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Las relaciones económicas de Gadafi con el imperialismo

Fuentes: www.litci.org

Hoy existe una polémica en toda la izquierda sobre el apoyo o no a Gadafi, contra el levantamiento revolucionario que intenta derrumbarlo. El principal argumento de las corrientes que lo defienden, principalmente aquellas de origen stalinista y castrista, es que los gobiernos imperialistas están contra Gadafi y, por eso, es necesario defenderlo incondicionalmente contra la […]

Hoy existe una polémica en toda la izquierda sobre el apoyo o no a Gadafi, contra el levantamiento revolucionario que intenta derrumbarlo. El principal argumento de las corrientes que lo defienden, principalmente aquellas de origen stalinista y castrista, es que los gobiernos imperialistas están contra Gadafi y, por eso, es necesario defenderlo incondicionalmente contra la amenaza de la invasión imperialista.

Aunque estamos en contra de cualquier tipo de intervención del imperialismo, es necesario esclarecer que nuestros motivos no son los mismos que los motivos de los defensores de Gadafi. Esta intervención, con la votación de la zona de exclusión aérea por la ONU, no sería para «derrumbar a Gadafi del poder», sino para derrotar el proceso revolucionario en curso en Libia y, así, intentar enterrar la revolución árabe, aunque para eso el imperialismo necesite librarse de su aliado.

Para mostrar las relaciones de Kadafi con los imperialismos europeos y norteamericano publicamos este estudio hecho por el ILAESE de Brasil sobre la geopolítica del petróleo. Esperamos así esclarecer a nuestros lectores sobre los reales motivos de la intervención del imperialismo en la revolución libia.

La Exxon descubrió el petróleo en Libia en 1959 en Zaltán, al oeste del país. Las exportaciones de petróleo comenzaron en 1961. El coronel Gadafi subió al poder, después de un golpe militar contra el rey Idris I, en 1969.

Siguiendo los pasos de Gamal Abdel Nasser, del Egipto, Gadafi puso en práctica el panarabismo nacionalista, expropió y nacionalizó las empresas petrolíferas extranjeras y desmontó bases militares británicas y norteamericanas instaladas en el país.

Por eso, la nación libia fue blanco de sanciones comerciales del imperialismo de 1986 hasta el 2004, que produjeron un efecto sofocante sobre la inmensa mayoría del pueblo y sólo fueron eliminadas con la apertura del territorio libio a las multinacionales a través de la creación de un modelo de explotación y de producción de petróleo favorable a los negocios de las Big Oil de Europa y de los Estados Unidos de América.

El hijo de Gadafi, Saif, fue el principal articulador neoliberal de Libia. Él ofreció un mayor acceso al capital, incentivos fiscales y privatización. En concordancia con un informe de abril de 2010 del gobierno de Libia, el régimen privatizó 110 empresas públicas estatales en los últimos diez años. El mismo informe promete privatizar el 100% de la economía de Libia a lo largo del tiempo. [1]

En el 2004 Inglaterra firmó el «Acuerdo en el Desierto», que preveía miles de millones en contratos de explotación de petróleo en el país. En agosto de 2004 una subasta de 4ª ronda ofrecía 15 áreas de explotación, con la participación de 56 empresas y el registro de 104 propuestas.

En el 2006, los EUA removieron a Libia de su lista de estados que patrocinan el terrorismo. Con eso, Gadafi se abrió camino para la explotación de petróleo libio por las empresas de petróleo de los EUA. Una serie de reformas para liberalizar la economía y abrir el país al capital internacional fueron realizadas, dando como resultado numerosos contratos con empresas multinacionales.

Entraron así: Amerada Hess, Canadian Occidental, la Chevron-Texaco, la CNPC, Indian Oil Corp, Liwa (EUA), Nimr Petróleo (Arabia Saudí), OMV, Occidental, ONGC, Petrobras (Brasil), PetroCanada, Óleo del Mar Rojo Corp (Canadá), Repsol, Shell, Verenex, Total, la Wintershall (Alemania), la Woodside (Australia).

La empresa estatal libia, National Oil Corporation (NOC), tiene poco peso, a pesar de estar aún bajo control estricto de Gadafi, y realiza «joint ventures» con la ConocoPhillips, Marahton y Hess.

Gracias a esos negocios, Libia tiene una balanza comercial positiva de US$ 27 mil millones por año y una renta per cápita de US$ 12 mil, seis veces mayor que la de Egipto. Tiene el mayor IDH de África y el cuarto mayor PIB del continente.

Desde el 2004, Libia registra tasas de crecimiento favorables, con un crecimiento estimado del PIB del 10,6% en el 2010, con una economía totalmente dependiente del petróleo que, en consonancia con el FMI, representó más del 95% de los ingresos de las exportaciones en el 2010.

El petróleo bruto y sus derivados refinados en Libia son exportados hacia los países imperialistas y asiáticos. En contrapartida, los productos importados de los países imperialistas por el gobierno de Gadafi incluyen máquinas, equipos de transporte, alimentos y bienes manufacturados, además de muchas armas.

Pero, a pesar de ser el sector petrolífero de Libia, de lejos, el más importante en términos de ingresos nacionales, esto no se traduce en el incremento de la calidad vida de la inmensa mayoría del pueblo libio. El desempleo, por ejemplo, es del 30% y llega a 40% entre los más jóvenes.

En virtud de su antigua influencia sobre las masas, así como por el hecho de controlar un enorme aparato de seguridad, Gadafi abrió las cortinas a una mayor penetración económica del país para las Big Oil.

A partir de esa situación, Gadafi se convirtió en uno más de los agentes del imperialismo esparcidos por el mundo. El resultado ha sido graves violaciones de los derechos humanos, con ejecuciones sumarias y torturas, para contener la insatisfacción del pueblo libio.

Geopolítica del petróleo

A partir de enero del 2011, las reservas de gas natural de Libia fueron estimadas en 54,7 billones de pies cúbicos. Posee las mayores reservas de petróleo de África. Cerca del 80% de las reservas probadas están localizadas en los sedimentos de Sirte. La cuenca de Murzuq brinda un 25% de la producción y el resto proviene de la región de la costa, cerca de Trípoli.

El objetivo inmediato es la construcción de una nueva refinería para procesar el petróleo de Murzuq, y otra debido a la extracción anticipada de petróleo de Sebha. Una refinería en Misurata, exclusiva para exportación, con capacidad de 200 mil barriles de petróleo por día, también tiene su construcción prevista.

Con eso, la producción puede llegar a 3 millones de barriles diarios (mbd) para el 2013. Ese es el objetivo, aumentar la exportación de petróleo hacia los países imperialistas. El país casi duplicó sus exportaciones de gas natural en tres años.

Libia tiene costos de producción bajos, petróleo de buena calidad y campos próximos a las refinerías y mercados de Europa. El de mejor calidad (más liviano) es vendido a Europa y Estados Unidos, mientras que el pesado es exportado hacia los mercados asiáticos.

La revolución libia aumenta la crisis en Europa

Libia exporta cerca de 1,1 millón de barriles por día y es el tercer productor de petróleo de África. Responsable por el 2% de la producción mundial, 90% de sus exportaciones se dirige hacia los países europeos y un tercio a Italia, lo que explica el apoyo de Berlusconi a Gadafi.

Además de eso, la empresa italiana ENI, la mayor operadora de petróleo en Libia, compra gas natural de Libia desde hace décadas. La BP (Inglaterra), Repsol YPF (España) y Total (Francia) son otras que operan en Libia.

Sustituir esta exportación por la distante Arabia Saudí exigiría más navíos, más tiempo, y más costos.

Con la revolución, la producción y exportación de petróleo y derivados están prácticamente paralizados, a pesar de que ambos lados del conflicto garanticen que no reducirán la producción de las regiones que controlan.

Diversas compañías de petróleo anunciaron la suspensión de sus operaciones y la retirada de los funcionarios y familiares de Libia. La española Repsol-YPF suspendió sus operaciones por que las condiciones no eran seguras. Fue seguida por la Wintershall, subsidiaria de la Basf, y la BP, que anunciaron la suspensión temporal de las operaciones. La noruega Statoil, la austríaca OMV y la anglo-holandesa Shell, la francesa Total y la rusa Gazprom están siguiendo el mismo camino, y ni que decir de los 30 mil trabajadores chinos semi-esclavos de compañías de petróleo y de la construcción civil.

La Eni redujo su producción a la mitad. Con eso, la producción bruta total cayó de 1,6 millón de barriles diarios a 850 mil, según relatos de los productores occidentales.

La mayoría de los puertos de Libia – principal plataforma de exportación – también fue cerrada debido a la falta de personal o a las interrupciones de producción.

El gaseoducto de gas natural en el Mediterráneo, desde Libia y de la isla italiana de Sicilia, fue desactivado, sin orientación de cuándo se puede volver a bombear.

La industria de petróleo de Libia está en caos – y no se sabe cuándo va a terminar.

La Asociación Internacional de Energía (AIE) informó que las refinerías europeas tienen stocks solamente hasta el fin de marzo. Esta situación está llevando a un nuevo aumento del precio del barril de petróleo, que ya rebasa los US$ 100, y los economistas hacen la previsión de una nueva recesión, principalmente en los países no productores, por eso la desesperación del imperialismo por un desenlace rápido.

Petrodólares por armas

Pero las relaciones de Gadafi con el imperialismo no se dan sólo a través del comercio de petróleo. El imperialismo también le suministra armas libremente.

Italia concedió a Libia licencias de exportación de 112 millones de euros en armamento y 108 millones de euros para aviones militares, los mismos que bombardean al pueblo libio.

Malta es el segundo mayor exportador, con un lote de 80 millones de euros de armas de pequeño porte y Alemania, en tercer lugar, con 53 millones de euros en licencias, principalmente para equipamientos de interferencia electrónica, usados para interrumpir señales de celulares, internet y comunicación GPS. Gran Bretaña exporta gas lacrimógeno, munición de control de multitudes, municiones de armas portátiles y lanzadores de proyectiles, además de que sus oficiales de policía viajan frecuentemente a Trípoli para entrenar a la policía Libia.

La Brigada Khamis tiene medios de comunicación y sistemas de datos valorados en US$ 165 millones, suministrados por Inglaterra. Las Unidades del Servicio Aeroespacial (SAS) están directamente involucradas en la formación de las Fuerzas Especiales de Libia. Irónicamente, las mismas que estaban implicadas en la lucha contra el Ejército Republicano Irlandés (IRA), que ya recibió ayuda de Gadafi. Gran Bretaña también fue responsable por el envío de vehículos armados con cañones de agua y furgonetas antidisturbios, identificados en la represión a la ciudad de Benghazi.

El imperialismo sostiene a Gadafi

Gadafi mantiene el control del oeste y está atacando la revolución en el este, sostenido e impulsado por los millones de dólares de los ingresos de exportación de petróleo para los países imperialistas.

Los pagos por las exportaciones de petróleo continúan siendo hechos en el Banco Central de Libia, bajo control de Gadafi.

Por el petróleo exportado en una quincena, durante el conflicto, fueron depositados cerca de US$ 770 millones (550 millones de euros).

Por eso, la Federación Internacional de los Trabajadores de la Industria Química, Energía y Minas, presentó una solicitud a las empresas multinacionales del petróleo y a las industrias de productos químicos para que suspendan estos pagos.

A pesar del genocidio contra el pueblo libio, Barak Obama no había condenado Gadafi hasta 23 de febrero. Y ahora el imperialismo espera el desenlace de la ofensiva de las fuerzas de Gadafi para tomar alguna decisión de intervención.

Los lazos entre Italia y Libia fueron reforzados después de la firma, en agosto de 2008, de un acuerdo histórico para indemnizar las consecuencias del colonialismo italiano (1911-1942) con US$ 5 mil millones en 25 años. El llamado «pacto de amistad» incluyó una solicitud de disculpas solemne de Italia por el periodo de la colonización, que asesinó a 100 mil personas de una población de 800 mil.

En intercambio, el régimen de Muamar Gadafi invirtió los petrodólares en empresas italianas, como la FIAT, de la cual llegó a poseer el 10% de las acciones. La mayor inversión de Libia es el UniCredit. A finales de 2008, en plena crisis financiera mundial, el Banco Central libio compró acciones del mayor banco italiano, que estaba en serios problemas. Con la ayuda del fondo soberano Libyan Investment Authority (LEIA), Libia se hizo el mayor accionista de UniCredit (con 7,582%), actualmente uno de los mayores bancos de Europa.

Desde enero de 2011 el gobierno libio es dueño del 2,01% del grupo aeronáutico y de defensa Finmeccanica, controlado por el Estado italiano. Libia tiene también casi 0,5% de la empresa de petróleo ENI. Posee 22% de la empresa textil Olcese y 7,5% del club de fútbol Juventus. En junio de 2009, una empresa controlada por la Compañía Árabe de Inversión Extranjera adquirió una participación del 10% en Comunicaciones Quinta, de la cual el accionista mayoritario es Berlusconi. Según el periódico económico Il Sole 24 Ore, el valor de las acciones del gobierno de Gadafi en Italia alcanza 3,6 mil millones de euros.

Además del barato petróleo libio, muchas empresas italianas de construcción firmaron contratos para la construcción de carreteras, universidades, ferrocarriles y hoteles, lo que ha beneficiado a Italia con una lluvia de «petrodólares».

Italia es el mayor socio comercial de Libia: en 2009 había un total de 180 empresas italianas activas en Libia, donde viven 1.500 italianos.

Pero no son solamente los italianos ganan mucho en Libia. Cerca de 150 empresas británicas establecieron presencia en este país desde que Europa suspendió las sanciones económicas. Entre ellas, los principales minoristas como la Marks & Spencer, Next, Monsoon Accessorize y empresas como la AMEC (ingeniería), y Biwater (tratamiento de residuos), aprovechándose de la ola de gastos de infraestructura, con un costo estimado de 310 mil millones de libras en una década.

En Inglaterra, cuando el Partido Laborista estaba en el gobierno, también se convirtió en un importante socio comercial.

Saif declaró al periódico británico Daily Mirror, en junio de 2010: «Tony Blair tiene una excelente relación con mi padre». Blair es considerado un consejero de confianza para la Libyan Investment Authority. Con eso, las exportaciones británicas para Libia subieron cerca de 930 millones de euros en los últimos años.

[1] How Gaddafi became a Western-backed dictator: Como Gaddafi se hizo un dictador apoyado por los Occidentales, por Peter Boyle

Américo Gomes, abogado con especialización en Política y Relaciones Internacionales y Dalton Santos, geólogo y Director del Sindicato de los Petroleros de Alagoas y Sergipe. ILAESE: ILAESE – Instituto Latino Americano de Estudios Socio Económicos.

Traducción: Jessica Barquero

www.litci.org