Donald Trump no es un personaje de su época, sino una consecuencia de ella. En una reciente entrevista a Noam Chomsky, lingüista, comentador político y bandera de la izquierda estadounidense, el también académico señaló algunos de los parámetros bajo los que hay que entender el auge de una figura como la de Trump, y el […]
Donald Trump no es un personaje de su época, sino una consecuencia de ella. En una reciente entrevista a Noam Chomsky, lingüista, comentador político y bandera de la izquierda estadounidense, el también académico señaló algunos de los parámetros bajo los que hay que entender el auge de una figura como la de Trump, y el peligro –muy real, incluso para los republicanos– de que llegue a la Casa Blanca.
Según Chomsky, «el miedo, junto con la ruptura de la sociedad durante el período liberal» explicarían el ascenso político de Trump, que tomaría el lugar de una figura todopoderosa capaz de resolver los problemas políticos y económicos de la nación más poderosa del mundo como si se tratara de un asunto de negocios. También un poco de perspectiva histórica ayuda:
La gente se siente aislada, desvalida, víctima de fuerzas poderosas que no comprenden y no pueden influenciar. Es interesante comparar la situación con la de los 30, los cuales soy lo suficientemente viejo para recordar. Objetivamente, la pobreza y el sufrimiento eran mucho mayores. Pero incluso entre los pobres de la gente trabajadora y los desempleados existía un sentimiento de esperanza que está faltando ahora, en gran parte debido al crecimiento de un movimiento laborista militante como también a la existencia de organizaciones políticas fuera del mainstream.
Otro componente de la tormenta electoral de EEUU es una confusión muy frecuente en el ámbito de la información: sabemos que a Chomsky no le simpatizan especialmente las redes sociales, pero tiene un punto cuando afirma que en tanto medio de comunicación «tienden a ser bastante superficiales». Según él, las redes «son útiles para organizarse, pero como fuentes de información ni siquiera comienzan a compararse con medios impresos, en mi opinión. Ni con la TV o la radio».
Esto es relevante especialmente en el contexto de una elección porque, a diferencia de lo ocurrido con Obama, las redes sociales están reproduciendo a otra escala el miedo y la incertidumbre, más que tender a informar y pensar críticamente acerca de la situación. Las redes sociales, más que organizar un electorado o una postura política, están llegando a un punto de vertiginosidad donde las opiniones personales se confunden con los titulares; y es por eso que el sentido de esperanza que Chomsky rescataba de la Gran Depresión puede fortalecerse de la mano de una organización que aproveche las ventajas de la tecnología sin dejar de ser críticos frente a sus limitaciones.