Los periódicos occidentales han hablado sobre la intensa rivalidad política y de seguridad entre Francia e Italia en Libia, en medio de un proceso político obstaculizado debido al contradictorio proyecto estadounidense, que pretende establecer una alianza militar árabe para contrarrestar la creciente influencia de Irán en la región. El periódico de Ginebra Tribune de Genève […]
Los periódicos occidentales han hablado sobre la intensa rivalidad política y de seguridad entre Francia e Italia en Libia, en medio de un proceso político obstaculizado debido al contradictorio proyecto estadounidense, que pretende establecer una alianza militar árabe para contrarrestar la creciente influencia de Irán en la región.
El periódico de Ginebra Tribune de Genève , publicado en francés, explicó la frenética rivalidad entre Francia e Italia en Libia, citando razones arraigadas detrás de los obstáculos políticos en Libia, siete años después de la caída del régimen de Gaddafi.
Mediante entrevistas con algunos ciudadanos y personalidades, el periódico llegó a varias conclusiones, incluida la existencia de una «verdadera guerra de influencia entre Francia e Italia,» según la web Swissinfo.
Abdul Hafiz Ghoga, un activista por los derechos humanos y ex vicepresidente del Consejo Nacional de Transición libio durante las revolución de 2011, cuenta que «no habrá paz ni estabilidad en Libia hasta que la comunidad internacional llegue a un consenso.»
Razones históricas
El periódico señaló algunas razones históricas recientes (la decisión del ex presidente francés, Sarkozy, de usar la fuerza para detener el avance de las fuerzas de Gaddafi hacia Benghazi), y otras razones históricas antiguas (Omar Mukhtar, líder de la resistencia contra la colonización italiana, original de Cirenaica) para explicar la popularidad de Francia en Benghazi, en contraste con la hostilidad dirigida a Italia.
A cambio, el periódico destacó que la ayuda militar francesa es lo que ayudó al general Khalifa Haftar a ganar la batalla en la que se enfrentó a grupos armados de diferentes afiliaciones entre 2014 y 2017, resolviendo el conflicto en su favor y, por lo tanto, tomando la ciudad de Benghazi.
El periódico cito Ahmed Al-Mesmari, portavoz del ejército de Haftar, diciendo: «Teníamos un interés común; combatir el terrorismo. France quería perseguir a grupos terroristas en nuestros países vecinos del sur, como Chad, Mali y Níger, donde estos grupos están muy extendidos.»
Las declaraciones de Al-Mesmari confirman lo que un antiguo asesor del Ministerio de Defensa francés admitió al decir; «la Operación Volcán (un despliegue militar que realizó Francia durante los años de Sahel para combatir a grupos terroristas) nos costó mucho. Por lo tanto, la única forma de poner fin a esta operación es conseguir restaurar la estabilidad en Libia. Por esta razón, la autoridad ejecutiva (el gobierno francés) ha elegido a Haftar,» declaró.
Campamento del Islam político
Por el contrario, Italia eligió al bando contrario (el gobierno en Trípoli, reconocido internacionalmente), dando prioridad a detener el flujo de inmigrantes. Después de que Roma reabriera su embajada en Trípoli (a diferencia de Francia, que la cerró en 2014), decidió negociar directamente con las milicias responsables de las operaciones de llevar los barcos de los inmigrantes para reducir la cifra de éstos.
A nivel político, los partidos libios de las regiones orientales del país acusan a Italia de apoyar y respaldar a quienes describen como «partidarios del Islam político.» El periódico citó a Abdel Nadir Qadoura, antiguo miembro de la Asamblea Constituyente de Libia y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Benghazi, diciendo: «los italianos quieren que los Hermanos Musulmanes ocupen el poder. Saben que las elecciones no les beneficiarán, y por eso están haciendo lo posible por retrasarlas.»
Desde su punto de vista, el investigador Jalel Harchaoui, residente en París e interesado en los asuntos libios, señala que los aliados de Francia «han restringido las elecciones.»
Añadió: «La presencia de Estados Unidos en la cumbre celebrada el 29 de mayo de 2018 en París (tras la cual se decidió organizar unas elecciones generales el 10 de diciembre) ha causado preocupación en Francia de nuevo. El Reino Unido e Italia, que se oponían a celebrar elecciones tan pronto, exigieron una decisión a Francia.»
Efectivamente, es lo que parece haber sucedido. La reorganización ha sido reforzada por el nombramiento de la diplomática estadounidense Stephanie Williams como ayudante de Ghassan Salamé, el enviado de EEUU a Libia. El periódico considera que «el regreso de esta lista con trabajos previos en la embajada estadounidense en Trípoli demuestra que el Departamento de Estado de los EEUU ha vuelto a ocuparse de los asuntos de Libia, al menos entre bastidores.»
En este aspecto, el periódico continúa afirmando que la prioridad del Tío Sam no reside en quién liderará Libia o en el problema de la inmigración. Reside en «observar a Emiratos Árabes Unidos, su socio esquivo, que está llevando a cabo una política ofensiva con el eslogan «Todo menos los Hermanos Musulmanes», apoyando al general Haftar, al igual que Francia.»
Este artículo fue publicado en árabe en Al-Khaleej Online el 21 de enero de 2019.