Azapo es el principal partido político heredero del Movimiento de la Conciencia Negra, la organización que fundó Steve Biko en los años 70 para luchar, no solo contra el apartheid sino contra todas las formas de dominación blanca y de racismo, especialmente las psicológicas. Su oposición a la colonización incluye la petición de cambio de […]
Azapo es el principal partido político heredero del Movimiento de la Conciencia Negra, la organización que fundó Steve Biko en los años 70 para luchar, no solo contra el apartheid sino contra todas las formas de dominación blanca y de racismo, especialmente las psicológicas. Su oposición a la colonización incluye la petición de cambio de nombre del país, de la actual Sudáfrica a Azania. En las últimas elecciones lograron casi 40.000 votos y un diputado: Mosibudi Mongena.
Parece que el mundo entero tiene una visión idílica de la transición sudafricana excepto ustedes, que son muy críticos. ¿En que se basa esta crítica?
Primero de todo hay un problema de fondo, de concepción del problema. Nosotros sufrimos una colonización de tres siglos, primero por parte de los holandeses y después de los ingleses. Y más tarde se mantuvo una situación de dominación de la minoría blanca que, a diferencia del resto de África, se quedó de forma permanente. Todo esto provoca que nuestra experiencia colonial haya sido única.
Lamentablemente la lucha contra el apartheid no interiorizó esta situación, no arraigó un sentimiento anticolonial en las bases del movimiento. No fue una lucha anticolonial auténtica y esto permitió que después de la transición las cosas quedasen como están ahora: un acuerdo de cooperación entre las elites blancas y negras, una desigualdad social muy grande y el mantenimiento de la misma economía que en el antiguo régimen.
Azapo se negó a participar en la Conferencia para la Democracia y rechazaron la constitución que finalmente se aprobó. Quince años después ¿mantienen la misma posición?
La historia nos ha demostrado que aquella fue la decisión correcta y que la transición fue el resultado de un pacto secreto entre diferentes elites. El resultado es que para una mayoría de la población su vida material no ha cambiado respecto al apartheid, mientras que medidas como el BEE [Empoderamiento Económico Negro, en sus siglas inglesas, es el conjunto de medidas legales para revertir la desposesión económica negra] solo han beneficiado una minoría sin cambiar la estructura económica del país.
Porque el núcleo de la dominación blanca, la dominación económica que genera la desigualdad actual, se ha mantenido intacta. Y así es posible ver inmensos campos de chabolas llenos de gente que no tiene nada muy cerca de barrios de lujo extremo mayoritariamente habitados por blancos.
Sin un cambio profundo en la economía nunca podremos dar el apartheid por enterrado.
¿Y cuál sería la solución? ¿Aún defienden que los blancos tienen que irse?
No creemos que haya que expulsar a nadie. Aquí hay muchos blancos que llevan muchas generaciones. ¿Dónde tendrían que ir?
Lo que hay que hacer es resolver las enormes inequidades sociales que sufrimos.
Y según usted, ¿cuál sería la receta para resolver estas diferencias?
Es imprescindible la distribución de la tierra, devolverla a sus dueños originales y resolver el problema de espacio para nuestro pueblo. Sin dar este paso hay muy poco que se pueda hacer.
Después debería iniciarse las medidas necesarias para transformar la economía hacia un modelo socialista.
Azapo proviene de la herencia ideológica de Steve Biko, uno de los grandes mártires de la lucha contra el apartheid y que murió a causa de las torturas sufridas. Treinta años después de su asesinato ¿que queda de su pensamiento?
Muchas de las cosas que dijo Biko aún tienen plena vigencia y queda mucho camino para hacer realidad la sociedad que él soñó, que básicamente era una sociedad abierta donde nadie tenía que ser juzgado por el color de su piel.
Y la herencia de esto somos nosotros, Azapo. Somos los que luchamos para realizar su sueño.
Biko reflexionó mucho sobre la dominación psicológica sufrida por los negros. ¿Cree que esta ha sido superada?
Lamentablemente no. Continuamos dominados psicológicamente. Solo hay que ver, por poner un ejemplo, la situación actual en las universidades: existe un predominio total de los valores blancos, su cultura y su pensamiento. Y a pesar que existe una mayoría de profesores y estudiantes negros, esta es incapaz de rebelarse. No existe ninguna revuelta intelectual negra en las universidades sudafricanas.
Si veinte años de lucha antiapartheid no han bastado para liberar la mente negra, ¿que se necesita?
Un control real de la economía, controlar nuestros propios medios de comunicación, tener una presencia más activa en la vida cultural que nos permita influenciar en la construcción de una cultura que, hoy por hoy, es totalmente blanca.
Biko fue muy influenciado por Malcolm X y los Panteras Negras, que denunciaban la naturaleza racista del sistema estadounidense. Hoy los EEUU tienen un presidente negro. ¿Malcolm X estaba equivocado o los EEUU han cambiado?
Ni una cosa ni la otra. Los EEUU siguen teniendo un sistema que discrimina la mayoría de la población negra y aún hay muchos ejemplos de racismo institucional.
En este sentido, la elección de Obama es un pequeño paso en la buena dirección, pero no es la solución del problema.
¿Cómo analiza las recientes explosiones en los townships y la actual ola de huelgas? ¿Son la expresión de un cambio profundo o simplemente se acabaran y todo continuará igual?
Son una expresión de dos cosas paralelas y complementarias a la vez. Por un lado manifiestan el enfado de nuestra gente que vive en la extrema pobreza, en chabolas, sin trabajo, sin trabajo, sin servicios básicos dentro de un país que es muy rico y donde hay gente muy rica.
Y por otro muestran la impaciencia de la gente que lleva quince años confiando en el ANC [Congreso Nacional Africano en sus siglas inglesas], creyendo sus promesas mientras las cosas siguen igual, nada cambia para ellos.
Esta mezcla de malestar i enfado es lo que está generando las actuales explosiones.
La mayoría de estas revueltas han sido dirigidas contra el gobierno, pero en algunos casos se han atacado inmigrantes. ¿Están asustados que este enfado pueda tomar una dirección incorrecta?
El problema es que estas revueltas no están dirigidas, no hay nadie que las organice y canalice y pueden afectar gente que no tiene ninguna culpa.
En relación también a la pregunta anterior, diría que el problema es que falta una fuerza política capaz de canalizar todo este malestar en una dirección positiva y permanente que al final fuerce los cambios necesarios.