«Durante varios siglos su territorio fue invadido por potencias antiguas y modernas. A finales del siglo XIX, el territorio comprendido entre Túnez y Egipto (Tripolitania y Cirenaica) comenzó a ser llamado Libia, nombre derivado de una legendaria mujer (Lubia), jefa de una de las tribus de la región. Estas zonas del norte de África fueron […]
«Durante varios siglos su territorio fue invadido por potencias antiguas y modernas. A finales del siglo XIX, el territorio comprendido entre Túnez y Egipto (Tripolitania y Cirenaica) comenzó a ser llamado Libia, nombre derivado de una legendaria mujer (Lubia), jefa de una de las tribus de la región. Estas zonas del norte de África fueron habitadas desde tiempos prehistóricos por grupos humanos que se encontraban en el período neolítico con bastante desarrollo en la agricultura. Mil años antes de nuestra era, las tribus nómadas de la región de El Fezzan tenían ya como actividad fundamental la ganadería. Entre los siglos VIII y VI antes de nuestra era entraron bajo la égida de modo sucesivo, de los fenicios (Tripolitania) y de los griegos (Cirenaica), quienes fundaron varias ciudades. A partir de la segunda mitad del siglo VII se produjo la invasión árabe, con el sometimiento de los pobladores de dichas zonas al califato de Bagdad, y su conversión al Islam. Las tribus bereberes que poblaban la región se integraron durante todos estos años a las fuerzas invasoras del Califato, que pasaron a la Península Ibérica. (…)»
A principios del siglo XVI, España invadió Trípoli como parte de la toma de las principales ciudades del Maghreb (zona norte de África), envueltas en la piratería.
Durante los siglos XVII, XVIII y buena parte del XIX, la economía del país se sustentaba en las actividades de los corsarios y del comercio esclavo, lo cual provocó que sufriera varios ataques navales de las potencias cristianas europeas.
A finales del siglo XVI los turcos comenzaron su dominio sobre Libia. Su hegemonía se prolongó hasta 1911, año en que Italia se apoderó de la nación.
Segunda Guerra Mundial
Cuando se desencadenó el fascismo en el país europeo, Libia cobró gran importancia militar; fue dividida en tres zonas y construidos varios campos de concentración para reprimir a la población, sobre todo a las tribus que habitaban las montañas de Cirenaica, donde permanecía rebelde el líder Omar Mukhtaf, quien en 1931 fue rodeado y asesinado por los invasores.
Mukhtaf ha pasado a la historia como uno de los grandes héroes del pueblo libio y su resistencia ha sido reflejada en obras literarias y filmes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Libia fue escenario de importantes operaciones bélicas. Finalizada la contienda, Gran Bretaña estableció una administración militar en las regiones de Cirenaica y Tripolitania, mientras Francia ocupó la zona de El Fezzan.
Al concluir el conflicto, el destino de Libia fue tema de grandes controversias entre las potencias capitalistas, lo que estuvo determinado, entre otros factores, por la posición estratégica en esa zona de Africa.
El 24 de diciembre de 1951 se proclamó en Benghazi la independencia y el establecimiento de una monarquía hereditaria encabezada por el rey Idriss I. El país ingresó en la Liga Árabe, la ocupación francesa de El Fezzan concluyó en 1954 y en 1955 fue admitida en las Naciones Unidas.
A partir de 1960, la nación se convirtió en una de las grandes productoras de petróleo. La economía sufrió un vuelco total debido a los grandes ingresos que percibía por concepto de regalías.
Los hidrocarburos despertaron las apetencias de las grandes transnacionales que siempre están prestas a apoderarse o controlar los recursos naturales de las naciones del Tercer Mundo.
Sin embargo, las clases explotadas y marginadas no obtenían beneficio alguno y el país, esencialmente agrícola, se mantenía completamente atrasado. Los pequeños núcleos económicos privilegiados se nutrían de las ganancias petroleras y del comercio de importación.
El primero de septiembre de 1969, un grupo de oficiales dirigido por el coronel Muammar el Kadhafi dio un golpe de estado y se inició un proceso de transformaciones antifeudales. La monarquía fue abolida y se instituyó la República Árabe Libia.
*El autor es ciudadano cubano, periodista especializado en política internacional, y ha sido corresponsal en varios países africanos.