El activista guineano Ramón Esono. Autor: Prestne Ramón Esono (Mikomeseng, 1977) es un dibujante y activista muy crítico con el Gobierno de su país, Guinea Ecuatorial, presidido por el dictador Teodoro Obiang Nguem. El 16 de septiembre de 2017, Esono fue detenido en Malabo. En comisaría le preguntaron sobre sus dibujos. Pasó tres meses […]
El activista guineano Ramón Esono. Autor: Prestne
Ramón Esono (Mikomeseng, 1977) es un dibujante y activista muy crítico con el Gobierno de su país, Guinea Ecuatorial, presidido por el dictador Teodoro Obiang Nguem. El 16 de septiembre de 2017, Esono fue detenido en Malabo. En comisaría le preguntaron sobre sus dibujos. Pasó tres meses en la cárcel sin cargos y, finalmente, fue acusado de «falsificación de moneda y blanquear 1.800 dólares». El 27 de febrero salió de prisión por «falta de pruebas» pero hasta mayo no ha podido abandonar Guinea. En su primera entrevista concedida a un medio de comunicación tras salir de su país, Esono explica su experiencia en prisión y denuncia el régimen dictatorial de Obiang.
¿Cómo se encuentra?
Estoy muy bien. Después de tanto tiempo encerrado ahora puedo pasear, saludar a los amigos y agradecer los apoyos. Hay cosas como la salud de la que aún no sé nada hasta que no me vea un médico.
Su familia no le aconsejaba volver a Guinea Ecuatorial pero decidió ir. ¿Por qué?
Antes de abandonar Guinea Ecuatorial yo ya tenía alguna publicación en la que denunciaba anomalías del régimen de mi país. Con el tiempo mis dibujos comenzaron a llegar a más gente y el gobierno empezó a tenerme en cuenta. A los seis meses de irme se me caducó el pasaporte y necesitaba volver a renovarlo. Yo no quería ir a causa de las advertencias que me habían hecho algunos familiares, quería renovarlo en España pero me dijeron que no.
¿Qué cargos le imputan para meterle en prisión?
Hay que dejar claro que me detienen principalmente por el cómic La pesadilla de Obi. Al principio se pasan toda la noche hablando del tema de los dibujos, pero al día siguiente, como los dibujos no eran sostén para mantenerme retenido, empiezan a imputarme otros delitos como falsificación de dinero.
Sale de la cárcel el 27 de febrero, pero no puede abandonar el país durante tres meses. ¿Por qué? ¿Qué ha hecho durante estos nueve meses?
Tuve suerte. La maniobra desastrosa del Gobierno no salió adelante y por eso me tienen que dejar en libertad en febrero. Sin embargo, al salir de la cárcel no podía abandonar el país porque no tenía el pasaporte en regla, claro. Esos tres meses que pasaron hasta que me dan mi nuevo pasaporte son muy preocupantes para la familia porque, igual que me detuvieron una vez, podrían haber tratado de hacerlo otra vez más. En la cárcel destaco dos cosas importantes. Lo primero fue el motín que tuvimos el 28 de noviembre. La causa fue la muerte de un chico por negligencia y por abandono. Lo segundo son los talleres de dibujo que pude dar y los dibujos de recuerdo que me he traído de los muchachos. Esa es la parte buena. Pero claro, detrás de eso hay torturas, intentos de suicidio… Luego, fuera de la cárcel, tengo que destacar el apoyo de mi familia. Cualquier familia, por tener un miembro que se opone al régimen, puede acabar pagando las consecuencias. Por eso suelen alejarse. Yo tuve la suerte de haberlos tenido cerca.
¿Cuál es la situación de las cárceles en Guinea?
Yo conocía antes los problemas de las prisiones, pero hasta que no estás allí no te das cuenta. Lo más grave es el daño psicológico de los presos y las familias. Lo psicológico juega un papel más importante que lo físico. Pero por supuesto hay torturas y vejaciones. Yo nunca presencié ninguna violación pero contaban que en algún momento sí que hubo. Imaginaos la cárcel más chunga. Pues en una de esas estuve yo.
En 2014, Teodoro Obiang vino a España al funeral del expresidente Adolfo Suárez. ¿Qué opina de la tolerancia de los gobiernos españoles hacia el dictador?
Mientras que Obiang sea oficialmente el presidente de la República de Guinea Ecuatorial, las relaciones institucionales con España siempre van a ser cordiales, buenas, institucionales. Son relaciones que se forman en la época colonial y se mantienen. Obiang tiene muchos amigos poderosos en España y por eso viene a España cuando muere Adolfo Suárez. Sin embargo, aquí en Guinea, Obiang se ha encargado de demonizar España difundiendo la imagen de un país colonialista. Eso le ha servido para ocultar sus miserias.
Se van a cumplir en octubre 50 años de la independencia de Guinea Ecuatorial como provincia española. ¿Qué huellas quedan del colonialismo?
A ver. ¿Conocéis la serie Cuéntame? Pues mi padre es como Antonio Alcántara pero en negro. Una gran parte de nuestra cultura proviene de la época colonial. Rezamos al Vaticano, hablamos en castellano… Esas son las huellas buenas. Pero sigue habiendo mucho recelo hacia España. Los ecuatoguineanos no ven españoles, ven colonos. Esa imagen ha sido potenciada por el régimen. También se cree que es ahora cuando de verdad se va a producir realmente la independencia de Guinea porque, según las historias de la calle, los colonos aseguraron que si en 50 años podíamos mantenernos solos, nos darían la independencia completa.
Miramos con repudio que una persona pueda acabar en la cárcel por un cómic, pero en España un rapero ha sido condenado a tres años y medio por el contenido de sus letras. ¿Cómo ve el debate de la libertad de expresión aquí?
Si en España hubiese 100 jueces, podríamos decir que 60 son decentes y 40 son malos jueces. En Guinea no hay ninguno que siquiera parezca bueno, no puedes confiar en ninguno. Por supuesto que lo que ocurre en España con la libertad de expresión es denunciable pero yo como guineano no puedo dar lecciones a nadie. Sería insultar a la inteligencia. Pero debo decir que aquel español que diga que quiere que Valtonyc vaya a la cárcel es porque no sabe lo que es una cárcel.
Luís María Ansón dijo esto hace poco en un artículo: «El petróleo y el esfuerzo de un pueblo admirable han convertido a la nación guineana en un emporio de prosperidad. Medio siglo atrás, viajé a Guinea. El país se ha transformado de forma espectacular». ¿Es verdad que Guinea Ecuatorial ha prosperado en los últimos 50 años?
Antes del boom del petróleo en los 90, si a mi me llevas a Nueva York hubiese pensado que estaba en otro planeta. Tengo que reconocer que hay un cambio espectacular en el país. El régimen necesita dar a la población una serie de mejoras para mantenerse. Lo que hay que ver es si esos cambios tienen un proyecto de futuro. Además, los cambios materiales no lo son todo. Yo puedo aplaudir una buena carretera pero no puedo tolerar torturas donde a un chaval le dejen con el coxis fuera e incluso muertes en las cárceles. Unas infraestructuras no esconden tampoco la corrupción, que es prácticamente un cáncer. Tampoco esconde el importante problema del VIH.
Durante su reclusión, ¿se ha sentido apoyado por las organizaciones y la gente de a pie?
Solo tienes que entrar en Internet y buscar «Ramón Osono». El nivel de apoyo que he tenido ha sido tan grande que tendría que ponerme a llorar. No voy a tener tiempo de agradecer a todas las personas que se han preocupado por mí. Si estoy en la calle ahora es gracias a la gente.
Guinea Ecuatorial está en el puesto 171 de 180 en Libertad de Prensa y tan solo un 24% de las personas tienen acceso a Internet. ¿Qué conocen los ecuatoguineanos del exterior?
Hemos tenido la suerte de estar situados en una zona del continente que está más abierta que otras. Quizá no hemos viajado mucho por motivos económicos pero el boom del petróleo ha permitido que algunas familias hayan podido enviar a sus hijos fuera. La relación con España también ha permitido una cierta apertura del país. Internet ha abierto el mundo mucho más a pesar de la censura. El gran problema es que, aunque reciban información, no la pueden expresar libremente.
Mientras estaba en Guinea Ecuatorial, se ilegalizó el principal partido opositor Ciudadanos por la Innovación. El líder Nsé Obiang aseguraba que tenía pruebas de que le iban a matar. ¿Existe este peligro real? ¿Existen presos políticos en Guinea Ecuatorial?
Yo con ese partido y con su líder no tengo ningún tipo de afinidad, pero está claro que la maniobra del régimen ha sido intentar acallar a los miembros del CI mediante torturas. Yo compartí cárcel con algunos militantes del CI que llegaban con brazos rotos o estaban muy magullados. Incluso contaban cómo uno de ellos había muerto en la otra cárcel que se llama Guantánamo. Es cierto que el CI ha sido una formación muy reprimida y perseguida. El régimen tiene miedo por la aceptación popular que tiene el partido y por eso se les ilegalizó.
¿Qué opina de los apoyos que recibe Obiang por parte de la Unión Africana? ¿Con qué respaldo cuenta Obiang en África?
Tenemos que afrontar que Obiang es historia en África y en el mundo. Por eso, que el dictador reciba apoyos de la Unión Africana me parece algo obvio, aunque sea una contradicción con lo que la Unión Africana predica. A nivel interno, los principales apoyos que recibe el viejo vienen del Movimiento de Amigos de Obiang (MAO). Es su brazo sociopolítico privado, una especie de secta que tiene alcance en muchos países. El MAO funciona en Guinea gracias a gente muy poderosa que acaba influyendo en sus empleados, en sus empresas… Ese apoyo es el que le consolida como líder. Obiang tiene buena relación países como Chad, Angola, Santo Tomé… Hay gobernantes que le deben muchos favores. Sin embargo, otros como Liberia se han alejado bastante de él.
Mientras que otros dictadores como Jammeh en Gambia, Mugabe en Zimbabue o Dos Santos en Angola han ido abandonado sus respectivos gobiernod, Obiang está a punto de llegar a los 40 años como dictador. ¿A qué se debe este aguante de Obiang en un mundo moderno como el actual?
Cuando Obiang se hace con el poder en 1979, trenza una red muy importante de aliados internos que defienden el régimen. Llega un punto en el que Obiang es más un dios que un dictador. Ese es el apoyo más grande que tiene. Con el petróleo, además, consiguió otros apoyos exteriores como Estados Unidos que le permitieron estabilizar un poco su gobierno y dar una imagen de apertura. Por eso mucha gente cree que Obigang debe morir en el poder.
¿Quién mueve los hilos en el país?
El hijo de Obiang, el vicepresidente.
¿Teodorín?
Literalmente. Está atando los cabos por si se le pasa algo al viejo.
¿Cuál es el futuro cercano de Guinea Ecuatorial? ¿Tiene posibilidades Teodorín de convertirse en presidente? Obiang después del golpe de Estado dijo: «El que quiera coger esta silla, que haga lo mismo que hice yo».
(Risas). Las cosas, por suerte, han cambiado. Las redes sociales han permitido esos cambios. Yo, sin ir más lejos, me he salvado en parte gracias a las redes sociales. Teodorín representa el éxito para muchos guineanos jóvenes, sin tener en cuenta de donde viene el dinero que tiene. Estoy seguro de que en unos años, Teodorín será presidente. Ha pasado en otras ocasiones que los padres han dejado todo atado para que sus hijos se conviertan en sucesores. No hay que olvidar que Obiang es una especie de dios que puede designar a su sucesor.
¿Pero Obiang quiere que Teodorín sea su sucesor?
Esa pregunta es difícil de contestar. En este caso la que manda es la madre y ella sí quiere ver a su hijo de presidente para no perder el poder con el que la familia cuenta.
¿Se arrepiente de algo de lo que ha escrito o dicho tras ver las consecuencias?
No, no y no. ¿Cómo me voy a arrepentir de criticar al régimen cuando he visto a gente con el coxis fuera? No puedo hacerlo.
¿Tiene pensado volver a Guinea Ecuatorial en algún momento?
Sí. Quiero abrir una galería para dar talleres de dibujo gratuitos a quien quiera asistir. Me gustaría poder vivir en Mikomenseng, pero tengo familia en la otra punta del mundo.
¿Cuáles son sus proyectos futuros?
Ahora tengo en proceso un cómic que se llamará 218 y que va a salir el año que viene. Espero que en ese momento se hable menos de la cárcel de Ramón y más de su cómic.