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Entrevista con Angelo Del Boca, historiador del colonialismo italiano y biógrafo de Gadafi

«Los rebeldes del Gebel han sido decisivos»

Fuentes: Il Manifesto

Traducido por Gorka Larrabeiti

Hemos planteado algunas preguntas sobre la caída del régimen libio a Angelo Del Boca, historiador del colonialismo italiano y biógrafo de Gadafi.

Toda la capacidad de resistencia de las fuerzas de Gadafi se ha disipado en menos de dos semanas. ¿Qué ha ocurrido? ¿Hasta qué punto ha resultado decisiva la batalla en Gebel Nefusa? Ha sido realmente decisiva. Como ya he mencionado varias veces en el Gebel Nefusa hay árabes y bereberes, históricamente enfrentados unos con otros, pero que se han unido esta vez. No hay que olvidar que los bereberes en Libia han estado siempre del lado del poder. Cuando la presencia italiana estaban con los italianos contra los resistentes. Este ha sido un elemento decisivo. Lo confirma la información que recibo directamente del disidente Anwar Fekini, que ha participado en la resistencia en el Gebel, y que desde hace días me insistía en que la situación había cambiado mucho desde el punto de vista militar. A pesar de la falta de armas pesadas los rebeldes del Gebel habían llegado a 50 a 60 km de Trípoli. Luego, en los últimos días habían podido capturar tanques, armas pesadas para poder acecarse y entrar en la capital libia. Las rebeliones siempre han empezado en el Gebel, también durante la presencia italiana. Cuando los italianos desembarcaron en Trípoli en octubre de 1911, no fueron los turcos quienes resistieron contra ellos, sino los montañeses del Gebel que bajaron a caballo desde los montes, llegaron a Trípoli y causaron aquella matanza de 550 soldados italianos en Sciara Sciat. Los jóvenes rebeldes de hoy pertenecen a las mismas familias de los rebeldes de hace cien años. Desde este punto de vista, los insurgentes de Bengasi, que lidian todavía con una profunda división interna, poco tienen que ver con la operación final de la caída de Trípoli.

La despedida de Gaddafi y su régimen es sangrienta. Él aún lucha y se escapa de la captura. La situación no ha terminado. ¿Qué va a hacer Gadafi?

Gadafi tenía tres opciones: huir, lo que no va con su carácter; negociar, pero vimos que las negociaciones comenzaron y se interrumpieron deprisa pese a que el presidente Zuma, de Sudáfrica vino dos o tres veces a Trípoli y Bengasi a buscar una solución política pero los bombardeos de la OTAN, que hasta cierto punto fueron para Gadafi un paliativo porque salió fortalecido, las frustraron siempre. Con esos bombardeos Gadafi tenía al menos la excusa de decir: ven ustedes, hay bombardeos y es aterrador. Cómo no darle la razón: si no me equivoco creo que se ha llegado a seis mil acciones de bombardeo y a matanzas de civiles en los ataques cubiertas de silencio. Al final, sin esta devastación los rebeldes no lo habrían conseguido. Un día conoceremos el coste de estos bombardeos, en los que Italia también ha tomado parte. La tercera posibilidad de Gadafi era combatir hasta el final y en su estrategia, en su leyenda, que terminara muriendo. No excluiría esta posibilidad dadas las circunstancias. Para muchos ahora es imposible para él encontrar una fuga decorosa. Yo creo que este hombre, con tal de no fracasar, para no traicionar su leyenda, llegará hasta el final. Aunque desde Túnez, Amwar Fekini me dice que confía en capturarlo vivo.

¿Qué sucederá ahora? Al-Jazeera divide Libia en tres áreas: la mayor parte de Trípoli y Cirenaica; Sirte y la región colindante actualmente en mano de las fuerzas de Gadafi, y una vasta zona desértica aún contendida. 

Ha caído Trípoli, lo que no es poca cosa. Sin embargo, está claro que en Sirte se han concentrado los últimos medios bélicos de Gadafi porque había dejado allí una enormidad de fuerzas, incluidos los famosos Scud, viejos y no muy precisos, pero ahí están, y según creo, cuenta con unos 4.000. En resumen, aunque caiga Trípoli, la situación sigue en el aire. A menos que se llegue a una mediación. Sin embargo, apresaron a Seif al-Islam, hijo de Gaddafi, que desde el principio había hablado de negociaciones, de elecciones, es decir, de un futuro de Libia, futuro que yo no veo en este momento.

¿El Consejo de Transición de Bengasi, en su opinión, es capaz de pacificar a Libia, de arreglar sus fuertes conflictos internos evidentes tras el asesinato del Jefe de Estado mayor de los insurgentes Younes Abdul Fatah, y tras las divisiones entre comunidades tribales que desde entonces se han hecho abiertamente la guerra?

Es una dicotomía muy fuerte. No creo que puedan. A decir verdad, no sólo hay caos en Bengasi, sino que también existe el peligro del islam extremista y radical, cosa que Gadafi había denunciado desde el principio. No olvidemos que Occidente lo había premiado porque era un baluarte contra el islamismo radical. Este baluarte me parece que se ha roto precisamente en Bengasi.

¿El bajo perfil de Obama que, a diferencia de Sarkozy y Cameron, no alardea de triunfo, indica según usted una preocupación porque nazca una «Somalia» a orillas del Mediterráneo? En un contexto peligroso en el que , además, se reaviva el conflicto entre Egipto e Israel …

El peligro es real. Y el nuevo contexto no ayuda a la solución. Sobre todo porque no consigo ver ni siquiera después de la caída, muerte o fuga de Gadafi, qué será de esas decenas de miles de personas vinculadas a Gadafi de quien obtenían grandes ventajas, dinero, jerarquía. Cómo podrán conciliarse con los de Bengasi si, después de todo, tenían en sus manos un poder enorme. No sé cómo podrán dividir todo ese poder, porque es inaceptable que vayan a entregar todo lo que tenían. En el futuro de Libia es el punto más difícil. Y el conflicto es seguro.

Dentro de un mes se cumplirán 100 años de la ocupación italiana de Libia. El gobierno de Berlusconi, comprometido con Gadafi, apoyó luego a los insurgentes, a quienes ha comprometido mediante la firma de un tratado en contra de los inmigrantes que huyen de África, una fotocopia del firmado hace dos años con el líder libio. Ahora Italia corre ansiosa por los negocios en la estela de «ganadores», Sarkozy y Cameron. Y prepara la carta Abdessalem Jalloud …

Es grave lo que se ha firmado contra los emigrantes, que, también el CNT de Bengasi quiere que terminen dentro de un campo de concentración para evitar que lleguen a Italia y Europa. Pero ahora el gobierno italiano se engaña al pensar que con el final del régimen de Gadafi encontrará del otro lado del Mediterráneo las mismas oportunidades y beneficios que tenía antes. Es impensable que Sarkozy – y también Cameron – hayan inventado esta guerra para nada. La hicieron por el petróleo, quizás el mejor del mundo, sobre todo porque Francia no estaba en Libia. En cuanto al «opositor» Jalloud, no es una alternativa viable; está demasiado comprometido con el régimen, aunque sólo era el número dos en los años ochenta y luego salió del escenario político. Lo conocí cuando estaba en un «dorado» arresto domiciliario en el ’92 en su villa en la Plaza Verde. Es sólo el jefe, desacreditado, de una gran tribu; no «nuestro hombre» en Trípoli.

http://www.ilmanifesto.it/area-abbonati/in-edicola/manip2n1/20110823/manip2pg/03/manip2pz/308711/