Traducido por S. Seguí
He aquí las palabras que tanto les cuesta pronunciar: guerra civil.
Libia está en plena guerra civil. Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN -el Santo Triunvirato- están interviniendo, de manera sangrienta, en una guerra civil. Para derrocar a Muamar Gadafi.
Al principio, el Santo Triunvirato habló sólo de imponer una zona de exclusión aérea. Después de conseguir el apoyo de organismos internacionales en este sentido, de inmediato comenzó a combatir, diariamente, contra las fuerzas militares libias, y quien estuviera cerca de ellas. En el mundo del comercio esto se llama «dar gato por liebre».
¿Cuál era el delito de Gadafi? Que nunca fue lo suficientemente respetuoso del Santo Triunvirato, que no reconoce ningún poder superior y manipula las Naciones Unidas para sus propios fines, gracias a que China y Rusia son tan cobardes e hipócritas como Barack Obama. El hombre que el Triunvirato desea colocar en el lugar de Gadafi será sin duda más respetuoso.
Así pues, ¿quiénes son los buenos? Los rebeldes libios, se nos dice. Los que van por ahí asesinando y violando a los negros africanos dando por sentado que todos son mercenarios de Gadafi. De hecho una o más de las víctimas pueden haber sido miembros de un batallón militar del gobierno libio, o quizás no. Durante la década de 1990, en nombre de la unidad panafricana, Gadafi abrió las fronteras a decenas de miles de africanos subsaharianos que viven y trabajan en Libia. Esto, junto con su anterior visión panarabista no le cosechó las simpatías del Santo Triunvirato. Los jefes de las grandes corporaciones tienen el mismo problema cuando a sus empleados les da por crear sindicatos. Ah, por cierto, ¿he dicho ya que Gadafi es fuertemente antisionista?
¿Alguien sabe qué tipo de gobierno instalarían los rebeldes? El Triunvirato no tiene ni idea. ¿En qué medida el nuevo gobierno tendrá influencia islámica, en contraposición con el actual gobierno secular? ¿Qué fuerzas yihadistas podrían desatar? (Y estas fuerzas existen realmente en el Este de Libia, donde se concentran los rebeldes.) ¿Van a acabar con gran parte del estado de bienestar que Gadafi creó, con ayuda del dinero del petróleo? ¿Se privatizará la economía del Estado, ahora en manos públicas? ¿Quién terminará siendo el dueño del petróleo de Libia? ¿El nuevo régimen seguirá invirtiendo los ingresos del petróleo de Libia en proyectos de desarrollo en el África subsahariana? ¿Van a permitir la instalación de una base militar de EE.UU. y ejercicios de la OTAN? ¿Vamos a descubrir en poco tiempo que los «rebeldes» fueron instigados y armados por los servicios secretos del Santo Triunvirato?
En la década de 1990, el yugoslavo Slobodan Milosevic era culpable de «crímenes» similares a los de Gadafi. Se calificaba habitualmente a su país como «el último comunista de Europa». El Santo Triunvirato lo bombardeó, lo arrestó y lo dejó morir en prisión. El gobierno libio, digamos de pasada, se refiere a sí mismo como la Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista.
La política exterior estadounidense no se ha deshecho de la Guerra Fría.
Tenemos que recordar la zona de exclusión aérea creada para Iraq por EE.UU. y el Reino Unido (de la que aseguraban falsamente que estaba autorizada por las Naciones Unidas) a partir de 1990 y que duró más de una década. Fue en realidad una carta blanca que les permitió bombardear con frecuencia y asesinar a ciudadanos iraquíes. Fue el ablandamiento del país para la invasión que vino después. La zona de exclusión aérea cum invasión de Libia está matando a gente todos los días sin que haya un final a la vista, ablandando el país para un cambio de régimen. ¿Quién puede hacer frente, en todo el mundo, al Santo Triunvirato? ¿Ha contemplado jamás la historia del mundo tal poder y tal arrogancia?
Y, por cierto, por enésima vez, Gadafi no llevó a cabo el atentado contra el vuelo 103 de PanAm en 1988 (1). Hagan el favor de iluminar a sus escritores progresistas favoritos en esta cuestión.
Barack «Mataría por un premio de la paz» Obama
¿Alguien lleva la cuenta?
Yo sí. Libia hace el número seis.
Seis son los países a los que Barack Obama ha hecho la guerra en sus 26 meses en el cargo. (A aquellos que niegan que lanzar bombas sobre un territorio poblado es un acto de guerra, me gustaría preguntarles qué piensan del bombardeo japonés de Pearl Harbor.)
El primer presidente negro de Estados Unidos invade ahora África.
¿Hay alguien que todavía piensa que Barack Obama es una mejora con respecto a George W. Bush?
Probablemente dos tipos siguen pensando así: 1) aquellos a los que el color importa mucho, 2) aquellos a los que impresiona la capacidad de juntar frases gramaticalmente correctas.
Ciertamente, si no es así no puede tener mucho que ver con el intelecto o la inteligencia. Obama ha dicho muchas cosas que si las hubiera dicho Bush habrían provocado miradas de incredulidad, risitas y artículos sarcásticos en las columnas y las emisiones de los principales medios de comunicación. Como cuando el presidente ha afirmado, en repetidas ocasiones, cuando le presionan para llevar a Bush y Cheney ante la justicia por crímenes de guerra, aquello de: «prefiero mirar hacia adelante y no hacia atrás». Imagínense a un acusado que le pide al juez ser declarado inocente basándose en este razonamiento. Es una afirmación que convierte las leyes, su cumplimiento, los delitos, la justicia y los hechos en algo irrelevante.
También tenemos la excusa de Obama para no enjuiciar a los involucrados en la tortura: cumplían órdenes. ¿Acaso este hombre tan educado no ha oído hablar de los procesos de Núremberg, donde se rechazó sumariamente esta línea de defensa? Para siempre, se pensó entonces.
Apenas 18 días antes del derrame de petróleo del Golfo de México, Obama dijo: «Y, por cierto, resulta que las plataformas petroleras de hoy por lo general no provocan derrames; son muy avanzadas, tecnológicamente.» (Washington Post, 27.5.2010) Imagen a George W. diciendo esto, y la reacción posterior.
«Todas las fuerzas que estamos viendo actuando en Egipto son fuerzas que, naturalmente, deberían estar alineadas con nosotros, deberían estar alineadas con Israel», dijo Obama a principios de marzo. Imagínese si Bush hubiera dado a entender que los manifestantes árabes que se manifestaban en Egipto contra un hombre que recibía miles de millones en ayuda de EE.UU., incluidos los medios para reprimir y torturarlos, debería «naturalmente» alinearse con los Estados Unidos y -Dios nos ayude- Israel.
Una semana después, el 10 de marzo, el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, dijo en un foro en Cambridge, Massachusetts, que el tratamiento que se está dando al héroe de Wikileaks, Bradley Manning, por el Departamento de Defensa en una prisión de Marina era «ridículo, contraproducente y estúpido.» Al día siguiente a nuestro «inteligente» presidente se le preguntó sobre el comentario hecho por Crowley. Y la Gran Esperanza Negra respondió: «En realidad, he preguntado al Pentágono si los procedimientos que se han adoptado para su confinamiento son adecuados y cumplen con nuestros estándares básicos. Ellos me han asegurado que sí, en los dos casos.»
De acuerdo, George… quiero decir, Barack. Bush debería haber preguntado a Donald Rumsfeld si alguien sometido a custodia por EE.UU. estaba siendo torturado en algún lugar del mundo. A continuación, podría haber celebrado una conferencia de prensa, al igual que hizo Obama, para anunciar la buena nueva: «¡Nada de tortura por parte de Estados Unidos.» Todavía estaríamos riéndonos.
Obama cerró su comentario al periodista con estas palabras: «No puedo entrar en detalles acerca de algunas de sus preocupaciones, algunos tienen que ver también con la seguridad del soldado Manning.»
Ah, sí, por supuesto, Manning está siendo torturado por su propio bien. Por favor, que alguien me recuerde si Georgieboy llegó nunca a rebajarse a usar este absurdo comentario para excusar el infierno carcelario de Guantánamo.
¿Es que Barack Obama no está preocupado por el insulto a los derechos humanos de Bradley Manning, el desgaste diario de la estabilidad mental de este joven valiente?
La respuesta a la pregunta es No. El presidente no se molesta por estas cosas.
¿Que cómo lo puedo saber? Porque Barack Obama no se molesta por nada mientras pueda seguir regocijándose de ser el presidente de los Estados Unidos, comer sus hamburguesas y jugar su baloncesto. Permítanme repetir una vez más lo que ya escribí en mayo de 2009:
«El problema, me temo cada vez más, es que este hombre en realidad no cree firmemente en nada, y por supuesto no tiene opinión en temas espinosos. Aprendió hace mucho tiempo a tomar posturas fuera de toda controversia, a expresar opiniones sin tomar claramente partido, a hablar con elocuencia sin decir nada, a dejar las cabezas de sus oyentes llenas de agitados tópicos, lugares comunes y consignas. Y funcionó. ¡Y cómo! ¿Qué podría pasar ahora, después de haber llegado a la presidencia de los Estados Unidos, para inducirlo a cambiar de estilo?»
Recuerdo que en su libro The Audacity of Hope, Obama escribió: «Sirvo de pantalla en blanco sobre la cual personas de tendencias políticas muy diferentes proyectan sus propios puntos de vista.»
Obama es un producto de marketing. Es el ejemplo perfecto de los productos que llevan la etiqueta de «Visto en la televisión.»
El escritor Sam Smith escribió recientemente que Obama es el presidente demócrata más conservador que hemos tenido: «En otra época lo hubieran llamado republicano.»
De hecho, si John McCain hubiera ganado las elecciones de 2008, y luego hubiera hecho todo lo que Obama ha hecho, exactamente de la misma manera, los liberales estarían horrorizados por tales políticas.
Creo que Barack Obama es una de las peores cosas que le ha pasado a la izquierda estadounidense. Los millones de jóvenes que lo apoyaban con júbilo en 2008, y numerosos partidarios de más edad necesitarán un largo período de recuperación antes de que estar listos para ofrecer una vez más su idealismo y su pasión en aras del activismo político.
Si a usted no le gusta cómo han salido las cosas, la próxima vez averigüe qué quiere decir exactamente su candidato cuando habla de cambio.
Nota:
(1) http://killinghope.org/bblum6/panam.htm
William Blum es el autor de Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II , Rogue State: a guide to the World’s Only Super Power . and West-Bloc Dissident: a Cold War Political Memoir . Se puede contactar con él en: [email protected]
Fuente: http://www.counterpunch.org/blum03302011.html
rCR