Una crisis de ébola «siempre es preocupante», aunque aún no se puede hablar de un «escenario negro» por el brote detectado en la República Democrática del Congo (RDC), explica a Efe desde Kinshasa el experto en el virus y coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), Luis Encinas.
Una fotografía facilitada por UNICEF de un sanitario del Hospital Bikoro donde se trata a pacientes sospechosos de ébola. EFE/ Mark Naftalin / Unicef Handout
Mbandaka, la zona urbana de RD Congo en torno a un millón de habitantes donde esta semana se registró un primer caso confirmado y hay otros tres sospechosos, es un «cruce importante fluvial», como resume Encinas, que es el noveno brote de ébola que atiende en su carrera.
«No quiero hablar de un escenario negro», subraya el experto, pero advierte de que en esta zona recóndita del noroeste de RDC se utiliza constantemente el transporte fluvial y las aguas conectan con otros núcleos urbanos importantes como Kinshasa.
El Ministerio de Sanidad congoleño advirtió este jueves de que se entraba «en una nueva fase» de la epidemia al confirmar un caso en Mbandaka, capital de la provincia de Ecuador.
Ese caso da un giro a la actual crisis porque el ébola, que es endémico en RDC, país que sufre el noveno brote, normalmente afecta a comunidades rurales donde las probabilidades de expansión son pequeñas.
«No es tanto el hecho de que llegue o no llegue a una ciudad, sino de tener una fotografía adecuada», especifica el coordinador de MSF.
Sin embargo, la «fotografía adecuada» no se tiene aún, pero los expertos trabajan en ello en una fase que es todavía muy inicial de evaluar la situación y tomar medidas: «Estamos en la fase normal de lo anormal», considera Encinas.
«Para mí, aunque no llegue a una ciudad, si no está bajo control o no sabes cómo está evolucionando es tan preocupante o más que el hecho de que llegue a una ciudad», explica el médico, que ha atendido epidemias de la enfermedad en RDC, Angola, Senegal, Sudán y el también fue testigo del catastrófico brote de 2014 en Guinea, Sierra Leona y Liberia, que acabó con más de 11.000 vidas.
Luis Encinas, responsable de Operaciones para África Occidental de Médicos Sin Fronteras (MSF). MSF
No es la primera vez que la enfermedad llega a un núcleo urbano en RDC, recuerda, y el riesgo de expansión a otros países es menor que en el brote de África Occidental de 2014-16, a pesar de la cercanía de Bikoro, Iboko y Mbandaka (las tres zonas afectadas) a la vecina República del Congo .
Entre Mbandaka y ese país sólo hay un río, el Congo , pero los intercambios que hace la población y el tráfico de personas es muy inferior a los que había entre Liberia, Guinea y Sierra Leona.
«No es una Guinea donde en los ochenta kilómetros de alrededor del punto de la epidemia había otros países y la gente se movía mucho», cuenta Encinas, que precisa que en esta zona congoleña «no hay un intercambio fluido» entre países.
14 casos de ébola confirmados en RD Congo
El brote del virus del Ébola, que cuenta ya con 45 casos (14 confirmados, 10 sospechosos y 21 probables) y 24 muertes probables y 1 confirmada en laboratorio, se declaró oficialmente este 8 de mayo, pero desde tres días antes un equipo de MSF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se encontraba en la zona.
Desde el principio, remarca Encinas, MSF ya tenía «una imagen bastante pesimista» porque, si bien no había confirmación en laboratorio, «la situación era bastante similar a un brote de ébola».
Los primeros casos se podrían incluso remontar a finales de diciembre, pero debido a que es una zona muy inaccesible no se ha tenido constancia hasta ahora.
«Si esto hubiera empezado hace dos días no tendríamos una situación como ésta», lamenta Encinas, que recuerda que los medios en la zona son muy limitados y el sistema de salud muy deficiente.
A pesar de todo, las autoridades sanitarias congoleñas, que desde hace 42 años conocen el ébola, y los organismos internacionales han puesto en marcha una respuesta al brote con zonas de aislamiento y concienciación entre la población, con las lecciones aprendidas del letal brote de Guinea, Sierra Leona y Liberia.
RDC ya ha recibido 5.400 dosis de la vacuna experimental rVSV-ZEBOV que se espera que los técnicos sanitarios comiencen a usar en los próximos días.
«Es la primera vez que se va a utilizar la vacuna experimental al principio del brote y esto puede tener un impacto», asevera el experto de MSF.
La vacunación comenzará primero con los trabajadores de primera línea, donde no sólo se encuentran los empleados sanitarios (ya hay tres con signos de ébola), sino también con los responsables de las comunidades que investigan los casos y los que se ocupan de los ritos funerarios, pues ahí se producen gran cantidad de contagios.
La respuesta está aún en su «fase inicial», pero la comunidad internacional y las autoridades locales se han volcado para intentar impedir ese «escenario negro» que evoca el experto español.
Ayuda internacional
Por otra parte, la Comisión Europea (CE) ha aprobado una ayuda humanitaria urgente para contener el brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC), así como vuelos para transportar material y personal médico a las áreas afectadas por el virus, informó hoy el propio Ejecutivo comunitario.
Esta partida inicial de 1,5 millones de euros proporcionará apoyo logístico a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y 130.000 euros adicionales se destinarán a la Federación Internacional de la Cruz Roja para que la Cruz Roja congoleña atienda a los enfermos de ébola, precisó Bruselas en un comunicado.
Fuente: https://www.efesalud.com/msf-ebola-congo/