La destitución se produjo después de manifestaciones en la capital, Uagadugú, exigiendo la renuncia de Roch Marc Kaboré.
Militares amotinados detuvieron el domingo al presidente de Burkina Faso, Roch Marc Kaboré, tras poco menos de un día de conmoción en el país de África occidental y en medio de un clima de inseguridad que se ha venido deteriorando en los últimos días, de acuerdo con medios locales.
Las acciones habían comenzado más temprano, cuando militares burkineses de diferentes cuarteles situados en Uagadugú, capital del país, y de las ciudades de Kaya y Ouahigouya habían protagonizado un motín.
Los uniformados dispararon al aire para exigir más medios en la lucha contra el terrorismo internacional, el cual, decían, avanza por el país.
También demandaron el reemplazo de la cúpula militar y una mayor atención a los heridos y a los familiares de los militares caídos en los combates contra los grupos yihadistas. La protesta encontró el apoyo de parte de la población civil, que salió a manifestarse.
El Gobierno había reconocido el incidente a través de un comunicado y, ante los rumores de golpe de Estado, el ministro de Defensa, general Barthélémy Simporé, aseguró en un primer momento que ninguna institución del Estado había sido inquietada y que el presidente del país, Roch Marc Cristian Kaboré, no había sido detenido.
Sin embargo, en horas de la noche trascendió la detención de Kaboré, quien fue electo por primera vez en 2015 y luego reelecto en 2020. De este modo, se convierte en el tercer jefe de Estado derrocado en esta región en los últimos ocho meses, tras acciones similares en Guinea Conakri y Malí.
La propia jornada del domingo, la Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao) pidió a los militares burkineses que respetaran la institucionalidad.
Un centenar de jóvenes, entre ellos líderes de organizaciones de la sociedad civil, se reunieron en las afueras de la sede de la televisión local (RTB) en horas de la mañana, para mostrar su apoyo a los militares.
De acuerdo con medios de prensa, el sábado también hubo manifestaciones de civiles en todo el país, que protestaron contra la inseguridad provocada por los grupos yihadistas y lo que consideran pocos avances del Gobierno en materia antiterrorista.
El depuesto presidente, tuiteó luego de horas de silencio: «Nuestra Nación atraviesa momentos difíciles. En este preciso momento, debemos salvaguardar nuestros logros democráticos. Invito a los que han tomado las armas a que las depongan en los intereses superiores de la nación. Es a través del diálogo y de la escucha que debemos resolver nuestras contradicciones».
En el medio de todo, trascendió que no se llevará a cabo el juicio por el asesinato en 1987 del presidente Thomas Sankara, el cual debería reanudarse este lunes, informaron elementos de seguridad en torno al Tribunal Militar.