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Leyendo por debajo de los titulares

Fuentes: TeleSur

El gobierno no está escuchando sus llamadas telefónicas, excepto cuando lo hace. A menudo las «Ah, por cierto» historias o fuentes enterradas al final de un artículo de prensa o un informe o en las notas, o hipervínculos de un ensayo o un libro te golpea tan fuerte – que te ayuda a darte cuenta […]

El gobierno no está escuchando sus llamadas telefónicas, excepto cuando lo hace.

A menudo las «Ah, por cierto» historias o fuentes enterradas al final de un artículo de prensa o un informe o en las notas, o hipervínculos de un ensayo o un libro te golpea tan fuerte – que te ayuda a darte cuenta que las cosas son aún peor de lo que pensabas.

Un cambio tranquilo

Por ejemplo, la emisión de Año Nuevo de la radio «Publica» Broadcasting System. Cerca del final de su breve resumen de apertura de las noticias del día, Gwen Ifill informó al oyente de una manera monótona y breve en el Newshour, que el Departamento de Comercio de los Estados Unidos «silenciosamente había comenzado a permitir a las compañías petroleras» exportar petróleo, por primera vez en casi 40 años».

Como podría haber añadido Ifill, las compañías petroleras estadounidenses tienen ahora un excedente de petróleo para la exportación debido a la práctica ambientalmente desastrosa de la fracturación hidráulica (fracking). Tampoco fue noticia en el resumen de Newshour: la jugada de la administración de Obama – una andanada contra la OPEP en su guerra para controlar los mercados de petróleo y gas a nivel mundial – bien podría significar el fin inminente de la prohibición de las exportaciones, que ha existido desde la crisis del petróleo inducida por la OPEP en la década de 1970. Esto es algo por lo que el poderoso grupo de presión de petróleo y gas de Estados Unidos ha estado presionando muy duro en los últimos años.

Como BS «P» podrían haber elaborado más, pero no lo hizo, grupos ambientalistas el año pasado advirtieron que levantar la prohibición de las exportaciones de petróleo crudo podría dar lugar a la liberación de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono adicional en la atmósfera, aumentando significativamente la catástrofe en curso, que es el calentamiento global antropogénico. El aumento de las ganancias recogidas de la exportación de petróleo crudo incentivará a las corporaciones para perforar más en los EE.UU., lo que aumentará considerablemente la contaminación del medio ambiente en el país y llevará a más emisiones de carbono con la quema del petróleo.

La reversión y derogación de la prohibición es una receta para el desastre ecológico. No es poca cosa, pero no llega a noticia de primera plana en BS «P», donde la «P» a menudo parece pasar por «Petróleo» dado que la red «pública» recibe patrocinio de las principales corporaciones petroleras – y donde los informes escalofriantes sobre el ecocidio capitalista que se viene, comúnmente se mencionan de la forma más indiferente, secundaria, y como parte de las, «oh, por cierto, otras noticias»

«… Si nos escuchamos nada»

He aquí otro ejemplo. Llegó cuando hice clic en uno de los cuarenta y nueve hipervínculos en un reciente ensayo, excelente por cierto, de TeleSur Inglés – un hipervínculo incrustado en la siguiente frase: «La policía de Chicago están aparentemente espiando las conversaciones telefónicas de los manifestantes.» Siendo ciudadano natal de Chicago y usuario de teléfono celular que ha participado en más de unas pocas protestas en esa ciudad, yo, naturalmente, seguí el enlace, lo que me llevó a un informe publicado en la revista progresiva con sede en Chicago In These Times. Cortesía de activistas locales y del grupo activista Anonymous en línea, el informe contiene una pistola humeante. Cuenta con una transcripción de una conversación por radio policial entre un oficial de policía de Chicago que estaba patrullando una demostración relacionada con Ferguson – Black Friday y el «centro de fusión» del departamento de policía de la ciudad en noviembre pasado. El «centro de fusión» es una instalación de inteligencia y vigilancia (técnicamente llamado Prevención del Delito y Centro de Información) que colabora y coordina entre el Departamento de Policía de Chicago, el FBI, el Departamento Federal de Seguridad Nacional (DHS), y otros organismos. La conversación, capturada en vivo por un activista que hace seguimiento a la banda de radio de la policía de la ciudad, se desarrolló de la siguiente manera: Oficial: «Sí, una de las chicas, ella es una especie de organizadora aquí, ha estado en su teléfono mucho tiempo. Ustedes están escuchando alguna información, uh, a dónde van, posiblemente»? Prevención del Delito y el Centro de Información: «Sí, estamos manteniendo un ojo sobre ella. Nosotros les haremos saber si escuchamos algo».

Observe que rutinaria suena y se lee la conversación. Para el Departamento de Policía de Chicago, no es gran cosa, hablar internamente, de que la policía escucha las conversaciones telefónicas de los activistas participantes, supuestamente protegidos por la Constitución, (Primera Enmienda) derecho de libre expresión de reunión pública y de protesta. El espionaje es una violación flagrante de la supuesta protección constitucional de los ciudadanos de Estados Unidos (Cuarta Enmienda) contra la orden judicial y «registros e incautaciones irrazonables.»

Recomiendo el «In These Times Report» (periodismo de investigación en su mejor momento) y un breve informe reciente en línea, característica del Christian Science Monitor, «Pass Code» (que abarca cuestiones de privacidad electrónicos y ciberseguridad ) da más detalles sobre: la tecnología específica – (también conocida como «receptor ISMI») – que permite a la policía (entre otras cosas) escuchar teléfonos celulares privados (sin el conocimiento de las empresas de telefonía celular); cómo funciona la tecnología; el fabricante militar (Harris Corporation) que vende la tecnología para los departamentos de policía metropolitanas de EE.UU; las sospechas de activistas desde hace mucho tiempo que estas tecnologías son utilizadas por la policía local; la lucha de los activistas y la ACLU para obtener información pública sobre el espionaje; los esfuerzos del fabricante para protegerse contra la responsabilidad legal por el abuso de las libertades civiles; y el número de departamentos de policía que han adquirido estas tecnologías de espionaje con subvenciones DHS entregados en nombre de la lucha contra el terrorismo islamista después de 9/11/2001.

Un viejo problema: Desde la Policía Imperial a la de Seguridad Interna

Así es como funciona el receptor ISMI: imita una torre celular, induciendo a los dispositivos inalámbricos en la zona enlazarse con el receptor. Desde allí, se accede a las diversas formas de datos en un teléfono, lugar y registros telefónicos y de texto. «En combinación con otros dispositivos y software», en el reporte de ‘In These Times’, ISMI «permite escuchar en tiempo real las llamadas hechas en celulares.»

No es nada nuevo. «Hasta el año 2006,» «Pass Code» reporta, «SMI se utilizaban sobre todo en la guerra contra el terrorismo. Es entonces cuando los departamentos de policía comenzaron a adquirirlos con subvenciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos».

Sin embargo, otro ejemplo de un problema post-9/11, es el que el Fundador y campeón de la Declaración de los Derechos, James Madison, advirtiera en 1799: «las trabas impuestas a la libertad dentro del país nunca se han forjado de las armas proporcionadas para la defensa contra bienes, fingidos, o peligros imaginarios desde el extranjero». De acuerdo con ‘Pass Code’, para la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), el problema es a nivel nacional: «La ACLU ha identificado 47 agencias en 19 estados y el Distrito de Columbia que poseen ISMI. En Tallahassee, Florida, la ACLU ha determinado, a través de los registros públicos, que la policía ha usado ISMI más de 250 veces entre 2007 y 2014. Se dijo que el Departamento de Policía de Los Ángeles utilizó ISMI al menos 340 veces en 2011, en Tacoma, Washington, el News Tribune informó que la policía los utilizó 179 veces entre 2009 y 2014. El Charlotte Observer informó recientemente que los funcionarios policiales utilizan ISMI más de 500 veces en un lapso de cinco a siete años». «El Gobierno es No está escuchando sus llamadas telefónicas»

Esto, se podría pensar, debería ser una noticia de primera en la CNN, el New York Times, y en otros medios líderes del «cuarto poder» en los Estados Unidos, incluyendo BS «P»: muchos departamentos de policía metropolitanos y estatales en la auto declarada sede mundial de la libertad y la democracia, poseen y utilizan la capacidad de escuchar a escondidas, directamente, sobre activistas y ‘otras personas’, llamadas privadas de teléfonos celulares. ¿Recuerda las repetidas declaraciones del presidente Barack Obama al pueblo estadounidense, tras la escalofriante revelación de Edward Snowden sobre vigilancia en el 2013? Una y otra vez, al mismo tiempo que la Casa Blanca no oculta el deseo de capturar y castigar a Snowden, Obama dijo, » A nosotros el Pueblo», que, «su» gobierno, «no está escuchando nuestras llamadas telefónicas» (Sólo recopila datos supuestamente inocuos de llamadas entre ciudadanos de Estados Unidos con los ‘chicos malos’, sospechosos de algún complot terrorista, en el extranjero). Si fueras como yo (y muchos otros que somos menos informados que un especialista en seguridad cibernética de la ACLU), responderías a ese argumento con un «sí, claro, seguro» y lo olvidarías, a falta de pruebas contundentes de algo diferente. Bueno, aquí está tu evidencia, tan clara como el día, consistente con la hipótesis de larga data de muchos activistas estadounidenses de que sus llamadas son monitoreadas por las autoridades.

Sin embargo, hay más confirmación de que vivimos en un estado policial, Big Bother.

El gobierno no está escuchando sus llamadas telefónicas, excepto cuando lo hace.

El espionaje de la policía en Chicago (y a nivel nacional) debe ser el encabezamiento en primera plana de los diarios, en la red y en los noticieros de los principales canales de cable. En su lugar es un pequeño artículo en una revista marginal de izquierda y en un enlace en línea, relativamente desconocido, de la Christian Science Monitor. En cualquier caso, ciudadanos y trabajadores, compañeros estadounidenses, tengan cuidado de ISMI cuando intenten organizarse en contra de las exportaciones de crudo estadounidense a China y otros destinos, causando muerte en nuestro recalentado planeta – o contra cualquier otra clase de males (incluyendo vigilancia policial omnipresente) que han llegado a ser algo casi banal en la ‘patria’ de la Superpotencia.

Hay algunas buenas noticias, recientemente me envió un compañero experto en cyber en Madison, Wisconsin: una nueva aplicación móvil diseñada específicamente para detectar rastreadores de teléfonos celulares. La aplicación, llamada «SnoopSnitchers», fue desarrollada por los Investigadores de Seguridad alemanes Alex Senier, Karsten Nohl, y Tobias Engel de SRLabs.

Puedes leer más sobre esto aquí: 
http://www.slate.com/blogs/future_tense/2014/12/31/snoopsnitch_is_an_app_by_the_german_srlabs_that_detects_imsi_catchers_stingrays.html
Manténgase lo más seguro que pueda, mientras da pelea y se defiende en este 2015.

El último libro de Paul Street es They Rule: El 1% v Democracia (Paradigm, 2014)

Fuente: http://www.telesurtv.net/opinion/Leyendo-por-debajo-de-los-Titulares-20150116-0148.html