Un informe elaborado por un grupo de especialistas conducidos por Zbigniew Brzezinski, ex consejero de Seguridad Nacional del ex presidente demócrata James Carter, y el ex director de la CIA, Robert Gates, advierte que los neoconservadores del Pentágono tienen planeado un «cambio de régimen en Irán», que se traduciría en una invasión militar a ese país en caso de que Bush fuera reelecto como presidente. El documento coincide con versiones que señalan que tropas y agentes de inteligencia israelíes estarían operando en el norte kurdo de Irak con el objetivo de lanzar un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán
La Casa Blanca recibió una advertencia por parte de un grupo de expertos conducidos por Zbigniew Brzezinski y el ex director de la CIA, Robert Gates, quienes alertaron (¿a Bush?) que los halcones están planeando un «cambio de régimen» en Irán.
La advertencia fue acompañada de un estudio realizado por un grupo de trabajo del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), codirigido por el ex consejero de Seguridad Nacional del ex presidente demócrata James Carter, Zbigniew Brzezinski, y el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) del ex presidente republicano George Bush padre, Robert Gates.
El Council on Foreign Relations (CFR) conforma una organización discreta, de muy bajo perfil público, y de alta efectividad, integrada por unos 3.600 miembros del más alto nivel, prestigio e influencia en sus respectivas disciplinas y ámbitos de poder, tanto en EEUU como en Europa.
Reúne a los más altos directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de comunicación social, investigadores, académicos, oficiales militares de máxima graduación, políticos, funcionarios públicos, decanos de universidades y centros de estudios.
Al CFR también pertenecen la mayoría de los presidentes de EEUU (Bush y su padre, por ejemplo), y los más altos cargos en inteligencia, en seguridad, y en las fuerzas armadas.
Sus investigaciones y evaluaciones son realizadas por distintos investigadores y grupos de trabajo conformados dentro del seno del CFR, que se dedican a identificar amenazas y oportunidades del entorno mundial, evaluar las fuerzas y debilidades de los intereses agrupados dentro del CFR, y realizar amplios planes estratégicos, tácticos y operativos en todos los ámbitos de la política interna y externa de EEUU.
El estudio titulado «Irán: Tiempo de un nuevo enfoque» también señala que la posibilidad de una invasión a Irak, así como los avances de Irán en el desarrollo de su capacidad de fabricar armas nucleares, hace más urgente que nunca la necesidad de reanudar el diálogo roto hace 14 meses.
Según el grupo de especialistas conducidos por Brzezinski los neoconservadores (Rumsfeld y su camarilla) que se proponen desestabilizar y derrocar al régimen imperante en Irán subestiman el poder del actual gobierno islámico chiíta.
«A pesar de la considerable inestabilidad e insatisfacción popular, Irán no está en el umbral de otra revolución. Las fuerzas comprometidas con la preservación del actual sistema se mantienen firmemente «en control de la situación», señala el informe de 79 páginas publicado este lunes.
El informe sostiene que un «gran regateo» para superar los problemas entre Teherán y Washington no sería realista. En cambio, las conversaciones deberían concentrarse en asuntos clave, como la estabilidad regional y las ambiciones nucleares de Irán.
El documento del CFR señala que resulta voluntarista la idea (por parte de los halcones) de que Irán está en una fase de decadencia del régimen islámico inaugurado en1979 tras la caída del derechista sha Rezah Pahlevi.
Considerando la capacidad de Teherán de causarle problemas a EEUU tanto en Irak como en Afganistán, y atendiendo los avances de su programa nuclear, «Estados Unidos debería lidiar con el actual régimen más que esperar a que caiga», agrega el informe.
Según declaraciones del ex director de la CIA y codirector del equipo, Robert Gates, algunos analistas creen que Washington lanzaría un ataque militar contra Teherán antes de las elecciones, pero son crecientes las versiones según las cuales el «cambio de régimen» en Irán sería prioritario en un eventual segundo gobierno de Bush.
Pero la imposibilidad de generar un diálogo constructivo con Irán respecto de algunos problemas clave es «el aislamiento de Estados Unidos y la impotencia», señaló Gates.
En la visión de Brzezinski (la figura más emblemática y representativa del informe contra los halcones) el diálogo constructivo con la potencia islámica debería concretarse como una oferta de «declaración básica de principios» similar a la firmada en 1972 por China y Estados Unidos y que derivó en la normalización del vínculo en 1979.
El documento del CFR habría sido «infiltrado» en la Casa Blanca por los republicanos «moderados» que responden al secretario de Estado, Colin Powell, como parte de una estrategia orientada a desplazar a los halcones neoconservadores de los espacios de poder que ocupan en la Casa Blanca y el Pentágono. (Ver: Condoleezza Rice o Powell podrían reemplazar a Cheney).
La línea demarcatoria del enfrentamiento entre halcones y «moderados» (o palomas) viene de la época de la creación de la Comisión Trilateral (una línea del poder transnacional que pretendía fundar un capitalismo de rostro «civilizado» en oposición al capitalismo salvaje de los halcones) de la cual Carter y Brzezinski fueron sus figuras más representativas.
Powell cuenta -además de la confianza de los Bush, padre e hijo- con el apoyo de varios ex funcionarios de gobiernos demócratas y republicanos, entre ellos el ex consejero de Seguridad Nacional de Bush padre, Brent Scowcroft, Brzezinski y Frank Carlucci, consejero de Seguridad Nacional y secretario de Defensa del fallecido ex presidente Ronald Reagan.
Los «moderados» (republicanos blandos) se valieron de las diferentes campañas mediáticas que lanzaron las usinas demócratas contra Rumsfeld y los neoconservadores, como las denuncias sobre la inexistencia de la «armas de Saddam» y el escándalo de las torturas a presos iraquíes.
La línea de Powell se fortaleció a partir de que los halcones fueron perdiendo su hegemonía en el manejo de la política para Medio Oriente y con el empantanamiento de las tropas estadounidenses en Irak, lo que puso en evidencia las contradicciones y aspectos más vulnerables de su proyecto basado en la opción militar de la conquista.
«La acción militar es hoy altamente improbable, y, si se intenta esa vía, no será exitosa», señaló este lunes el copresidente republicano del grupo de trabajo del CFR, el ex director de la CIA Robert Gates.
Las recomendaciones del informe puso furiosos a los halcones neoconservadores liderados por el vicepresidente Dick Cheney y por el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, sindicados como los mayores impulsores y lobbistas de la invasión y ocupación de Irak.
El «peligro iraní»
La difusión del informe del CFR recibió un contundente ataque por parte de Michael Ledeen, figura clave del centro académico neoconservador American Enterprise Institute, y muy vinculado al subsecretario de Defensa, Douglas Feith, quien afirma que Irán está «maduro» para una revolución encabezada por fuerzas «democráticas». (Ver: Douglas Feith: la vinculación del lobby judío con las torturas en Irak).
El profesor Ledeen, quien señala a Teherán como la capital mundial de los «amos del terror islámico» escribió en la publicación electrónica National Review Online que las recomendaciones del CFR eran «humillantes» y orientadas al «entreguismo».
El informe del CFR señala que EEUU tiene hoy 160.000 soldados en las fronteras de Irán -20.000 en Afganistán y 140.000 en Irak-, y que Teherán fue identificado por el presidente George W. Bush como parte integrante de un «eje del mal» junto con Bagdad y Pyongyang (Corea del Norte).
Versiones circulantes desde hace dos semanas señalaban que Israel planea instalar una base en territorio kurdo desde donde lanzaría un ataque contra instalaciones nucleares iraníes antes de que estas avancen en su programa armamentista que compromete la seguridad de Israel.
Esas versiones israelíes-norteamericanas sobre el «peligro iraní» se complementan con informes de inteligencia en poder del Congreso norteamericano donde se señala que el régimen fundamentalista de Irán colaboró activamente con la red terrorista de Bin Laden en la ejecución de los atentados del 11-S.
En un informe que divulgará en breve una comisión bipartidaria que investiga los ataques que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, se afirma que Irán suministró logística y financiación a la red terrorista Al Qaeda, y que brindó refugio a alguno de los terroristas que cometieron esos atentados.
Según un artículo aparecido en la revista The New Yorker hace una semana, tropas israelíes y agentes de inteligencia israelí están actuando en áreas kurdas de Irán, Siria e Irak, proporcionando entrenamiento y logística a unidades de comando y ejecutando operaciones encubiertas que podrían desestabilizar aún más a toda la región.
El informe fue escrito por Seymour Hersh, el reportero ganador del Premio Pulitzer que destapó el escándalo de las torturas en Abu Ghraib, quien mencionó como fuentes a agentes de inteligencia, tanto antiguos como en actividad, de Israel, EEUU y Turquía.
Los objetivos de Israel, según Hersh, son reforzar la fuerza militar kurda a fin de contrarrestar la fuerza de las milicias Shia y crear una base en Irán desde la cual puedan espiar las instalaciones iraníes presuntamente dedicadas a la fabricación nuclear.
Muchos expertos estiman que la «amenaza kurda», instalada como un caballo de Troya de Israel en el norte iraquí, pude precipitar una nueva unidad regional de los estados árabes y musulmanes en la región, con Irán, Siria y Arabia Saudita encabezando el bloque.
La posible movida de Israel y el lobby judío americano en territorio kurdo afectaría geopolíticamente a Turquía -actual aliado de Washington y TTel Aviv- quien podría virar hacia una alianza estratégica con el bloque árabe-musulmán, que encerraría a un potencial renacer de un Kurdistán separatista judeo-norteamericano.
Este es el punto donde el informe del CFR sobre los planes de los halcones (socios del lobby judío) para derrocar al régimen imperante en Irán adquiere consistencia, más allá de que sea utilizado con fines electorales.
De cualquier manera, con Bush o con Kerry en la Casa Blanca, Irán está en la agenda de conquista militar del Imperio norteamericano.