Un informe de MSF revela que el número de mujeres que reciben atención por este motivo ha aumentado exponencialmente, especialmente en la provincia de Kivu Norte
Kinsasa/Madrid, 17 de octubre de 2024.- La violencia sexual se ha convertido en una emergencia médica y humanitaria de primer orden en la República Democrática del Congo (RDC). A lo largo de 2023 y durante los primeros meses de 2024, el número de mujeres víctimas de violencia sexual en RDC se ha incrementado exponencialmente hasta alcanzar unos niveles alarmantes, como pone de manifiesto un nuevo informe de Médicos Sin Fronteras (MSF).
- Enlace al informe MSF sobre violencia sexual en RDC (en inglés)
- Fotografías informe sobre violencia sexual en RDC
- Imágenes de archivo de la escuela de mujeres para dar apoyo a mujeres víctimas de violencia sexual en Salamabila, este de RDC + transcripción al español
- Imágenes de archivo de las condiciones de vida en los campos de desplazados de Kivu Norte y Kivu sur
- Declaraciones en vídeo de María Simón, responsable adjunta de las operaciones de MSF en RDC
En concreto, los equipos de MSF, en colaboración con el Ministerio de Salud Pública de RDC, trataron en 2023 a 25.166 mujeres víctimas de violencia sexual en todo el país. Es decir: más de dos pacientes cada hora. Se trata de la cifra más elevada que ha registrado la organización en RDC y supone un incremento de casi el 152% respecto a otros años, cuando los equipos trataron a una media de 10.000 pacientes al año. El 2023 marca, por tanto, un aumento masivo de las víctimas de violencia sexual.
Aunque el dato de 2023 ya resulta preocupante, desde la organización advierten que la cifra de 2024 podría ser mucho mayor. Según revela el informe, titulado We are calling for help: Care for victims of sexual violence in the Democratic Republic of Congo y basado en los datos de los 17 proyectos que tiene MSF en cinco provincias congoleñas (Kivu Norte, Kivu Sur, Ituri, Maniema y Kasai Central), entre enero y mayo de este año MSF atendió a 17.363 víctimas y supervivientes únicamente en la provincia de Kivu Norte. El documento agrega que, solo en el mes de marzo, se atendieron a una media de 100 víctimas al día en Goma (capital de la provincia) y sus alrededores.
En Kivu Norte es precisamente donde se registra una mayor presencia de esta lacra, al aglutinar al 91% de las víctimas asistidas por MSF a lo largo de 2023. Esto se debe en gran medida al clima de gran violencia presente en la zona desde 2021 fruto de los enfrentamientos entre el ejército congoleño, el grupo M23 y sus respectivos aliados, que han obligado a cientos de miles de civiles a huir.
Los datos recopilados por MSF evidencian que las principales víctimas de violencia sexual son, de hecho, las mujeres desplazadas que viven en campamentos de refugiados. En este sentido, la gran mayoría de las pacientes registradas el año pasado (17.829) fueron atendidas en los emplazamientos situados en los alrededores de Goma, capital de Kivu Norte, que llevan creciendo de forma progresiva desde que comenzó el conflicto.
MSF hace un llamamiento a todas las partes interesadas nacionales e internacionales para que tomen medidas urgentes para prevenir mejor esta lacra y mejorar la atención a las víctimas.
Ataques a punta de pistola
La presencia de hombres armados es una de las principales causas detrás de estas cifras alarmantes. «Según los testimonios de nuestros pacientes, dos tercios de ellos fueron atacados a punta de pistola«, afirma Christopher Mambula, responsable de los programas de MSF en la RDC.
Ahora bien, más allá de la afluencia de grupos armados, hay otros factores que contribuyen a alimentar la violencia sexual. Algunos de los más relevantes son la falta de respuesta humanitaria, las condiciones inhumanas de vida, la falta de alimentos y agua, la escasez de saneamiento y de refugios seguros para mujeres y niñas (1 de cada 10 víctimas atendidas por MSF en 2023 era menor de edad) y la ausencia de actividades generadoras de ingresos.
«Muchos ataques tuvieron lugar en los emplazamientos, pero también en los alrededores, cuando las mujeres y niñas salen a por leña, agua o a trabajar en el campo», cuenta Mambula, responsable de programas de MSF en RDC
Todos estos elementos agravan la situación de vulnerabilidad de mujeres y, ya que se ven obligadas a buscar alimento y otros recursos en lugares más alejados en los que hay mayor presencia de hombres armados y, por tanto, un riesgo más elevado de ser víctimas de violencia sexual. «Muchos ataques tuvieron lugar en los propios emplazamientos, pero también en los alrededores, cuando las mujeres y las niñas salían a recoger leña, agua o a trabajar en el campo«, confirma Mambula.
Pero no solo eso. «Las condiciones de vida son muy difíciles aquí. A veces, los hombres se despiertan en mitad de la noche, cortan la lona con una navaja y rajan la de al lado para violar a las mujeres que viven solas«, cuenta Henriette, trabajador comunitario de MSF.
«Sobre el papel, parece que hay muchos programas para prevenir y responder a las necesidades. Pero sobre el terreno, nuestros equipos luchan cada día para derivar a las víctimas de violencia sexual», lamenta Christopher Mambula. «Los pocos programas que existen son siempre demasiado efímeros y carecen de recursos suficientes. Se necesita mucho más para proteger a las mujeres y cubrir las necesidades urgentes”, asevera el responsable de MSF en RDC.
A lo largo de todo el país, 55.500 mujeres víctimas de violencia sexual recibieron atención médica en el segundo trimestre de 2024, según los datos del Área de Responsabilidad de Violencia de Género (ARVG) de RDC, un departamento que recopila datos de varias organizaciones humanitarias que ofrecen servicios de atención a la violencia de género en 12 provincias.
Llamamiento a la acción
A partir de las necesidades expresadas por las víctimas, y apoyándose en el trabajo realizado en el país a lo largo de los últimos años, el informe de MSF enumera una serie de acciones urgentes que deben llevar a cabo las partes en conflicto, las autoridades congoleñas —nacionales, regionales y locales—, así como los donantes internacionales y el sector humanitario.
En primer lugar, MSF solicita a todas las partes en conflicto que garanticen el respeto del derecho internacional humanitario. En particular, pide la prohibición absoluta de los actos de violencia sexual, así como la protección a los civiles atrapados en los combates debe ser una prioridad. Este llamamiento se dirige también a quienes participan en programas humanitarios.
MSF hace un llamamiento a todas las partes interesadas nacionales e internacionales para que tomen medidas urgentes para prevenir mejor esta lacra y mejorar la atención a las víctimas
En segundo lugar, MSF pide que se mejoren las condiciones de vida en los emplazamientos para desplazados internos. En concreto, debe mejorarse el acceso a las necesidades básicas —alimentos, agua y actividades generadoras de ingresos—, así como a unos servicios de saneamiento y alojamiento seguros y bien iluminados. Estas inversiones también deben ir acompañadas, además, de mayores esfuerzos de concienciación sobre la violencia sexual.
Por último, MSF reclama inversiones específicas para mejorar la atención médica, social, legal y psicológica a las víctimas de violencia sexual. Esto requiere financiación a largo plazo para mejorar la formación médica, garantizar el suministro de kits para la atención de casos de violencia sexual en los centros de atención, facilitar un apoyo legal y prever de refugios a las pacientes.
También se necesita financiación para actividades de sensibilización que eviten la estigmatización o marginación de las víctimas, que a veces les impide buscar ayuda. Asimismo, y dado el elevado número de solicitudes de aborto por parte de las víctimas, MSF también reclama la adaptación del marco legal nacional para garantizar el acceso a una atención médica integral del aborto.
Silvia Fernández. Press Officer, MSF España. [email protected]. +34 933046283. +34 620448364. www.msf.es. @MSF_Prensa