Traducido del inglés para Tlaxcala y Rebelión por Ulises Juárez Polanco (www.juarezpolanco.com)
Los opinadores profesionales y políticos en Washington llamaron a reunir y deportar a millones de personas, rompiendo familias y fracturando comunidades. Ahora los políticos y el Pentágono quieren poner tropas militares a lo largo de la frontera con México, junto a centenas de millares de alambrado, nada diferente con la frontera israelí con Palestina o los muros y alambrados instalados en Europa del este durante la Guerra Fría. Con estos hechos en mente, parece que enfrentamos una crisis de enormes proporciones que mina la nación y amenaza con causar un gran daño a los usamericanos. Pero detrás de las tácticas intimidatorias de Lou Dobbs y Bill Frist, la verdad es que los inmigrantes han fortalecido al país y cualesquiera efectos negativos de su presencia son superados con creces por los beneficios. Asimismo, sí hay políticas que agobian a nuestro país y a mucha gente trabajadora (la guerra en Iraq, las exenciones de impuestos para los ricos, la avaricia corporativa), pero restricciones flexibles en el tema migratorio son más un beneficio que una carga.
Algunos argumentos para la reacción exagerada sobre los temas fronterizos y migratorios son:
Salarios bajos y competencia por trabajos.
Dobbs aduce que los inmigrantes en EE.UU. reducen ilegalmente los salarios para los ciudadanos usamericanos en un estimado de $200 mil millones al año. Pero la reducción de salarios tiene múltiples causas y soluciones mucho más lógicas que restringir el movimiento laboral. La solución más obvia y sencilla sería aumentar el salario mínimo para todos. Según OMB Watch, el salario mínimo federal de $5.15 ha perdido más del 17% de su poder adquisitivo desde 1997. Mientras la productividad económica usamericana ha aumentado, en gran parte por la afluencia laboral de los inmigrantes, los salarios se mantienen relativamente estancados. La clase trabajadora, ya sea con status legal en el país o no, no están mirando los resultados de esa mayor productividad, pero las corporaciones, los accionistas y los ejecutivos sin duda lo están. Un reporte del Instituto de Políticas Económicas muestra que desde 2001, lo correspondiente al ingreso interior bruto que termina dentro de las ganancias corporativas saltó un 3.9%, comparado a una caída del 1.4% en compensación laboral.
Carga a los Servicios Sociales, como salud y educación.
Este argumento es tan irrisorio como que EE.UU. tiene tan pocos servicios sociales en comparación con otras naciones occidentales. En vista de los miles de millones que gastamos en guerras y las exenciones de impuestos para los ricos, no sería tan difícil mejorar nuestras escuelas y hospitales para todos los residentes usamericanos, sean ciudadanos o indocumentados.
Además, el aumento en los costos de salud tiene más que ver con la avaricia de las compañías farmacéuticas y de seguros que con los inmigrantes que usan ambulancias y servicios de emergencia. La Asociación de Enfermeras de California anunció a finales del año pasado que las 13 compañías farmacéuticas más grandes del mundo ganaron $62 mil millones de dólares en 2004, mientras que las 20 HMO (N. del T., «organizaciones de mantenimiento de salud», por sus siglas en inglés. Ver enlace a Wikipedia, en inglés) más grandes en Usamérica ganaron $10.8 mil millones en el año fiscal más reciente, y las ganancias de los hospitales alcanzaron un récord de $26.3 mil millones en 2004. Con tantas ganancias, ¿por qué los dos partidos políticos mayoritarios culpan a los inmigrantes por la falta de recursos y los altos costos de salud? Quizás es debido a que ambos partidos políticos aceptan millones de dólares de la industria de la salud y de las compañías de seguros.
Drogas y Crimen.
Así es, ambos partidos políticos están involucrados en esto de los chivos expiatorios. Por ejemplo, los gobernadores demócratas de Arizona y Nuevo México declararon, cada quien, un estado de emergencia por la ficticia crisis fronteriza. La gobernadora Janet Napolitano de Arizona, al dar declaraciones sobre el estado de emergencia, dijo, «la salud y seguridad de todas las personas de Arizona se ven amenazadas a diario por pandillas violentas, coyotes y otros criminales peligrosos». El gobernador demócrata Bill Richardson, de Nuevo México, incluso citó el «daño a la propiedad y al ganado».
Hablando sobre lo dicho por el gobernador Richardson, flexibilizar las restricciones en inmigración ayudaría a disminuir el daño a la propiedad, porque las personas no tendrían que filtrarse a este país a través de tierra privada. La actividad criminal más seria y violenta parece estar ligada a drogas ilegales que tienen poco o nada que ver con las políticas fronterizas. Sería una gran tarea afrontar todos los argumentos de la «Guerra contra las drogas» aquí, pero es más y más obvio que la autoridad ha desperdiciado miles de millones de dólares y ha hecho poco, si acaso algo, para resolver el problema de la violencia causada por la droga o la adicción. Podríamos hacer más para tratar la adicción y reducir el crimen, legalizando algunas drogas y descriminalizando muchas otras, y enfocándonos en el tratamiento. Sin atacar este punto, podríamos hacer mucho más que eso si efectivamente no estuviéramos gastando tantos recursos en una guerra innecesaria y dañina como la de Iraq, y dándole exenciones de impuestos a la minoría rica, que no las necesita.
Terrorismo.
No hay reportes confirmados de terroristas entrando a este país por la frontera mexicana. La mayoría de los recientes ataques terroristas en este país fueron efectuados por personas que entraron legalmente por aeropuertos, o por personas que nacieron y crecieron como ciudadanos, tal es el caso de los bombarderos de Oklahoma City. Pero lo más importante sobre este argumento es que no tiene mucha relación con los objetivos actuales de aquellos que buscan cerrar nuestra frontera sur. El énfasis en el debate ha sido sobre los millones de pobres trabajadores de México y Latinoamérica entrando a este país, no sobre los pocos terroristas sofisticados que probablemente tienen los recursos para entrar al país de una u otra manera. Si este fuera el verdadero problema, tendría que darse la misma militarización en la frontera con Canadá. El terrorismo es sólo una cortina de humo y un detalle convenientemente más aterrador para añadir a la mezcla.
Inmigrantes que mueren en el suroeste.
Este es el argumento liberal más reciente para asegurar la frontera (al mismo tiempo férreo y con apariencia de compasión): debemos asegurar la frontera no porque seamos racistas, pero porque nos preocupa el bienestar de los inmigrantes que intentan cruzar. Pero la razón de que tantos inmigrantes estén muriendo en los desiertos de los estados fronterizos es cuán militarizada se ha vuelto la frontera en todas partes, y por nuestras leyes restrictivas de inmigración. De nuevo, la mejor solución para este problema son menos restricciones, y no mayores.
En una economía global con los números de comercio que tenemos entre el Norte y el Sur, es absurdo ver muros y armas como una solución a la fuerza laboral móvil. La manera de hacer ver tales políticas menos absurdas es culpar a la inmigración por los salarios bajos, servicios sociales estrechos, adicción a drogas, crimen y amenazas de terrorismo. Los inmigrantes son personas, no problemas. La solución a estas problemáticas sí existen; sólo que no están en los intereses de la media corporativa o de nuestros dos partidos políticos corporativos. Los inmigrantes han aumentado nuestra productividad, han dado dinero a nuestro sistema de seguridad social, han pagado impuestos y han consumido productos y servicios en nuestro país, creando más demanda. Ni su presencia aquí ni el cruce de ellos por nuestra frontera sur constituyen una crisis, pero con certeza sirven para una distracción conveniente a las crisis reales que nuestra nación tiene enfrente
Carlos Villarreal es el Director Ejecutivo de National Lawyers Guild, Capítulo Área de la Bahía de San Francisco. Puede ser contactado en [email protected]
http://counterpunch.com/villareal05172006.html (inglés)
Ulises Juárez Polanco es miembro del colectivo de traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística (www.tlaxcala.es). Esta traducción es copyleft.