En una cena en la que participaron 500 exiliados cubanos se honró al militante y ex operativo de la CIA, actualmente de 80 años y todavía reclamado en Venezuela por cargos de terrorismo.
El atildado octogenario vestido de impecable traje azul, con el rostro sin arrugas por la cirugía plástica, se pavoneó de mesa en mesa en el salón de banquete iluminado por velas, intercambió besos y recibió elogios.
¿Será una vieja estrella del cine que está siendo agasajada por sus admiradores? ¿Se tratará de un político veterano recibiendo los aplausos del público?
No, el hombre que está siendo honrado por 500 compatriotas cubano-americanos en una gala repleta era Luis Posada Carriles, el ex operativo de la CIA reclamado en Venezuela por cargos de terrorismo y que tiene una orden de deportación por haber entrado ilegalmente en los Estados Unidos hace tres años.
Posada, de 80 años, ha tratado de no llamar la atención en general desde su liberación de la prisión de Texas hace un año y la desestimación por parte de un juez federal del único cargo de Estados Unidos en su contra: presentar falsos testimonios ante los oficiales de inmigración.
Sin embargo, los sucesos recientes como la cena del viernes y la exhibición y venta de sus pinturas en el otoño pasado muestran que el hombre que se pasó la vida tratando de derrocar el gobierno comunista de Fidel Castro ha retornado a la primera plana social en la comunidad de exiliados de esta ciudad.
«Estamos llegando al final de una etapa terrible. El fin de nuestra lucha está cercano», dijo Posada a la multitud de seguidores trajeados de etiqueta, refiriéndose a los problemas de salud de Castro.
El Embajador venezolano en Washington, Bernardo Álvarez Herrera, condenó la celebración de Posada y la calificó de una burla a la justicia y evidencia de la doble moral del gobierno de Bush en la guerra contra el terrorismo.
«Es vergonzoso, en particular porque se mantiene hablando sobre la violencia», expresó Álvarez sobre Posada. «Dijo que lo único que teníamos que hacer ahora era ‘afilar nuestros machetes’ para la confrontación con los regímenes de izquierda en América Latina.»
«El gobierno de los Estados Unidas jamás ha dado una respuesta oficial a Venezuela sobre la solicitud de extradición de Posada, presentada desde hace tres años, a pesar del tratado que estipula esa cooperación y ha estado en vigor desde 1922», expresó el Embajador.
Se alega que Posada, ciudadano venezolano naturalizado, fue quien planificó y organizó el sabotaje del avión de Cubana en 1976 en el cual murieron las 73 personas que iban a bordo, incluido el equipo de esgrima juvenil que regresaba de un torneo celebrado en Caracas, la capital venezolana. Además, es sospechoso de haber organizado la ejecución de una serie de ataques terroristas en hoteles de La Habana a finales del decenio de 1990, en uno de los cuales fue asesinado un turista italiano.
Se ha vanagloriado de sus muchos intentos de asesinar a Castro y se supone que haya estado involucrado, según los documentos del tribunal, en «algunos de los más nefastos sucesos del siglo XX ocurridos en la política centroamericana».
Posada estaba cumpliendo prisión en una cárcel de Panamá por el intento de asesinato contra Castro en 2000, cuando la Presidenta panameña saliente, Mireya Moscoso, lo indultó a él y a tres de sus cómplices en agosto de 2004, en un acto que algunos observadores consideraron favorable a la reelección del Presidente Bush con la consecución de los votos de la Florida dominados por los electores cubanos.
Los otros tres cubano-americanos regresaron a Miami como héroes; Posada llegó seis meses después, traído desde México, según se informa, en un barco camaronero de propiedad de un benefactor enemigo de Castro.
Dado que Venezuela, Cuba y los grupos de derechos humanos reclamaban la extradición de Posada para que fuera juzgado por los cargos de atentado terrorista contra el avión, las autoridades federales de aquí lo arrestaron en mayo de 2005 por entrada ilegal. Un juez federal en Texas ordenó su deportación, pero otro juez prestó atención a las alegaciones presentadas por los abogados de Posada de que podría enfrentar la tortura o la pena de muerte allí y prohibió que fuera enviado a Venezuela.
Ninguno de la media docena de países amigos contactados por el Departamento de Estado aceptó recibir a Posada.
Los fiscales federales presentaron posteriormente en ese año un demanda por frade migratorio, pero fue desestimada en mayo de 2007. La jueza de distrito, Kathleen Cardone, acusó a las autoridades federales de valerse de artimañas, fraudes y engaños para encausar un pleito penal contra él.
Los fiscales federales apelaron y están esperando el dictamen del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de los Estados Unidos, dijo Dean Boyd, vocero del Departamento de Justicia.
Los analistas especulan que el gobierno estadounidense ha eludido los reclamos de que se procese a Posada por temor a que él revele detalles de la participación de la CIA en golpes de estado, conspiraciones de asesinato y escándalos, incluido el Escándalo Irán-Contras.
Peter Kornbluh, jefe del Proyecto Documentación de Cuba en el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad de George Washington, ha compilado documentos desclasificados por la CIA y el FBI sobre Posada que demuestran que él se mantuvo en estrecho contacto con los responsables en Washington a todo lo largo de su servicio encubierto.
«El espectáculo del agasajo público de un terrorista internacional reclamado como si fuese un héroe en Miami es una burla del compromiso del gobierno de Bush con la guerra contra el terrorismo», opinó de la fiesta de presentación social para Posada.
El Representante William Delahunt (demócrata por Massachussets) convocó la celebración de una vista del Congreso en noviembre para debatir la manipulación del caso de Posada por parte del gobierno y argumentó que existía «evidencia convincente» que implicaba a Posada en el sabotaje del avión.
Delahunt dijo el martes que «no parecía haber mucho entusiasmo» para enjuiciar a Posada bajo la actual administración, pero que presionaría de nuevo por la acción judicial contra Posada antes de las elecciones de otoño. «Haber honrado a Posada de esa manera envía un terrible mensaje al resto del mundo», expresó el congresista refiriéndose al homenaje.
Posada, quien todavía está bajo la supervisión de la Agencia de Aplicación de las Leyes de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos, entró al banquete en medio de la ovación de los asistentes de pie, con el rostro radiante y sin la cicatriz del atentado que tuvo en 1990, cuando pistoleros lo asaltaron en Guatemala.
«Es un verdadero héroe de Cuba. Ha estado luchando por la libertad de Cuba desde el día en que llegó a los Estados Unidos», dijo Héctor Morales-George, cirujano jubilado que asistió a la cena.
http://www.latimes.com/news/nationworld/nation/la-na-posada7-2008may07,0,1699509.story
Traducido por: Asunción Aday Hernández, traductora del Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes.