La maniobra de quienes detentan el poder ha sido desbaratada. Su oferta política, presentada el pasado domingo (3 de marzo) para intentar mitigar la cólera de las y los argelinos no pasa. El referéndum de la calle ha zanjado la cuestión. El veredicto es muy duro: «¡No al quinto mandato!», «El pueblo quiere la caída […]
La maniobra de quienes detentan el poder ha sido desbaratada. Su oferta política, presentada el pasado domingo (3 de marzo) para intentar mitigar la cólera de las y los argelinos no pasa. El referéndum de la calle ha zanjado la cuestión.
El veredicto es muy duro: «¡No al quinto mandato!», «El pueblo quiere la caída del sistema». Millones de personas, no hay riesgo de equivocarse en la cifra, se manifestaron ayer en todo el país para oponerse al intento de imponer como hecho consumado la presentación por delegación de la candidatura del presidente Bouteflika ante el Consejo Constitucional. Así, la propuesta del presidente Bouteflika, leída por su director de campaña Abdelghani Zaâlane, en la que solicita un mandato de un año para organizar la transición hacia «una nueva República» ha quedado barrida en los hechos.
Y la cifra de cerca de 6 millones de firmas de electoras y electores que habrían dado su acuerdo para el 5º mandato, ya no tiene ningún peso ante esta marea humana que ha ocupado la calle y que continuará haciéndolo, sin duda, durante los próximos días. Debido a esto, si los defensores del régimen contaban con un agotamiento del movimiento, desencadenado al día siguiente del anuncio oficial de la candidatura del jefe del Estado, ya tienen una respuesta.
Clara y sin posibilidad de ser malinterpretada. La movilización popular ha conocido su punto culminante este viernes 8 de marzo. Nadie puede pronosticar aún el futuro de esta protesta. Ya se están preparando nuevas formas de protesta, entre ellas la desobediencia civil anunciada para los próximos días y que estará marcada por una huelga general en todo el país.
Una verdadera crisis política
En cualquier caso, mediante esta movilización, el pueblo reclama la recuperación de lo que es suyo. Hace valer el contenido del artículo 7 de la Constitución que estipula que «el pueblo es la fuente de todo poder. La soberanía nacional pertenece exclusivamente al pueblo». Ahí tenemos una respuesta diferente a la de esos responsables de los partidos en el poder que, durante largos años, oponían este principio constitucional a todas las voces opositoras que reclamaban la alternancia en el poder.
Y ahora, ¿se atreverán todavía a confiscar ese poder? ¿Tienen algún sentido las elecciones del 18 de abril que se empeñan en mantener contra viento y marea? En cualquier caso, la crisis política, según la opinión de todos las personas observadoras del escenario nacional, no tiene precedentes. Es, quizás, la más grave de toda la historia del país. Los partidarios de la continuidad no la han visto venir desde lo alto de su torre de marfil.
Hasta un pasado muy reciente creían que en Argelia no había sino esa clientela fácilmente domable y que cae en todas las trampas que se le ponen. A partir de ahora, el fuego ha llegado a su propia casa. La crisis se ha instalado ya en el seno del FLN, principal partidario del 5º mandato, partido en el que se asiste a una verdadera cascada de dimisiones de cuadros. El secretario general de la UGTA (Unión General de Trabajadores de Argelia), Abdelmadjid Sidi Said, asiste, él también, a una verdadera revolución en el seno de la central sindical, en la que varias uniones sindicales le ponen en cuestión el derecho a pronunciarse en su nombre en favor del 5º mandato.
Fuente original: https://www.elwatan.com/edition/actualite/referendum-de-la-rue-contre-loffre-des-tenants-du-pouvoir-09-03-2019
Traducción: Faustino Eguberri para viento sur