Los estados de California, Nuevo México, Utah, Washington, Illinois, Nevada, Oregón, Maryland, Vermont, Colorado, Connecticut, Puerto Rico y el Distrito de Columbia tienen algo en común: todos expiden licencias de conducir sin importar el estatus migratorio de las personas. ¿Estará el estado de Nueva York en esa lista este año? Desde la Coalición de Inmigración […]
Los estados de California, Nuevo México, Utah, Washington, Illinois, Nevada, Oregón, Maryland, Vermont, Colorado, Connecticut, Puerto Rico y el Distrito de Columbia tienen algo en común: todos expiden licencias de conducir sin importar el estatus migratorio de las personas. ¿Estará el estado de Nueva York en esa lista este año? Desde la Coalición de Inmigración de Nueva York esperan que sí.
Y motivos no les faltan. A principios del año pasado sólo tres estados de los mencionados (Nuevo México, Utah y Washington) estaban expidiendo licencias de conducir a inmigrantes indocumentados. Pero como la reforma migratoria sigue sin aprobarse en el Congreso, casi como en cascada nueve estados más decidieron que ya era hora de facilitarle la vida a sus residentes (y de hacer las calles más seguras) y para fines de año ya habían aprobado medidas para otorgar licencias de conducir sin importar el estatus migratorio de las personas. Mientras tanto, otros tres estados más, Minnesota, Kentucky e Iowa tienen proyectos de ley que se espera se aprueben en 2014. Sí, soplan vientos de cambio.
Como algunos tal vez recuerden, en 2007 el entonces gobernador del estado de Nueva York, Eliot Spitzer, por orden ejecutiva ordenó a las agencias estatales emitir licencias de conducir a inmigrantes sin número de seguro social pero con pasaportes u otros documentos probatorios de su identidad. Pero esta medida creó tal conmoción por ser considerada unilateral y en medio de un clima político mucho más anti-inmigrante que el de hoy (recuérdese, por ejemplo, que el candidato presidencial Mitt Romney hablaba de la auto-deportación en 2012) que el gobernador se vio obligado a rescindir la orden y presentar una legislación correspondiente, que el senado no aprobó. Pero Spitzer no pareció haber aprendido la lección con el primer intento, así que otra vez, como por la fuerza, puso en efecto una medida administrativa en el Departamento de Vehículos a Motor, DMV, que se vio obligado a retirar más tarde.
El clima es diferente este año, según asegura Manuel Castro, organizador de la campaña de inmigración de la Coalición de Inmigración de Nueva York, NYIC. Esta coalición con más de cien organizaciones miembro tiene como una de sus principales objetivos para 2014 el mejorar la seguridad en las carreteras al darles acceso a licencias de conducir a los 925 mil inmigrantes indocumentados que viven en este estado (según estadísticas del Pew Hispanic Center). La NYIC afirma que esto además mejoraría la seguridad pública al cerciorarse de que todos los que manejan en nuestras carreteras pasaron un examen de conducir y tienen un vehículo registrado y asegurado. «Estamos muy positivos. Hay mucho más apoyo. Nueva York tiene una oportunidad muy grande este año», afirma Castro.
Y es que en Nueva York hay por lo menos tres proyectos de ley presentados el año pasado que esperan ser votados este año en la asamblea o el senado estatal. El senador estatal José Peralta presentó a fines del año pasado el proyecto de ley S05965A para autorizar al DMV a emitir licencias de conducir a ciertos ciudadanos extranjeros (que no hayan sido condenados por delitos graves). Paralelamente, el asambleísta Luis Sepúlveda presentó el proyecto de ley análogo al de Peralta. Y a su vez el asambleísta Félix Ortiz había presentado su propio proyecto de ley, A03109 a principios de año. El cuarto proyecto sería el del senador Adriano Espaillat que sólo tocaría a los beneficiarios de DACA (Acción Diferida para llegados en la infancia, también conocidos como DREAMers).
Otra oportunidad que ven los activistas es el hecho de que este es un año muy electoral para Nueva York. En noviembre se renuevan los puestos de gobernador, asistente del gobernador, contralor estatal, fiscal general, los 63 distritos del senado estatal, los 150 distritos de la asamblea estatal y los 27 distritos que representan al estado en el Congreso federal. Y si los políticos quieren quedarse en sus puestos, o los candidatos contrincantes quieren quitárselos, ya saben que deben también pensar en el electorado latino e inmigrante. Por eso, dice Castro que también toca a los neoyorquinos hacer algo si quieren que se logre esta ley, «algunos políticos necesitan que la población en sus distritos digan que necesitan este tipo de cambio. Nada va a ocurrir si la comunidad no sale, no llama, no pide, no reclama que una propuesta como esta se apruebe en la asamblea y en el senado».
Publicado en La Voz, cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson