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Se está pretendiendo una reedición de lo ocurrido con la Ley de Amnistía de 1977

¿Luchar por una Ley de Memoria o luchar porque se cumpla la ley penal internacional y española?

Fuentes: Rebelión

Los parlamentarios españoles, acostumbrados a cambiar las palabras para que mediáticamente parezca que han cambiado el fondo, siguen pensando que seguimos siendo tan ignorantes como durante la Transición. Durante aquellos años pedíamos amnistía para los presos políticos por delitos inexistentes en una democracia y con eso lo que conseguimos fue la amnistía para los criminales […]

Los parlamentarios españoles, acostumbrados a cambiar las palabras para que mediáticamente parezca que han cambiado el fondo, siguen pensando que seguimos siendo tan ignorantes como durante la Transición. Durante aquellos años pedíamos amnistía para los presos políticos por delitos inexistentes en una democracia y con eso lo que conseguimos fue la amnistía para los criminales franquistas. Afortunadamente, esos tiempos han pasado. Aquello fue una bomba de humo para engañarnos a todos ya que con una democracia no hacía falta una amnistía para liberar a los presos políticos; esa ley de 1977 se hizo para salvar del banquillo de los acusados a los verdugos, disfrazándola de un beneficio para las víctimas. El franquismo nos había hecho ignorantes en muchas cosas, pero en estas últimas décadas hemos aprendido que existe algo denominado DERECHOS HUMANOS Y LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD. Al menos, el imperfecto régimen de libertades en que vivimos ha servido para que pudiéramos leer y aprender aquello que hasta la muerte del genocida nos estuvo vedado. Por ello, no podemos dejarnos engañar nuevamente ya que se está pretendiendo una reedición de lo ocurrido con la Ley de Amnistía de 1977.

La presión popular y el trabajo constante del tejido asociativo memorialista han obligado al PSOE a intentar una operación mediática cambiando las palabras pero dejando el contenido prácticamente como estaba. El caso es que siguen empeñados en lanzar «bombas de humo» para confundir a la opinión pública y que parezca que se está ilegalizando el franquismo. Lo que algunos no entendemos es que pinta IU en todo esto. ¿Cómo es posible que el compañero Gaspar Llamazares hace tan solo unos días pidiese públicamente al Gobierno que hiciera caso a las recomendaciones de las organizaciones internacionales de Derechos Humanos y que a continuación haya dado este paso en falso? ¿Es que va a ser IU una organización que ayude a saltarse «a la torera» la legislación internacional sobre Derechos Humanos? ¿No asumió el Consejo Político Federal de IU el «Documento Nizkor»? Siguen sin tener la valentía y voluntad política para garantizar el estricto cumplimiento de la legislación internacional de Derechos Humanos y Lucha contra la Impunidad. ¿A qué tienen miedo?

Para que nos vayamos situando. El objetivo de hacer esta Ley es el de conseguir evitar la aplicación de las leyes que existen. Con ello consiguen varias cosas:

1) Quedar bien ante la opinión pública. 2) Dividir al movimiento 3) Evitar la investigación, por parte de los tribunales, de los crímenes contra la humanidad perpetrados por el franquismo 4) Intentar eludir la responsabilidad del estado 5) Mantener el llamado «espíritu de la transición»; es decir, «el modelo español de impunidad» 6) No molestar a los poderes fácticos y a la derecha. (Algunos estamos convencidos que la oposición pública del PP está pactada)

Con el hecho de centrar el debate alrededor de los procesos judiciales del franquismo evitan hablar del resto de cuestiones, muchas de ellas bastante espinosas: la lucha armada contra la dictadura, las ejecuciones extrajudiciales y las fosas comunes, los presos políticos, los exiliados, los perjuicios ocasionados a las familias, las incautaciones, las multas administrativas, los niños robados, los exiliados, etc. A todas estas cuestiones dan respuesta la legislación internacional existente, así como lasleyes penales españolas por lo que se puede decir que todo esto de la llamada «Ley de Memoria» sigue siendo una artimaña para ganar tiempo. Si dejamos que esto siga así, hasta los torturadores y asesinos franquistas de los últimos tiempos (esos que tienen ahora entre los 50 y 60 años) se irán sin ser juzgados.

Nuestros políticos saben perfectamente que lo que están haciendo es totalmente contrario al derecho internacional, pero también saben que -al igual que la Ley de Amnistía de 1977 ha servido durante varias décadas para evitar que se juzgase a los criminales franquistas de los primeros años- esta ley servirá para que pase el tiempo suficiente para evitar que se juzgue a los que quedan vivos, muchos de ellos aún en activo en las fuerzas armadas, las de orden público, trabajando en empresas privadas (como algún conocido miembro de la brigada político-social) y la judicatura. Incluso evitar la investigación de posibles responsabilidades del actual jefe del estado.

Tenemos todo el territorio español cubierto por una inmensa fosa común y lo que están haciendo (los políticos) al respecto es divagar sobre como solucionarlo de la forma más chapucera posible para que no se enfaden los poderes fácticos, inventando leyes innecesarias para poner trabas, dividir y controlar a un movimiento popular que, a pesar de ellos, cada día es más fuerte y combativo y, sobre todo, para impedir que se aplique la legislación existente.

El hecho de haberse visto obligados a cambiar el discurso supone un tímido avance. Obliguemos a que cambien los contenidos. Sigamos ejerciendo presión desde abajo, sigamos construyendo poder popular para exigir el cumplimiento, punto por punto, de la legislación internacional de Derechos Humanos y Lucha contra la Impunidad.

Decíamos que íbamos a ver tímidos avances y que el reto era el de mantenernos firmes en nuestros objetivos y principios. Pero para poder continuar con esta tarea debemos dotarnos de una mayor organización, conseguir un mayor número de compañeros y compañeras vinculados al movimiento y una mayor cohesión basada sobre todo en la acción concreta y la oposición a cualquier ley contraria al derecho internacional. Los trabajos con las fosas, las investigaciones, los homenajes, la divulgación, las movilizaciones y todas las actividades que realizamos habitualmente deben continuar; es más, debemos multiplicarlas. Este movimiento es una de las mejores cosas que le ha ocurrido a nuestra actual e imperfecta democracia y los que estamos en él tenemos la responsabilidad de mantener el rumbo y no dejar que se pare.

* José Mª Pedreño. Federación Estatal de Foros por la Memoria.