Contra todo pronóstico, ganó África. La suerte del espectador que acuda a ver la película galardonada con la Concha de Oro de la 59 edición del Festival de San Sebastián, Los pasos dobles, apenas podrá saborear la multitud de olores, sabores, y ensoñaciones que el trabajo del cineasta Isaki Lacuesta trae desde el occidente africano: […]
Contra todo pronóstico, ganó África. La suerte del espectador que acuda a ver la película galardonada con la Concha de Oro de la 59 edición del Festival de San Sebastián, Los pasos dobles, apenas podrá saborear la multitud de olores, sabores, y ensoñaciones que el trabajo del cineasta Isaki Lacuesta trae desde el occidente africano: Malí. La clave es dejarse enamorar y eso parece fácil. El convencionalismo cinematográfico occidental ha sido derrotado esta vez por una propuesta heterodoxa con un abanico de imágenes por momentos frenéticas, a ratos pausadas, que abren una nueva ventana al sur del Sahara para acercar con una mirada renovada este enclave que antaño fuera el glorioso imperio de Malí. A priori podría encasillarse como una película de aventuras con un tesoro escondido (las pinturas de François Augiéras que cubren un búnker militar en el desierto), un explorador, varios malvados y la incertidumbre hasta el final… Sin embargo, en Los pasos dobles, Lacuesta salta de unas historias a otras sin una solución evidente de continuidad con el telón de fondo de la mitología maliense. Como subraya la sinopsis «La mejor forma de huir de tus perseguidores sin dejar rastro es caminar hacia atrás, sobre tus propias huellas».
El largometraje cuenta en el elenco con actores como Bokar Dembele, Alou Cissé, Hamadoun Kassogue o con el pintor mallorquín Miquel Barceló, que desde hace varios años ha elegido este país africano como residencia. Barceló asume algo parecido al alter ego del pinto francés François Augiéras tratando de hallar el tesoro… Que tal vez no exista. Los pasos dobles tiene una estructura de cuento parecida a la de Las mil y una noches, de repente el personaje está en un lugar y pasa a otro en el siguiente plano sin previo aviso; quizás por esta lógica se antoja una alternativa a la aproximación de África que el director catalán nos propone. De la simbiosis Lacuesta-Barceló surge al mismo tiempo un documental, Cuadernos de barro,proyectado también en San Sebastián, entorno a la experiencia africana del pintor en tierra maliense. Según nos cuentan: «En lo alto del acantilado de Bandiagara, Barceló representa junto al coreógrafo Josef Nadja la performance Paso Doble y nos descubre por primera vez los secretos de su taller africano. La llegada del equipo de la película revolucionará la aldea de Goolí (Malí) y despertará la curiosidad de sus habitantes». Este regalo de Concha de Oro ya lo puedes disfrutar en los cines.
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