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Libia: una guerra colonial por el dominio económico y militar

Fuentes: Rebelión

Ante la resolución que autorizó la intervención militar en Libia, el PCE mostró su total rechazo a esta lógica de guerra del Consejo de Seguridad. Después de los desastres de Irak y Afganistán, aludiendo cínicamente a los intereses del pueblo, dijimos que una intervención militar en Libia acabaría como las otras, matando, destruyendo y vulnerando […]

Ante la resolución que autorizó la intervención militar en Libia, el PCE mostró su total rechazo a esta lógica de guerra del Consejo de Seguridad. Después de los desastres de Irak y Afganistán, aludiendo cínicamente a los intereses del pueblo, dijimos que una intervención militar en Libia acabaría como las otras, matando, destruyendo y vulnerando los derechos humanos de forma brutal, a la vez que rechazamos la intervención militar y el ataque a la soberanía nacional de Libia. Condenamos la agresión militar a Libia, e hicimos un llamamiento a la resolución pacífica e interna de los problemas que existieran en Libia, y advertimos de los peligros que se cernían sobre la independencia y la integridad territorial de este país. Con el pasar de los días y los hechos que están ocurriendo ahora mismo, queda clara la hipocresía y la brutalidad de una decisión que no era para salvar vidas, sino para saquear un país y convertirlo en colonia del imperio capitalista, al servicio de los negocios de las empresas transnacionales. Desde el PCE afirmamos:

  1. Que la intervención militar de la OTAN, brazo criminal del capitalismo, sólo ha servido para matar y destruir. La ONU, desgraciadamente encabezada por el pelele de EE.UU. Ban Ki moon, la Unión Europea y la Liga Árabe de los jeques medievales, son las principales responsables de la guerra civil y de la tragedia que vive el pueblo de Libia, al aprobar una resolución que era una carta blanca para matar, con el pretexto de la protección de vidas humanas. Ni la ONU, ni la UE, ni la Liga Árabe han buscado una solución pacífica y negociada al enfrentamiento libio, tal y como planteaba el Presidente Hugo Chávez y otros, y reiteró repetidamente La Unión Africana, porque se trataba de saquear y dominar Libia y establecer la gran base del imperialismo capitalista para controlar las riquezas y la política de todo el continente africano, ya que al parecer Gadafi y el gobierno de Libia no les servían para eso.
  2. Que la brutal masacre, las torturas y asesinatos de defensores del gobierno anterior, que se están produciendo en estos momentos por parte de los denominados rebeldes, alentados e impulsados por los militares de la OTAN y los servicios secretos occidentales, era una consecuencia previsible, de la cual tenemos imágenes e informaciones. De las cometidas por el ejercito libio, no.
  3. Que el Consejo Nacional de Transición (CNT), es un bloque reaccionario integrado por organizaciones creadas por la CIA y los servicios occidentales, por oportunistas que hasta hace poco formaban parte del gobierno libio, por integristas islamistas que no vacilan en pactar con occidente, y por empresarios vinculados a los negocios de las grandes empresas transnacionales, además de por autodenominados «socialistas», partidarios del capitalismo más liberal y por ex militares en busca de destino y fortuna.

El presidente de este CNT fue el juez que condenó a varias enfermeras búlgaras con falsas acusaciones de haber atentado contra la vida y la salud del pueblo libio, además de ser Ministro de Justicia del gobierno. El ex jefe militar de los «rebeldes», asesinado por los propios «rebeldes», Mohammed Fatah Younis , había sido Ministro del Interior. Es decir, dos personajes con responsabilidades fundamentales cual son Justicia e Interior, que abandonan el barco porque dicen que defienden la libertad y la democracia. Sobre todos ellos pesará la infamia de haber pedido a la OTAN y a los demás organismos de la guerra que bombardeasen a su propio pueblo, sin importarles la muerte y la destrucción, sólo sus intereses. Cara al futuro, no existen demasiadas razones para suponer que esta gente inaugurará un período democrático, más bien tal y como el PCE dijo en su día, parece inevitable entrar en otro Irak o Afganistán que permita organizar la rapiña que el imperialismo seguro que tiene planificada en la región, además de que les permite establecer una cabeza de playa para lanzar las operaciones militares del imperialismo en África, ayudados por el régimen lacayo que se instale en Trípoli. En estas condiciones, lo que le espera a Libia no es la democracia, sino el saqueo de sus riquezas, la pérdida de su soberanía nacional y su conversión en colonia económica, militar y política del imperialismo capitalista de Estados Unidos, Europa y los jeques medievales del Golfo.