Veinte ministros de Comercio de África volvieron a exigir a Estados Unidos la eliminación de los subsidios agrícolas que perjudican a los agricultores del continente. Los ministros y representantes de los 53 países de la Unión Africana (UA) llamaron a Estados Unidos a definir cuándo interrumpirá los subsidios internos a la agricultura, teniendo en cuenta […]
Veinte ministros de Comercio de África volvieron a exigir a Estados Unidos la eliminación de los subsidios agrícolas que perjudican a los agricultores del continente.
Los ministros y representantes de los 53 países de la Unión Africana (UA) llamaron a Estados Unidos a definir cuándo interrumpirá los subsidios internos a la agricultura, teniendo en cuenta que la Ronda de Desarrollo de Doha de negociaciones multilaterales de comercio concluirá a fines este año.
La Ronda de Doha, lanzada en 2001 por la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la capital de Qatar, se propone reducir las barreras comerciales y hacer más justo el comercio para los países en desarrollo.
La Ronda tuvo sus principales instancias en las conferencias ministeriales en Cancún, México (2003), en Ginebra (2004) y en Hong Kong (2005). Pero fracasaron por la negativa de los países ricos a eliminar la protección a sus agricultores, incluidos los subsidios.
«Debemos seguir presionando a Estados Unidos para que elimine los subsidios que impiden nuestro desarrollo», expresó el viernes en la reunión de ministros africanos en Nairobi el vicepresidente de Kenia, Moody Awori.
«La supresión de estos subsidios será una clara demostración de la capacidad del sistema de comercio multilateral para responder positivamente al genuino reclamo de muchos agricultores pobres de África, que viven con menos de un dólar por día», señaló.
La Unión Europea (UE) también urgió a Estados Unidos a que se haga cargo del asunto.
Washington «se ha mostrado evasivo al respecto. No nos han aclarado qué van a hacer exactamente», dijo en conferencia de prensa el director general de Comercio de la UE, Karl Falkenberg, en vísperas de la reunión de ministros de Comercio africanos.
La UE ya no paga a sus agricultores para que produzcan más, sino para que produzcan menos pero con calidad, lo que genera una mayor demanda de productos africanos, aseguró Falkenberg.
«Si producimos menos, tendremos que importar más para satisfacer nuestras necesidades. Esto incrementará el potencial exportador de África. Pretendemos defender los productos africanos en nuestros mercados», agregó..
Pero diversos críticos sostienen que la reforma de los subsidios de la UE sigue perjudicando a los países pobres, que no pueden subsidiar a sus agricultores para que produzcan más, y menos aun una producción de calidad.
La organización humanitaria Oxfam Internacional calculó que entre 1999 y julio de 2005 los productores de algodón estadounidenses recibieron subsidios por más de 18 000 millones de dólares.
«El valor en el mercado de la producción subsidiada en ese periodo fue de 23.390 millones de dólares. Esto se traduce en una tasa de subsidio equivalente a 86 por ciento, lo significa por cada dólar que el productor recibió por sus ventas obtuvo, además, 86 centavos de subsidios», señala Oxfam.
Los países africanos perdieron más de 350 millones de dólares en ganancias por exportaciones a causa de la depreciación de los precios internacionales de sus productos agrícolas, según la organización humanitaria con sede en Londres.
«Una de las grandes posibilidades que le ofrece la Ronda de Doha a algunos de los países más pobres es un mejor precio para el algodón. Veinte millones de productores dependen de ese producto para sobrevivir», indicó el año pasado Celine Charveriat, jefa de la campaña «Por un comercio justo» de Oxfam.
«Si tenemos en cuenta que el asunto se discute desde 2002, prácticamente no ha habido avances. Todos saben qué es lo que hay que hacer. No hay excusas para la demora. El problema no se puede ocultar más», sostuvo.
En la reunión de Nairobi también se instó a los países africanos a resistirse las medidas que se les pretendan imponer.
«África tiene derecho a insistir en su rechazo a las conclusiones de la Ronda de Doha que no satisfagan sus principales necesidades», indicó la comisaria de Industria y Comercio de la UA, Elizabeth Tankeu.
Los subsidios agrícolas no es la única discusión comercial con la que tiene que lidiar África.
La conferencia ministerial de la OMC adoptó en 2005 en Hong Kong una disposición que pretende reducir y eliminar los aranceles a productos de exportación de vital importancia para los países en desarrollo.
Organizaciones de la sociedad civil africanos alertaron que la supervivencia de numerosas industrias del continente y de otras regiones pobres depende del mantenimiento de aranceles.
«Reiteramos nuestro pedido a los gobiernos africanos de no asumir más compromisos de reducción de aranceles a productos esenciales para la seguridad alimentaria, la protección de los ingresos, el sustento de los pequeños agricultores, la erradicación de la pobreza y el desarrollo rural», indica un documento firmado por medio centenar de organizaciones y presentado a la reunión de ministros de Comercio.
Los recortes de aranceles abre un flujo de productos importados baratos que pone en riesgo a la producción.
En Kenia, por ejemplo, terminaron cerradas todas las plantas de procesamiento de leche, excepto una, por la invasión de lácteos importados en los años 90. El gobierno debió elevar de 35 a 60 por ciento los aranceles a estos productos en 2002 para proteger la producción local.
No todas las conclusiones de la reunión ministerial de la OMC del año pasado en Hong Kong fueron injustas con África. La iniciativa «ayuda a cambio de comercio» se considera un logro.
Esta iniciativa incluye mecanismos de financiamiento para los países en desarrollo para afrontar las limitaciones que se considera fueron ampliamente responsables de la pobre participación que tienen en el mercado mundial.
Los 50 países más pobres del mundo –34 de los cuales se ubican en África– concentran la octava parte de la población mundial (12,5 por ciento), pero su participación en el comercio mundial es de apenas 0,64 por ciento.