Nawaat, el blog colectivo tunecino independiente que tuvo un papel crucial en la revolución tunecina, está de enhorabuena. No sólo porque recoge este año algunos de los premios más importantes a la defensa de la libertad de expresión sino porque esta semana ha ganado también el e-Content Award (premio al mejor contenido digital en árabe) […]
Nawaat, el blog colectivo tunecino independiente que tuvo un papel crucial en la revolución tunecina, está de enhorabuena. No sólo porque recoge este año algunos de los premios más importantes a la defensa de la libertad de expresión sino porque esta semana ha ganado también el e-Content Award (premio al mejor contenido digital en árabe) que se entrega en Bahrein. Y lo ha rechazado. Una lección de coherencia y solidaridad ciudadana frente a uno de los Estados que más reprime la libertad de expresión.
La Autoridad e-Government y la Sociedad de la Información de Bahrein organizan estos premios cada año desde 2003, con la colaboración de Naciones Unidas, para promover la creatividad y la innovación. Nawaat ha ganado en la categoría de Inclusión y Participación:
En esta categoría se premia a los proyectos que apoyan la integración tecnológica de los países menos desarrollados, la reducción de la brecha digital y tecnológica entre comunidades empoderadas y excluídas (como zonas rurales y mujeres).
Esta es la carta recibida por Nawaat y compartida por uno de sus fundadores Sami Ben Gharbia.
Carta en la que la Autoridad eGoverement de Bahrein comunica el premio a Nawaat
Y esta es la respuesta de Ben Gharbia, en nombre del proyecto:
Nawaat rechaza asistir a la inauguración de Bahrain IT Expo 2011 para recibir el premio de mano del Shaikh Mohammed Bin Mubarak Al Khalifa, Primer Ministro y Director del Comité Supremo para las Tecnologías de la Información y la Comunicación. (…) Rechazamos este premio en señal de protesta contra las prácticas de filtrado de Bahrein, el arresto de cientos de blogueros y activistas por los derechos humanos y el cierre arbitrario de cientos de págians y blogs críticos con el gobierno y su familia.
Bahrein destaca hace años por su política de discriminación y represión de la mayoría chií (hablamos de las detenciones de activistas y de la campaña por el bloguero Ali Abdulemam aquí). En el contexto de la Primavera Árabe, como se ha bautizado a las movilizaciones en los distintos países de Oriente Medio y Norte de África, sorprende que desde Bahrein no viesen venir el No. Aunque no son las autoridades del país quienes deciden los premios, sino un jurado compuesto por miembros de la comisión eGovernment y distintos miembros de la Sociedad de la Información, la respuesta supone un rechazo al patrocinio que ofrece el régimen al evento y a la figura que entrega los premios, el anterior Primer Ministro Mohammed Bin Mubarak Al Khalifa. Astrubal, co-fundador de Nawaat, agradecía el premio a la World Summit Award pero lamentaba el lugar y patrocinio de la celebración.
Me gustaría agradecer de nuevo al Jurado de la WSA que hayan querido honrar a Nawaat, pero lamento profundamente que la ceremonia de entrega de premios se celebre en un país que no respeta las libertades inherentes al «eContent».
Aunque abundan las diferencias económicas y sociales en el contexto de cada país, el descontento ciudadano en la región tiene muchos rasgos y raíces comunes, y entre todos destacan los regímenes autoritarios que desde hace años, o décadas, oprimen a la población. Bahrein ha premiado uno de los proyectos que más ha hecho para empoderar a los ciudadanos y visibilizar los abusos y el descontento social y político en el Norte de África.
Esta solidaridad de los tunecinos con los bahreiníes es una muestra de las redes que se han ido tejiendo desde hace años entre ciudadanos de distintos países de la región a través de proyectos como Global Voices Online, con cientos de blogueros que intercambian información y experiencias, difunden contenidos, traducen y trabajan unos sobre textos de otros y organizan campañas comunes, construyendo una fuerte comunidad global que no deja de crecer. Unas redes ciudadanas que han tenido mucho que ver con las movilizaciones de los últimos meses y que plantean una alternativa a los discursos e intereses cambiantes de los gobiernos.