Ciertamente que Nelson Mandela fue indomable, como lo calificó el presidente boliviano y Gran Jefe Indio Latinoamericano, Evo Morales, luego de la desaparición física este 5 de diciembre del líder histórico antiapartheid sudafricano, una pérdida irreparable para nuestra humanidad y para los más desposeídos de este mundo. Al decir de Evo, Mandela no pudo ser […]
Ciertamente que Nelson Mandela fue indomable, como lo calificó el presidente boliviano y Gran Jefe Indio Latinoamericano, Evo Morales, luego de la desaparición física este 5 de diciembre del líder histórico antiapartheid sudafricano, una pérdida irreparable para nuestra humanidad y para los más desposeídos de este mundo.
Al decir de Evo, Mandela no pudo ser nunca subyugado por el otrora régimen racista, apadrinado por Estados Unidos, que durante décadas imperó en su país, al que venció finalmente luego de permanecer en prisión más de cinco lustros en condiciones deplorables e infrahumanas.
Tras salir de las mazmorras del apartheid, Madiba, como cariñosamente lo bautizaron sus compatriotas, consiguió dar al traste con el sistema de segregación racial reinante en Sudáfrica hasta 1994, cuando se impuso en las elecciones generales celebradas allí, y se convirtió en el primer presidente negro de la historia de esa nación, hasta entonces dominada exclusivamente por los blancos.
Su sencillez y firmeza, su trayectoria de lucha, su indomabilidad y sus habilidades como estratega político lo llevaron a gobernar el gigante africano, y desmantelar uno de los regímenes más crueles de la era contemporánea, que siempre contó con el apoyo abierto y encubierto de Washington.
El líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, llamó a Mandela el otro Titán de Bronce, al compararlo con uno de los grandes combatientes por la independencia de la Isla caribeña, el General mestizo Antonio Maceo, quien fue muy temido por los colonialistas españoles por su coraje y audacia en las guerras libertadoras del siglo XIX.
El luchador antiapartheid fue entrañable amigo de Fidel y del pueblo cubano, a los que siempre agradeció su contribución a la paz en el suroeste africano, a la noble causa de los sudafricanos, y a la conquista de las independencias de Angola y Namibia.
Madiba, quien falleció a los 95 años de edad y cuyos funerales oficiales se escenificaran esta semana, no solo es el mayor símbolo del denominado continente negro, sino un referente internacional, y un paradigma a seguir por las nuevas generaciones de todos los pueblos de su región, de América Latina y del mundo.
Siempre abrazo los procesos revolucionarios y soberanos como los que actualmente están en curso en la Patria Grande, por lo que el jefe de Estado boliviano lo resaltó como un hombre ejemplo para la Pachamama (madre tierra).
Hoy en todos los rincones del planeta tierra se llora y rinde tributo a Mandela tras su fallecimiento, pero su legado vivirá eternamente como el del también desparecido exmandatario venezolano, Hugo Chávez. Ambos estarán por siempre entre nosotros porque hicieron historia.
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