Un estudio que acaba de ser publicado por la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos, ADFM, con la ayuda de los Fondos de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM, revela que llevar el velo en Marruecos no es únicamente una convicción, sino también una cuestión de imagen, de estar a la moda. El […]
Un estudio que acaba de ser publicado por la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos, ADFM, con la ayuda de los Fondos de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM, revela que llevar el velo en Marruecos no es únicamente una convicción, sino también una cuestión de imagen, de estar a la moda.
El estudio, titulado «Jóvenes y velo en Marruecos», ha sido publicado a finales de noviembre en Rabat y en él se afirma que «el velo ha pasado rápidamente, entre las chicas jóvenes, de ser parte del registro sagrado y de la política de los años ochenta, a un registro profano de la moda y las normas sociales».
Dicho de otro modo, llevar el velo no sería ya una acepción religiosa y política como hasta ahora se ha pensado. «Aunque el movimiento islamista revindica plenamente el uso del hijab (pañuelo) y considera a las jóvenes con velo como el resultado y la prolongación natural de su proyecto, el movimiento democrático y asociativo queda influenciado por varias representaciones del hijab que han sido superadas por la realidad», indica el informe.
Este estudio llevado a cabo por la ADFM partía de la idea de acercarse y conocer mejor las distintas percepciones que se tiene del hijab por parte de los jóvenes marroquíes de ambos sexos, de todas las clases sociales.
Los resultados desbancan el estereotipo de llevar velo para revindicar la pertenencia a un determinado grupo, o una identidad. Más bien es una actitud dictada por la necesidad de aunar imagen y sociedad, lejos de ser una manera de ostentar un símbolo religioso, añade el periódico marroquí Aujourd’hui le Maroc que se ha hecho eco de este estudio.
El estudio demuestra, por otro lado, la dificultad que tienen hoy día los jóvenes marroquíes para dar una definición clara del hijab, y que la elección de llevar o no el velo es más bien superficial, sin gran meditación.
Por otro lado, un dato destacable del estudio es que los chicos son mucho más exigentes que las chicas respecto a la sobriedad del velo. Para la mayoría de las chicas, la moda es el principal criterio de elección para llevar un determinado tipo de hijab, su corte, color, y forma de llevarlo.
Otra de las conclusiones que ha desvelado el estudio es que el hijab es a menudo negociado por la familia como condición previa si la chica se quiere escolarizar más allá de la educación primaria. Este hecho se explica como el medio que tienen las familias de evitar riesgos de mezcla en lugares públicos.
Sólo en este aspecto la campaña llevada a cabo por ciertos islamistas a favor del velo, añade el periódico Aujourd’hui le Maroc, ha sido objeto de debate sobre el uso politizado y demagógico del hijab, en relación con la dificultad de acceso laboral a determinadas profesiones si se lleva velo o no. Los resultados de la investigación ponen de manifiesto sobre todo que hoy, en Marruecos, hay cierta modernización conflictiva en aspectos como el uso voluntario del hijab por parte de jóvenes, que contrasta con sus madres que no lo llevan.
Independientemente de que usar velo o no sea un hecho individual, que puede estar ligado sobre todo a una identidad de pertenencia religiosa, se hace evidente que Marruecos evoluciona en aspectos como la imagen, liderada por los jóvenes, y que los símbolos de siempre adoptan nuevos significados.
Los medios marroquíes tratan este informe de forma detallada, como el periódico Al Ahdaz Al Magrebiya que titula una de sus noticias «El velo es decencia, moda, símbolo y fenómeno sociológico antes que una cuestión religiosa».
No obstante, el hijab (velo islámico) sigue siendo un tema de fuerte debate en países como España, en donde mujeres musulmanas afirman que, efectivamente hay una tendencia de moda, pero que llevar el velo debería ser sobre todo una elección personal, que no marca tu grado de religiosidad, y que está muy ligado con el contexto cultural en que una se mueva.