El presidente de EE.UU. se despachó contra los países de Medio Oriente. Se mostró molestó por el acercamiento entre Maliki y Ahmadineyad y advirtió a Musharraf sobre Al Qaeda. En una ronda de prensa matutina celebrada ayer en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lanzó sendas advertencias contra sus pares […]
El presidente de EE.UU. se despachó contra los países de Medio Oriente. Se mostró molestó por el acercamiento entre Maliki y Ahmadineyad y advirtió a Musharraf sobre Al Qaeda.
En una ronda de prensa matutina celebrada ayer en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lanzó sendas advertencias contra sus pares de Irak, Irán y Pakistán.
Por un lado, Bush se ocupó de amenazar a su «amigo» el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki. El estadounidense se refirió a la visita que Maliki realizó a Teherán y a las reuniones que mantuvo con su par iraní, Mahmud Ahmadineyad. «Cuando lo encontremos jugando un papel no constructivo (con Irán), habrá que pagar un precio», sostuvo Bush.
Además, agregó que «si la señal es que Irán es constructivo, tendré una charla franca con mi amigo el primer ministro de Irak, porque no creo que lo sea». De este modo, Bush se mostró muy molesto por el encuentro bilateral entre estos países e intentó dejar en claro que no aceptará ningún tipo de acercamiento entre su apadrinado Maliki y su enemigo Ahmadineyad.
Irán tampoco se salvó del mal humor matinal de Bush. Según el mandatario de la Casa Blanca, desde Irán se fomenta gran parte de la violencia en territorios iraquíes y aseguró que «habrá consecuencias para quienes transporten y entreguen sofisticadas armas antiblindaje para matar estadounidenses en Irak». Funcionarios de Washington sostienen que desde Irán ingresan armas y soldados para combatir a las tropas aliadas en Irak. Demás está decir que aún no pueden comprobarlo.
Durante la cumbre que tanto molesto a Bush, Ahmadineyad dio su respaldo a Maliki para restaurar la seguridad en Irak. Sin embargo, advirtió que la única manera de terminar con la violencia era con la retirada de las tropas estadounidenses. «Intentar preservar la independencia y la dignidad de Irak, instalar un gobierno libre es la mejor actuación», agregó.
Maliki respondió que Irán juega un papel positivo y constructivo para ayudar a su gobierno a mejorar la seguridad en su territorio. Cualquiera puede imaginar cómo esta declaración se habrá hecho sentir en el mal humor de Bush.
A su vez, ambos mandatarios se comprometieron a trabajar conjuntamente en pos de establecer la paz y la seguridad y combatir el terrorismo en Medio Oriente. Para Ahmadineyad, la situación en la región es muy delicada y el futuro de la zona depende de la victoria de los iraquíes.
Por último, durante la visita de Maliki a Teherán, los funcionarios iraníes mostraron su disposición y compromiso a colaborar en la reconstrucción del devastado Irak. Entre las promesas se encuentra la posibilidad de abastecer con combustible durante el invierno y la construcción de una refinería para mejorar la situación de la industria petrolera iraquí, arruinada luego de cuatro años de invasión aliada. Además, el viceministro iraní, Parviz Davudi, adelantó que proyectan construir un hospital y realizar obras de servicios y científicas.
El otro gran objetivo de la ronda de prensa de Bush fue Pakistán. El mandatario estadounidense pidió a uno de sus mejores aliados en Medio Oriente, el presidente pakistaní Pervez Musharraf, «una actuación contundente» contra miembros destacados de la red Al Qaeda que, según la inteligencia de Estados Unidos, se ocultan en territorios de ese país.
Vale la pena recordar que días atrás funcionarios de la Casa Blanca deslizaron la posibilidad de atacar objetivos de Al Qaeda si que eso resultara necesario. Sin embargo, ayer Bush aseguró que la alianza con Islamabad continúa y que seguirán trabajando juntos en la «lucha contra el terrorismo».
Por otro parte, Bush manifestó que habló con Musharraf y que espera que las elecciones a realizarse a fines de año sean libres y justas. Evidentemente Bush, conocedor de su aliado, considero necesario lanzar esa advertencia.
Actualmente, Musharraf se encuentra muy debilitado y desde su gobierno buscan la fórmula de fortalecerlo de aquí a las elecciones en las cuales buscará conseguir cinco años más de mandato.
En las últimas horas, el líder pakistaní rechazó la posibilidad de declarar un estado de emergencia en el país debido a la creciente ola de violencia desatada luego del brutal asalto a la Mezquita Roja de Islamabad en julio pasado. La proclamación de la emergencia hubiera conllevado a la suspensión de los derechos constitucionales y civiles y, probablemente, hubiera postergado los comicios.
Según versiones periodísticas, Musharraf desistió de tomar esta medida, en parte, luego de una comunicación telefónica con la secretaria de Estado estadounidense, Condolezza Rice. El líder pakistaní decidió a último momento no viajar a Afganistán donde se desarrolla una cumbre de líderes tribales, políticos y religiosos de ambos países, en la que se discute como frenar la violencia en la frontera.
De esta forma, George W. Bush volvió a demostrar que su intención es que sea Estados Unidos quien maneje los destinos de Medio Oriente y que no aceptará que los gobiernos de la región busquen otras alternativas para solucionar los conflictos en esa zona.