Traducido por Mariola y Jesús María García Pedrajas
Los medios corporativos de EEUU tratan al mundo como a una gran novela gráfica, con EEUU como el superhéroe que no conoce su propia fuerza, pero tiene buenas intenciones. Muchas veces, el análisis de los medios corporativos no alcanza ni el nivel de un tebeo – más bien como el de un dibujo animado. De hecho, la otra noche, vi unos dibujos animados en el canal «Comedy Central» que proporcionaba un análisis mucho más sofisticado de la llamada «piratería» en Somalía, que nada de lo ofrecido por los programas de noticias de la noche.
En un episodio de South Park, los protagonistas de ocho años se dirigen a Somalia, donde esperan vivir la vida sin preocupaciones de los piratas. Un adolescente somalí que se ha convertido en pirata para alimentar a su desesperada familia, no puede comprender que nadie quiera dedicarse a la piratería, si tiene la opción de no hacerlo. Al final del episodio, francotiradores estadounidenses matan a todos los somalíes dejando a los aspirantes a niños-piratas americanos ilesos. El comandante americano le dice a sus hombres, «tengan cuidado de no darle a los blancos.»
Así, este capítulo de una serie de dibujos animados describe acertadamente la lucha por la vida y la muerte de los somalíes y el poder arbitrario de los estadounidenses y de otros países que patrullan la costa somalí. La población estadounidense es completamente ignorante de la verdadera situación en Somalia, mientras que aquellos a cargo de los buques y aviones de guerra no tienen el más mínimo problema en matar gente que no conocen – gente a la que se la hace parecer como recortes de unos dibujos animados.
«Desde principios de los 60, la política de EEUU en África ha sido sembrar el caos en aquellas regiones que no puede controlar de manera efectiva.»
Es imposible discutir la falta de leyes en las aguas costeras de Somalia sin tener en cuenta el papel de EEUU y Europa en la destrucción del sistema legal del país. El principal culpable es EEUU, que animó a Etiopía a invadir a Somalia, en 2006, para deponer al primer gobierno que el país había tenido desde 1991. Desde principios de los 60, la política de EEUU en África ha sido sembrar el caos en aquellas regiones que no puede controlar de manera efectiva. Los somalíes expulsaron a los etíopes, para disgusto de Washington. Con el aumento de los secuestros de barcos, los estadounidenses y europeos presentaron la situación como una en la que tenían que imponer el orden en Somalia – cuando, de hecho, son los intentos desde fuera del país para dominar Somalia los que han llevado a tan grave desorden.
Nos enteramos ahora que Francia y España, que se encuentran entre los poderes marítimos más culpables de esquilmar ilegalmente los caladeros somalíes, se han designado a sí mismas como las guardianas de la costa somalí. Los franceses y españoles han disfrutado de un botín de pesca en Somalia, sin guardia costera para impedirles tomar tanto como quieran de este recurso natural. Es decir que los mayores ladrones del pescado somalí se eligen a sí mismos protectores de sus caladeros de pesca. Ambas naciones, Francia y España, radican sus flotas pesqueras en las vecinas Islas Seychelles.
Cualquier observador desapasionado concluiría que los franceses, españoles y el resto de aprovechados están volviendo a un tipo de piratería muy de su estilo, como en los buenos viejos tiempos cuando los blancos navegaban por el mundo y se apoderaban de lo que querían. Pero claro, esta es una forma de mirar al mundo propia de un tebeo, ¿o no?
Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a los traductores y la fuente.
El director ejecutivo de Black Agenda Report Glen Ford puede ser contactado en:
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