Brahim Noumria tenía diez años cuando el ejército marroquí invadió el Sáhara Occidental. Las atrocidades de aquella época y las que han seguido ocurriendo a lo largo de 33 años de ocupación son la historia de su propia vida. La viveza con la que narra la barbarie sufrida por su pueblo no esconde ni por […]
Brahim Noumria tenía diez años cuando el ejército marroquí invadió el Sáhara Occidental. Las atrocidades de aquella época y las que han seguido ocurriendo a lo largo de 33 años de ocupación son la historia de su propia vida. La viveza con la que narra la barbarie sufrida por su pueblo no esconde ni por un momento la profunda convicción en la victoria y la justicia con la que los saharauis afrontan su futuro.
El testimonio de Noumria en esta entrevista, de la que hoy publicamos una primera parte, da voz a los miles de muertos, a los desaparecidos, a los torturados, pero sobre todo a los que no desfallecen y tienen claro que rendirse es lo único que no van a hacer nunca.
Si tuviéramos que hacer una radiografía de la vida cotidiana de los saharauis en los territorios del Sáhara Occ. ¿qué imagen se vería? ¿cómo son los días en cualquiera de las ciudades ocupadas?
En primer lugar, quiero agradecer a todos aquellos que dan una oportunidad, aunque sea mínima, para romper el embargo mediático al que nos somete Marruecos desde los finales del año 1975. Y deberían de saber todos, incluidos ustedes en Rebelión, que con estas ventanas abiertas al futuro estamos, entre todos, salvando un pueblo, una cultura y sobre todo una causa justa.
La imagen ha sido distinta a lo largo de los años de ocupación. Al principio, en Noviembre de 1975 cuando aún el ejército español dominaba en las ciudades de su ya ex colonia, los soldados de Marruecos atacaban a los ciudadanos indefensos, destruía pueblos (y cito sólo algunos Hagunia, Tefarite, Dchera, Amgala, Bir Anzaran, Laguera, El Argoub, Hauza, etc.), mataba los ganados y envenenaba los pozos de agua.
Al tiempo que todo el desierto del Sahara Occidental se convertía en un infierno por los bombardeos de la aviación marroquí, el ejercito español rodeaba con alambrada las calles de los barrios habitados por saharauis e imponía en ellos el toque de queda a partir de las seis de la tarde.
Yo entonces tenía diez años y estas imágenes quedaron grabadas en mi mente desde entonces; aún hoy están ahí.
Entre 1976 y 1991 las cosas empeoraron. Se cuentan por miles los hombres y mujeres, de todas las edades, que fueron detenidos y desaparecidos, confinados en las mazmorras que se repartían en distintas ciudades tanto de Marruecos como del Sahara Occidental. Aquí podemos hablar del cuartel Militar de Bir Anzaran, el cuartel del Bir en la playa de El Aaiun, el cuartel del grupo de intervención rápida de Dahla, el cuartel de la Legion en El Aaiun, el cuartel militar en Smara, el cuartel militar de Lahchaycha en El Aaiun, el cuartel militar de Ifni, o los cuarteles militares de la aviación de ciudades como Marrakech, Agdaz, Galaat Magouna, Skoura, Darb Moulay Ali Cherif. En este listado faltan las prisiones de Kunaytira y, especialmente terrible, la de Lamsayed en la cual fueron enterrados vivos decenas de saharauis en una fosa común.
En resumen, la imagen en aquellos años es la del genocidio perpetrado por Marruecos contra el pueblo saharaui en todos los sentidos.
La situación económica de los saharauis era extremadamente dura. Marruecos marginaba toda la población saharaui para obligarles a formar parte del ejercito marroquí y, para conseguir este objetivo, convirtió las ciudades en auténticos campos de concentración. Las autoridades marroquíes vaciaron todos los pueblos y juntaron a sus habitantes en las cuatro ciudades mayores del Sahara Occidental (El Aaiun, Smara. Bujador y Dahla).
El paro afectaba al 95% de la población, por lo que la escala de la pobreza alcanzó una cifra muy elevada. Los funcionarios de toda la administración eran colonos provenientes de las ciudades marroquíes, y desempeñaban también el papel de policías para así controlar todos los movimientos de los saharauis.
La verdad es que resulta muy difícil describir lo que se vivió en esos años en el Sáhara Occidental, pero, para que los que lean esta entrevista puedan hacerse una idea, contaré como ejemplo lo que sucedió en la ciudad Smara, el 20 de julio de 1976.
Ese día las autoridades de Marruecos decidieron emprender una campaña contra el Polisario en esa ciudad. Entraron en las casas y detuvieron a centenares de mujeres y hombres, todos bajo la misma sospecha. Muchas de aquellas mujeres tenían hijos y tuvieron que dejarlos solos al ser arrastradas por los soldados marroquíes que se las llevaban presas. Sólo una consiguió llevarse al suyo; se llamaba Ghalia Ment Baba Uld Sidi Omar.
Los que tuvieron la suerte de no ser detenidos me contaron tiempo después que, pasadas unas horas, y dado que los militares habían roto todas las puertas de las casas, los niños a los que les habían arrebatado a sus madres, salieron como cachorritos a la calle a llorar de hambre.
También me contaron que el hijo de Ghalia empezó a llorar en el cuartel donde estaban y que su madre intentó darle de mamar, pero que no pudo porque un gendarme marroquí se lo quitó de los brazos y lo mató, golpeándolo contra el suelo y gritando: ¡ESTA MUJER ESTA DANDO DE COMER A UN FUTURO POLISARIO!
De formas parecidas fueron asesinados muchos niños y también muchos hombres y mujeres.
Sin embargo, ni los marroquíes ni sus aliados han podido matar nunca la voluntad del pueblo saharaui de existir con dignidad.
Después de 1991, tras el alto el fuego entre el Frente Polisario y Marruecos, y la llegada de la MINURSO, las desapariciones continuaron, pero en mucha menor proporción, si se comparan con la etapa del 1976 al 1991 en la que muchos saharauis llegaron a estar 16 años desaparecidos y aún hoy unos 526 siguen estándolo.
En esta última etapa, de 1991 hasta 2005, la población ha seguido aguantando la barbarie de Marruecos, convencidos de que el referéndum de autodeterminación podrá solucionar todo el horror causado por la invasión. Centenares de saharauis han sido condenados en estos años a penas de prision altísimas sólo por sus ideas políticas a favor de la independencia del Sahara Occidental.
La ultima etapa es la que comenzó en mayo de 2005, es la etapa de la llamada INTIFADA SAHARAUI. Desde ese año las calles han estado tomadas por todos los cuerpos de seguridad (gendarmería, fuerzas auxiliares, Grupos de Intervención Rápida (GIR), Grupos Urbanos de Seguridad (GUS) etc.), los colegios en los territorios ocupados y en el sur de Marruecos, donde la mayoría de los habitantes son saharauis, han sido convertidos en cuarteles para los cuerpos represivos policiales, concretamente para los de intervención rápida y las universidades marroquíes en las que estudian los saharauis son el blanco de constantes y brutales intervenciones.
Una muestra de tremenda violencia ejercida por los policías marroquíes está en el rostro de la estudiante Sultana Khaya, detenida en una de esas intervenciones universitarias y a la que, en un traslado desde la comisaría de Marrakech, la sometieron a torturas tan bárbaras que hicieron que perdiera un ojo.
Todas las manifestaciones pacificas en los territorios ocupados han sido reprimidas por los cuerpos de seguridad. El allanamiento de las casas de familias saharauis, la tortura y las violaciones son casi diarias, los juicios sumarios a los presos políticos, las humillaciones y las represalias contra los activistas de Derechos Humanos, y sobre todo contra los miembros del Comité de Defensa saharaui (CODESA) son casi una costumbre.
En los hospitales no se dan certificados médicos tras las palizas de la policía por miedo a las acusaciones posteriores e, incluso, las ambulancias han sido usadas para torturar a los manifestantes que piden pacíficamente la independencia.
Yo aconsejo visitar los territorios ocupados porque nunca lo que se dice es tan explícito como lo que uno puede ver por sí mismo.
¿Qué es lo que le lleva a usted a implicarse en la creación del Foro para la Verdad y la Justicia (Sección Sáhara) en agosto del año 2000? ¿qué se esperaba o qué se pretendía lograr con este foro y cuándo y por qué desaparece?
La creación del Foro por la Verdad y Justicia (Casablanca 1999) fue hecha por un grupo de militantes marroquíes, ex víctimas de las violaciones de DDHH cometidas por el régimen de Hassan II, con el objetivo de presionar al Gobierno de Marruecos para que mejoraran las condiciones de todas las víctimas de tales violaciones. Y es que el pueblo marroquí sufrió casi lo mismo que el pueblo saharaui, por lo que el enemigo de ambos es el régimen de Marruecos.
A partir de esa idea, los activistas saharauis pensamos en trasladar la experiencia a los territorios ocupados del Sahara Occidental, teniendo en cuenta, además, que los miembros fundadores del Foro en su mayoría eran militantes de la organización ILALAMAM (actualmente agrupados en el partido Vía Democrática), que defienden la autodeterminación e independencia del pueblo saharaui.
Fundamos el Foro por la Verdad y Justicia Seccion Sahara en El Aaiún, en el año 2000. Lo de Sección Sáhara (y no Sección Aaiún) hizo que Marruecos se tragara el cebo y nos diera la autorización para empezar a trabajar. Sin embargo, cuando se creó la sección Francia y se preparaba la puesta en marcha de la Sección Bélgica, se dieron cuenta de lo que significaba que existiera una sección Sáhara, esto es, que había en ese nombre un reconocimiento implícito de un territorio distinto a Marruecos.
En 2001, sólo un año más tarde de haber sido creado, los miembros de la Seccion Sahara pasaban de 800, mientras que en todo el Foro por la Verdad y Justicia, en sus 17 secciones marroquíes, eran 1700, es decir, que constituíamos más del 50 % de la organización.
Nuestras relaciones con las ONGs internacionales eran mejor que cualquier otra ONG en Marruecos. En nuestras convocatorias participaban centenares de saharauis y las campañas que lanzamos para liberar a presos políticos tuvieron tal efecto que Marruecos tuvo que ceder ante la presión internacional que conseguimos movilizar. mejores campañas para la liberación de los presos politicos saharauis en poco tiempo Marruecos tuvo que liberarles por la presion internacional. En definitiva, El Foro por la Verdad y Justicia Seccion Sahara es lo mejor que se ha hecho en los territorios ocupados desde el primer año de la invasión. Y sus militantes, que en su mayoria estan en el CODESA, merecen ser premiados por dicho trabajo.
Lo que se pretendía lograr, básicamente, era poner fin al terror que implanto Marruecos en las mentes de los saharauis a lo largo de los 25 años de la invasión, hacer ver a la gente que tenían derechos fundamentales reconocidos internacionalmente y violados por Marruecos, y que en el mundo actual ningún lugar es remoto ni está lejos, que todo puede saberse en cuestión de minutos en todo el planeta.
Pero, sobre todo, que existe un derecho fundamental, el de la autodeterminación, que también debíamos defender porque es el derecho fundamental de nuestra existencia colectiva. Ese Foro fue lo que nos permitió hacernos con un instrumento de lucha muy potente sin necesidad de llevar un arma de fuego.
Por esa razón, cuando Marruecos dio cuenta de esa potencialidad hizo todo lo posible para hacernos callar, pero no lo consiguió. Los responsables marroquíes en el Foro de Casablanca fueron sometidos a todo tipo de presiones (algunos de ellos fueron comprados o les ofrecieron puestos en el Consejo Consultivo Real de Derechos Humanos) y aun así no pudieron pararnos. Luego nos tocó a nosotros, nos trasladaron de ciudad o nos expulsaron de nuestros trabajos, sin conseguir que detuviéramos nuestra labor, así que Rabat optó por cerrar la oficina del FVJ Seccion Sahara.
Pese a todo no se puede decir que el FVJ Seccion Sahara haya desaparecido. Muy al contrario, sigue en la lucha pero con nombre distinto, Comité de Defensa saharaui (CODESA), que está integrado por los principales dirigentes del Foro VJ Sección Sáhara.
Ver también:
Entrevista al activista y defensor de DDHH, Brahim Noumria (II)