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Libia en la encrucijada

Fuentes: Revista Pueblos

¿Por qué se interviene en Libia y no en otros países donde también existe represión y muerte de civiles? ¿Qué diferencia este caso de otros de estas revueltas del mundo árabe? Libia y Siria han sido los dos últimos países en los que han estallado estas movilizaciones. En las revoluciones se han levantado las heterogéneas […]

¿Por qué se interviene en Libia y no en otros países donde también existe represión y muerte de civiles? ¿Qué diferencia este caso de otros de estas revueltas del mundo árabe?

Libia y Siria han sido los dos últimos países en los que han estallado estas movilizaciones. En las revoluciones se han levantado las heterogéneas poblaciones de varios Estados árabes, desde Túnez hasta Bahrein. Levantamientos en los que estudiantes, trabajadores, sindicatos, grupos opositores, campesinos y otros sectores se unieron en acciones de protesta, consecuencia de un hartazgo de largos años que la crisis económica ha intensificado aún más si cabe.

Y de repente entró Libia en escena. Con rebeldes, algunos de ellos armados, que saltaron a las calles, y un dictador que apareció en televisión dando gritos. E informaciones confusas.

Entonces el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó la resolución 1973 y con ello dio luz verde a los ataques de una coalición encabezada por Francia y Estados Unidos para establecer la exclusión del espacio aéreo libio.

Mucha gente coincide en que los países de occidente son unos hipócritas, que hasta hace dos días el presidente francés Sarkozy vendió armas a su amigo Gaddafi y que Repsol, como tantas empresas, hacía un buen negocio en el país. Pero, ¿por qué se interviene? ¿Para salvar a la población? ¿Para ayudar a los rebeldes? ¿Por los intereses de Europa y Estados Unidos (petrolíferos y geoestratégicos, control del Magreb, inmigración, ganancia de puntos en las contiendas electorales)? ¿Por la estabilidad en la zona? ¿Para demostrar quién manda? ¿Porque no han logrado empujar a Gaddafi a irse por las buenas y Arabia Saudí no lo iba a acoger? ¿Para neutralizarlo? ¿Para cargárselo?

¿Por qué ahí? Había que hacer algo y esto no es como Iraq… Y no se frenan masacres con más masacres pero… ¿Se puso realmente empeño en el embargo de armas? ¿Se agotó la vía diplomática? ¿Se quemó el cartucho de mediadores que hubieran facilitado una negociación? ¿Qué significa que algo había que hacer? ¿El qué? ¿Se ha hecho lo adecuado? ¿Había que intervenir, era la única manera de hacerlo? Y hay propaganda de guerra. ¿Hemos leído entre líneas y detectado lo que está escrito detrás con tinta invisible? ¿Cuáles son las letras que a simple vista no se ven pero están ahí? ¿Qué pone y que aún no hemos leído?

¿No es más fácil no vender armas a un dictador para evitar que mate a los suyos? Primero le vendemos armas y luego montamos una guerra para, supuestamente, parar los asesinatos que está perpetrando con las armas que han salido del salón de nuestra casa. Parece un trabalenguas pero no lo es. Para desgracia de los civiles.

¿Y los rebeldes? Unos parecen población civil salida a las calles derramando un hartazgo similar al de otros países de la zona. Algunos están liderados por jefes regionales-tribales. Otros han aparecido blandiendo algo más que piedras.

Poca información y confusa. Movimientos sociales, arabistas, intelectualidad e incluso pacifistas no logran ofrecer una respuesta definida y existe división en las fuerzas que se consideran de izquierda. Durante años los opositores, los perseguidos… habían sido abandonados a su suerte por un Occidente que en los negocios y en el ocio iba de la mano de los dictadores.

Y aquí surge la pregunta del millón: ¿cómo puede ayudarse a las poblaciones de los países árabes en su liberación sin que se vean sometidos a nuestro apetito voraz y a unos líderes autoritarios?


Redacción PUEBLOS. Este artículo ha sido publicado en el nº 46 de la Revista Pueblos, segundo trimestre de 2011.


Resolución 1973

Aprobada el 17 de marzo de 2011 por el Consejo de Seguridad de la ONU, autorizó a «tomar todas las medidas necesarias» en Libia para «proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de ataques», incluyendo la creación de una zona de exclusión aérea. Excluyó explícitamente la intervención terrestre. Fue promovida por Francia, Reino Unido y Líbano. Diez votos favorables y cinco abstenciones: Alemania, Brasil, India, Rusia y China.

Uranio empobrecido

En las primeras horas del ataque se arrojaron enormes bombas y misiles Cruise que contenían ojivas de uranio empobrecido. Cuando un arma así golpea un objeto sólido, penetra a través de él y después explota formando una nube candente de vapor, que se asienta como polvo venenoso y radioactivo. Fuente: http://stopwar.org.uk.

Armas para Libia

Los Estados de la UE concedieron en 2009 licencias para la venta de armas y sistemas de armamento a Libia por valor de 333 657 millones de euros. Gran Bretaña, 24 700 millones de euros. España desbloqueó la venta tras la visita de Gaddafi en 2007.

Relaciones comerciales

La ONU levantó el embargo al país norteafricano en septiembre de 2003. La UE desbloqueó los acuerdos en octubre de 2004. EE UU retiró en 2006 a Libia de la lista de los países terroristas. El Instituto de Comercio Exterior revela que España es el tercer país con más intereses económicos en Libia y los datos de Industria evidencian cuantiosos acuerdos armamentísticos.

Multinacionales

Grandes petroleras operan desde hace años en Libia. Entre ellas British Petroleum, las japonesas Mitsubishi y Nippon Petroleum, la italiana Eni Gas, British Gas y las estadounidenses Exxon Mobil, Occidental Petroleum y Halliburton (gas y petróleo). Otras: Royal Dutch Shell, Total (Francia), Oil India, CNBC (China), la indonesia Pertamina y la noruega Norsk Hydro.

Fuente: http://www.revistapueblos.org/spip.php?article2155