El palacio de Gobierno, sede del primer ministro interino Mohamed Al-Ghannouchi, quedó hoy virtualmente sitiado por miles de tunecinos que exigieron apartar del Gabinete de unidad a todos los funcionarios vinculados con el anterior régimen. Al caer la tarde de este domingo, poco antes de que entrara en vigor el toque de queda, continuaban llegando […]
El palacio de Gobierno, sede del primer ministro interino Mohamed Al-Ghannouchi, quedó hoy virtualmente sitiado por miles de tunecinos que exigieron apartar del Gabinete de unidad a todos los funcionarios vinculados con el anterior régimen.
Al caer la tarde de este domingo, poco antes de que entrara en vigor el toque de queda, continuaban llegando a la capital miles de personas, en su mayoría trabajadores y jóvenes desempleados procedentes de provincias del interior para unirse a las manifestaciones.
La denominada «Caravana de la Liberación» partió el sábado en la noche de Kasserine y Sidi Bouzid, esta última en el centro de Túnez y tierra natal de Mohamed Bouazizi, el joven cuya inmolación prendiéndose fuego avivó las revueltas que derrocaron al presidente Zine El-Abidine Ben Ali.
Convocados por la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), activistas sociales, estudiantes, campesinos, profesionales en paro laboral y hasta policías y bomberos se fundieron en una marea humana que rodeó la sede del primer ministro en la Kasbah, parte antigua de la capital.
La multitud gritó consignas y exhibió pancartas en las que reclamaba la salida del poder de Al-Ghannouchi y todos los que ocuparon puestos relevantes durante los 23 años de mandato de Ben Ali, en particular los ministros de Defensa, Interior y Relaciones Exteriores, muy ligados al ex mandatario.
Sin encontrar una violenta oposición de las fuerzas militares desplegadas en el lugar, los manifestantes removieron las alambradas y vallas que protegían la oficina del primer ministro y se abalanzaron sobre el inmueble, aunque luego fueron contenidos por los efectivos de seguridad.
«Al-Ghannouchi, apártate», «Queremos un Gobierno de salvación», «No a la traición de la revolución», gritaba la enardecida muchedumbre, que también volvió a arremeter contra los símbolos del ya disuelto partido Reagrupación Constitucional Democrática (RCD) que lideró Ben Ali.
Consultados por periodistas que cubrían la concentración, los tunecinos Abdel Khalek Hassine y Bathir Bouaicha se mostraron confiados en que la presión popular obligue a dimitir al jefe de Gabinete interino, quien prometió abandonar la política tras las elecciones generales.
«Tiene que irse, es muy impopular, no pueden secuestrar la revolución», comentaron en medio de un ambiente de crispación que no se veía desde las marchas que compulsaron la huída a Arabia Saudita de Ben Ali y su familia, el pasado 14 de enero.
Mientras el Ejecutivo sigue incompleto por la renuncia de cinco ministros insatisfechos con la permanencia de elementos afín al derrocado régimen, la UGTT, principal sindicato del país, propuso formar un nuevo Gobierno con gente de «manos limpias» desvinculados de la corrupción y la represión.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=257615&Itemid=1