En entrevista exclusiva, el filósofo e historiador alemán Robert Kurz , que participa por primera vez en el Forum Social Mundial, en Porto Alegre, dice que las guerras promovidas por los EE.UU. crean un régimen de estado de sitio global que controla la mayoría «inutilizable» de la población mundial. Robert Kurz es uno de los […]
En entrevista exclusiva, el filósofo e historiador alemán Robert Kurz , que participa por primera vez en el Forum Social Mundial, en Porto Alegre, dice que las guerras promovidas por los EE.UU. crean un régimen de estado de sitio global que controla la mayoría «inutilizable» de la población mundial.
Robert Kurz es uno de los principales pensadores del mundo contemporáneo. Su libro «El colapso de la modernización» se volvió referencia para los movimientos de lucha antiglobalización en los cinco continentes. En su obra, el alemán afirma que la causa común de las formas contemporáneas de la desestabilización global es la crisis de la tercera revolución industrial, que hace que cada vez menos personas puedan ser integradas en la valorización del capital y que cada vez más infraestructuras necesarias para la reproducción estén paralizadas y economías nacionales enteras entren en colapso.
Kurz vive en Nurenberg como publicista autónomo, autor y periodista, y publica regularmente ensayos en periódicos y revistas en Alemania, Austria, Suiza y Brasil. Este año, participa en el Forum Social Mundial por primera vez. Llegó a la capital gaucha la última semana, para pronunciar la conferencia de apertura del Forum Social de Migraciones, que termina este martes (25) y es uno de los eventos temáticos del FSM. Su teoría es la de que la migración es, desde finales del siglo 20, solamente una fuga de esta crisis en dirección a Europa Occidental, América del Norte y el este de Asia.
«Es preciso dejar de dar explicaciones ontológicas sobre las migraciones del tipo ‘el ser humano siempre hizo guerras y emigró’. Eso no nos ayuda a comprender este fenómeno, que es inédito y nunca ocurrió en esta escala, dice. La migración no es nada nuevo en la historia de la modernización, sino que hay un fallo en la evaluación de que las personas migran libremente en busca de mejores condiciones. Es un proceso coactivo. Los pobres son libres de vender su mano de obra, pero hacen eso porque no tienen condiciones para controlar su existencia. La transformación de la sociedad capitalista en una sociedad mundial produjo una sociedad de exclusión. El ser humano participa en un sistema en el que vende abstractamente su mano de obra y participa en un engranaje para producir acumulación infinita de capital», afirma.
Según la visión de Kurz, el principal problema de este tipo de análisis – que enfrenta las migraciones como un proceso natural, voluntario – es que parte de la aceptación de la lógica de que es normal que una persona viva solamente para vender su mano de obra. Y que aceptar esta lógica con la que fuimos socializados destruye poblaciones enteras. Cita como ejemplo las regiones periféricas a las potencias económicas mundiales, que no tienen condiciones de acompañar el nivel de competitividad instituido por la tercera revolución industrial y se transforman en «zonas muertas», por las que el capitalismo no se interesa. En este contexto, el propio capitalismo entra en un proceso de migración. Ahora va para Singapur, ahora para Italia, ahora para la India.
Para mantener el orden global que sustenta ese sistema esencialmente economicista, según Robert Kurz, los Estados Unidos, potencia hegemónica mundial, promueven guerras que crean un régimen de estado de sitio global que controla a la mayoría «inutilizable» de la población mundial. En esta entrevista, concedida en exclusiva a la Agencia Carta Maior , Robert Kurz explica como el gobierno norteamericano actúa en este sentido y habla de como el Forum Social Mundial puede contribuir a construir alternativas a este proceso.
Agencia Carta Maior – Usted afirma que las guerras contemporáneas no son guerras imperialistas tradicionales, entre potencias que compiten entre sí, sino que están relacionadas con el control del mundo capitalista, control que estaría en riesgo de colapso. ¿Cómo se produce esta tentativa de control? Robert Kurz – Como potencia, los Estados Unidos necesitan demostrar que aún mantienen el control del mundo capitalista y dar un signo positivo para el mercado financiero para generar confianza. De ahí vienen las guerras de mantenimiento del orden en países como Afganistán e Irak, donde las personas prescindieron de los valores del capital. Después del 11 de septiembre, creció la exigencia para demostrar que aún tienen el control. La guerra en Irak es solamente la punta del iceberg de este sistema de control, pero es también el aspecto más fundamentado. Además de Irak, muchos países occidentales tienen bases militares americanas en su territorio. Los EE.UU. también controlan las instituciones mundiales financieras, como el FMI y el Banco Mundial. Es una función de control múltiple, que influencia a todos los países, principalmente los del tercer mundo, que están en la periferia. Pero lo más importante es que todos esos mecanismos de control sólo son posibles a causa del monopolio de la máquina bélica por los Estados Unidos. Ahí no hay competencia.
CM – ¿En qué se basa este monopolio? Robert Kurz – Este monopolio se basa en una estructura general de atracción del flujo de mercancías hacia los Estados Unidos – es lo que demuestra, por ejemplo, la balanza comercial negativa de aquel país. Es un flujo que atrae todo lo que circula; algo controlado permanentemente para no perder la posición de confianza del mercado financiero. Por eso los EE.UU. tienen que hacer todo para ganar la guerra en Irak. Si la perdieran, los sectores del capitalismo financiero que drenan dinero para los Estados Unidos pueden parar de hacerlo. Y el país tiene una deuda gigantesca. Como todos los países del circuito de mercancías dependen del déficit de los EE.UU., tienen interés en mantener la continuación de este estado de cosas. Incluso China y la Unión Europea.
CM – ¿ Entonces esa posibilidad de que la Unión Europea se coloque como una fuerza en disputa contra la hegemonía norteamericana en el ámbito global desaparece cuando se trata del ámbito del capital financiero? Robert Kurz – Exactamente. Las rivalidades no son tantas como parecen. No existen en este contexto del capitalismo financiero. Es típico que ideólogos de la substitución de los Estados Unidos por la Unión Europea hagan este debate sólo en el ámbito cultural y no en el militar y económico. En este sistema social que tenemos no podemos llegar a ese sistema económico y militar.
CM – ¿ Dentro de esa disputa global marcada por las guerras contemporáneas, como quedan los países periféricos? Robert Kurz – Entran en colapso. Hay regiones de colapso en África y en Asia, hay generaciones que crecieron en este contexto de guerra civil, personas que no dan valor a su propia vida. Hay una indiferencia con relación a uno mismo. Eso hace que el sistema social tenga un carácter auto-destructivo. Eso pasa por la propia idea del hombre como capital humano, que se autovaloriza. De ahí llegamos al autocanibalismo. Esta autodestrucción es un obstáculo para el desarrollo tanto en los países fallidos de la new economy como en las criaturas de la generación de guerra civil.
CM
– Usted defiende la urgencia de un proceso de conscientización de los movimientos sociales para interferir en este orden social. Y afirma que las medidas de resistencia contra el capitalismo son cada vez más débiles. ¿El proceso del Forum Social Mundial no es un espacio para la construcción de esas medidas de resistencia? Robert Kurz – Es preciso pensar en grandes pasos. No es algo para filósofos, sino para la práctica. La sociedad está paralizada porque en todo el mundo hay recursos humanos y de infraestructura que no pueden ser movilizados de forma rentable por el capitalismo. Esto es un absurdo. Deberíamos ocupar esos recursos, no sólo la tierra. Creo posible que el Forum Social Mundial sea un espacio para que se haga esa crítica radical, porque se alimenta de muchos movimientos localizados en diferentes rincones del mundo y de las más diversas experiencias prácticas. Y la mayor experiencia es la falta de éxito de esas experiencias. Tal vez de ahí surja una discusión que haga esta crítica más profunda. De momento, sin embargo, el Forum es más una discusión nostálgica. Las cosas no suceden tan rápidamente; hay un problema de mediación. El camino es más una toma de conciencia sobre los objetivos que aún no son posibles de alcanzar y que todavía son deseados. Es un procedimiento a partir de la negatividad. No puedo hablar de toda la multiplicidad del FSM, pero por lo que conozco de los movimientos antiglobalización en Europa, ellos aún no han llegado ahí. Lo importante es hacer antes la crítica de los conceptos actuales y profundizar en esta crítica.