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Madre Natura se acalora

Fuentes: Radiochango

Andaba yo buscando una versión del Quijote para disertar sobre un pasaje que viene a pelo para mi razonamiento. Se me había antojado que nuestro libro genial le daría a Bush la solución para cuanto le ocurre en Nueva Orleáns. Como estoy de vacaciones no tenía ningún ejemplar a mano y la verdad que en […]

Andaba yo buscando una versión del Quijote para disertar sobre un pasaje que viene a pelo para mi razonamiento. Se me había antojado que nuestro libro genial le daría a Bush la solución para cuanto le ocurre en Nueva Orleáns.

Como estoy de vacaciones no tenía ningún ejemplar a mano y la verdad que en París tampoco, pues hace un lustro tuve la sagacidad de donar mi biblioteca (miles de volúmenes) al Instituto Cervantes, no sin antes proponerlos al conselleiro de Cultura de la Xunta, Jesús Pérez Varela, quien no me dignó con una respuesta. Hube de ir a Palma, 70 km. En coche para encontrar una versión que les recomiendo, por su impresión, la calidad de las notas y del prefacio, a distancia sideral de la que publicó Alfaguara con un prólogo escandaloso de Mario Vargas Llosa.

Pues mi cuento es que en el primer capítulo de la segunda Parte del Quijote, el cura quiere comprobar si Alonso Quijano recobró el juicio o su locura persiste. Se comentaba en la Corte, le dice el tonsurado a Quijano, «que el Turco bajaba con una poderosa armada, y que no se sabía su designio, ni adonde había de descargar tan gran nublado (….) A esto respondió don Quijote : ¿ hay más sino mandar Su Majestad por público pregón que se junten en la corte para un día señalado todos los caballeros andantes que vagan por España, que aunque no viniesen más que media docena, tal podría venir entre ellos, que solo bastase a destruir toda la potestad del Turco? »

Así se me ocurrió que para resolver la catástrofe de Katrina bastaría con llevar allí las tropas yanquis de Irak, las tiendas de campaña, tanques, aviones y helicópteros que en un dos por tres dejarían la ciudad como una patena.

EE..UU tiene allí 150.000 soldados y la ocupación de este país le cuesta 200.000 de dólares diarios, es decir, más que el presupuesto anual necesario para el refuerzo de los diques de la ciudad sumergida.

Calculen ustedes: EE.UU invierte 5.600 millones de dólares mensuales en la agresión de Irak, algo más que en la guerra de Vietnam. Aparte del costo financiero, casi dos mil soldados han perecido en esta guerra injusta, además de 100.000 iraquíes, que también cuentan como muertos. Esta decisión le permitiría a Bush salir con decoro de un avispero en el que ha metido a media humanidad.

Sin embargo, se me antoja que Bush leyó mal el Quijote, pues en lugar de repatriar al ejército para prestar auxilio a los damnificados, lo utiliza para poner orden y matar a los desdichados que hurtan para sobrevivir. Ha retirado a 300 soldados, pero con la misión de mantener el orden y «dedicarse a la dentición inmediata de los ladrones». Lo corroboró la gobernadora:»Esos 300 hombres tienen experiencia bélicas y fusiles M-16 listos para disparar. Saben tirar y matar y están dispuestas a hacerlo.»

Hace años estuve en Colombia con el grupo Mano Negra y visité las tribus de los indios Kogui de la Sierra Nevada. Los miembros de esta tribu adoran a la Tierra madre y no la maltratan con utensilios hirientes. Viven en pallozas como las nuestras, se alimentan de fruta, hierbas y toda clase de vegetales que se dan en el campo. Cuando se agotan las subsistencias cambian de terreno. Respetan a la Tierra con cariño y por temor. Saben que se puede encolerizar y vengarse en forma de truenos, diluvios rayos e inundaciones.

Todavía estamos a tiempo de que el país más contaminante del planeta se decida a firmar el Protocolo de Kyoto y se calme la Madre Tierra.