Rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA en sus siglas en inglés) han seguido arrasando a través del Africa Central,asesinando más de 50 civiles en el sur de Sudán y la República Democrática del Congo. Los ataques llegaron tras algunas batidas en los poblados congoleños que dejaron hasta 500 personas muertas en los días […]
Rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA en sus siglas en inglés) han seguido arrasando a través del Africa Central,asesinando más de 50 civiles en el sur de Sudán y la República Democrática del Congo. Los ataques llegaron tras algunas batidas en los poblados congoleños que dejaron hasta 500 personas muertas en los días posteriores a Navidad. Los rebeldes fueron sacados de sus escondites en el noreste del Congo por una fuerza conjunta formada por tropas de Uganda, Sudán y Congo, y se cree que están actuando en grupos pequeños.
La mayor parte de las víctimas de los ataques, los más sangrientos de los cometidos por los rebeldes en años, fueron golpeadas con machetes hasta morir. Se informó de que más de 225 personas, la mayoría niños, fueron secuestradas por las tropas del LRA. Unos 50 000 huyeron de sus hogares en Sudán y Congo en la frontera de Uganda.
Jemma Nunu Kumba, el gobernador del estado de Ecuador Occidental, en el sur de Sudán, dijo que el LRA había asesinado a 38 personas en la última semana del 2008. «Han causado una confusión sin precedentes…» comentó Kumba a Reuters. «Ahora somos zona objetivo. Esto es más que hambre. Esto es venganza.»
Kony, quien se autodefine místico, comenzó su rebelión contra el Presidente Yoweri Museveni en el norte de Uganda al final de los 80s, pero pronto se volvió contra la población local. Más de 20 000 personas, la mayoría niños, fueron convertidos en esclavos sexuales, porteadores o soldados. Murieron al menos 10 000 personas, mientras 1.6 millones fueron arrojados a campos de refugiados.
Kony accedió a un alto el fuego en 2006, que llevó a una cierta calma de más de dos años. Pero su negativa a firmar un final tratado de paz – Kony reclama que el último escollo son los cargos por crímenes de guerra contra él y otros dos comandantes – provocaron a Uganda, Congo y Sudán a lanzar la Operación Trueno Luminoso a primeros de diciembre.
Los analistas que advirtieron que este enfoque podría fallar – como otros intentos anteriores de Museveni para acabar con el conflicto por la fuerza – y en cambio provocar a los rebeldes, han probado tener razón.Chris Dolan, director del Refugee Law Project (Proyecto Legislación Refugiados) de Kampala , dijo: «Es difícil imaginar que mantener abierta la posibilidad de negociación y alargar lo que era una situación contenida de violencia latente pudiera ser más costoso – en términos de dólares, vidas humanas e impacto sobre la estabilidad – que mandar soldados.»