor,» [«To Kill A Mockingbird.»] De este modo, el Día de la Elección fue como el 11-S, «todos» estamos unidos en un objetivo fundamental – detener la demencia, matar la corrupción.
Pero, esta unidad no durará mucho, ni siquiera una semana. Hemos apretado los frenos y sufrimos nuestro choque después de una noche de farra fascista, y ahora vamos saliendo de los despojos. Una vez que hayamos salido, todos volveremos a nuestros «auténticos» intereses: los progresistas insistirán con ahínco en más justicia social y económica, la pequeña burguesía (los republicanos en minúscula, los demócratas del «negocio de la esquina») volverán a concentrarse en las regulaciones de dinero-impuestos-ganancias, y se apartarán de cualquier gran problema o preocupaciones morales; los fanáticos del deporte volverán a sus trabajos y a sus paraísos cerebrales en el mundo de la televisión; y los paleo-conservadores volverán a tratar de convencer al público en general de que su ideología Von Mises-Calvinista de que «el egoísmo es casi sacrosanto» es de alguna manera satisfaciente y milagrosamente sustentable. La base de la corrupción no será eliminada – «la recusación está fuera de discusión» – la declaración explícita de complicidad bipartidaria de Pelosi: el cabildeo no será regulado, el Lobby Israel (dueño del Partido Demócrata) no va a ser ilegalizado (agentes extranjeros), el financiamiento público de campañas y la representación proporcional no se ven por ninguna parte. Los que serán detenidos son algunos de los criminales de guerra borrachos, como Rumsfeld, y algunos de los operadores del soborno, probablemente algunos de los socios de Abramoff. Los votantes tienen un largo camino que recorrer antes de que vuelvan a ser dueños de los «árbitros,» los «funcionarios,» «los polis» y los «jueces» que controlan los laberintos por los que se ven obligados a correr para conseguir su pan diario.
Los «realistas» de la elite, de la cepa de James Baker, Robert Gates, Papá Bush, retomarán el control, para diseminar algunos beneficios médicos para medicinas recetadas, «vietnamizar» la Guerra de Iraq (subcontratarla a alguna facción armada, y sacar lentamente a soldados de USA a medida que «nuestros aliados iraquíes» logren «preparación») y mantener el control en el resto: «la recusación está fuera de discusión,»
¿Y la eliminación de los recortes tributarios para los ricos? ¿Y si dejaran tranquila la Seguridad Social? ¿Y si hubiera un salario nacional que permita vivir? ¿Y el habeas corpus? ¿Y la subcontratación? ¿Y la consolidación en los medios? La lista es interminable. La introducción de Robert Gates, como reemplazo para Donald Rumsfeld, es una señal de «la elite realista» de que ha ejercido control y que a colocado a bebé Bush bajo supervisión; así que volvemos a Baker como un Secretario de Estado efectivo, como un regente que actúa por cuenta del Rey George (Bush) Primero para supervisar a bebé Bush como presidente nominal. El mismo modelo antiguo, siempre hay una niñera que esgrima la cuchara de plata.
El camino para arrancar las raíces de la corrupción pasa por la recusación y luego por los tribunales de crímenes de guerra. Vivamos según las mismas reglas – ésa es la revolución. Lo que Pelosi nos dijo con la mayor claridad es que para 2008, el Partido Republicano y el Partido Demócrata serán aún más difíciles de distinguir, serán la mano derecha y la mano izquierda de la elite «realista.» ¿Por qué? Porque ambos partidos comparten la misma preocupación fundamental: asegurar que las elecciones no cambien nada. ¿Enfocará un día el público USamericano ese tema y reconocerá que se trata de corrupción?
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Manuel Garcia, Jr. es físico. Para contactos escriba a; [email protected]