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¿Por qué apesta tanto el plan de rescate financiero?

¡Ni un centavo!

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

 El presente artículo apareció publicado el jueves 2 de octubre, un día antes de que el Congreso aprobara finalmente, en segunda votación, el plan de rescate financiero de Paulson. Aunque el artículo ha quedado superado por los acontecimientos, se considera que puede ofrecer interés la información en él contenida.

Nos hemos estado preguntando durante casi un año por qué los inversores y los bancos extranjeros que compraban cientos de miles de millones de dólares de títulos sin valor respaldados por hipotecas de los bancos estadounidenses de inversiones no emprendían acciones legales contra esos mismos bancos o iniciaban un boicot de los productos financieros estadounidenses para impedir que más gente acabara estafada.

Ya sabemos la respuesta. Era porque, entre bambalinas, Henry Paulson y compañía estaban pergeñando un acuerdo para descargar los mil billones de dólares del desastre sobre el contribuyente estadounidense. A eso va a dedicarse, en gran medida, el despilfarro de los 700.000 mil millones de dólares: a cancelar las deudas masivas que se generaron en el mayor incidente de fraude en la historia. El congresista Brad Sherman se lo explicaba el miércoles por la noche a Larry Kudlow:

«El proyecto proporciona a los inversores extranjeros cientos de miles de millones de dólares del plan de rescate financiero. Pero no facilita un control real del poder de Paulson. Hay una junta de evaluación pero no tiene poderes para intervenir y cambiar lo que él hace. Es un programa por 700.000 millones de dólares que ha elaborado un empleado temporal a tiempo parcial cuyo salario mensual no se limita a un millón de dólares… Está muy claro. El Banco de Shangai puede transferir todos sus activos tóxicos al Banco de Shangai de Los Ángeles, que a su vez puede entonces vendérselos al día siguiente al Tesoro. Quise poner una reserva que especificara que el Tesoro no podía realizar esa compra si no se trataba de una entidad de propiedad estadounidense, aunque fuera una filial, pero al menos una entidad situada en los EEUU. Pero se rechazó.

El proyecto está muy claro. Activos de China y Londres pueden venderse un lunes a entidades estadounidenses para ser vendidas al Tesoro el martes. Paulson ha dejado claro que recomendará que se vete cualquier proyecto que contenga una estipulación clara que diga que si los estadounidenses no tenían la propiedad del activo el 20 de septiembre no puede venderse al Tesoro. Cientos de miles de millones de dólares van a destinarse a rescatar inversores extranjeros. Lo saben bien, lo pidieron así y el proyecto se redactó con todo cuidado para asegurar que eso suceda».

Entonces, ¿por qué el Secretario del Tesoro no ha explicado al pueblo estadounidense el objetivo verdadero del plan de rescate? ¿Es posible que sepa que su proyecto de rescate financiero de 700.000 millones de dólares acabará como el Hindenburg, desapareciendo entre llamaradas?

Es un proyecto espantoso y confiere autoridad absoluta a uno de los actores principales del escándalo, Henry Paulson, que fue Presidente de Goldman Sachs en la época en que por todo el planeta se traficaba con toda esa basura de los títulos respaldados por hipotecas ofrecidos a inversores crédulos. Ahora Paulson está en posición de comprar cualquier «activo comprometido» que crea pueda suponer una amenaza para la «estabilidad financiera del mercado». Está claro que Paulson utilizará sus incontrolables poderes para hacer borrón y cuenta nueva y eliminar cualquier posibilidad de que los inversores extranjeros adopten acciones legales contra sus autores: los bancos de inversión del gigante Wall Street.

Por eso, ¿cómo le va a gustar al pueblo estadounidense pagar los futuros proyectos legales de Paulson y compañía? ¿Es así cómo van a gastarse los impuestos de los contribuyentes en lugar de en educación, sanidad e infraestructuras?

Hay otra razón por la que Paulson está trabajando duro para que se apruebe el proyecto de rescate financiero para magnates: representa una ganancia inesperada para los gigantes bancarios. Citi no recogió sencillamente a Wachovia por casualidad ni JP Morgan compró Washington Mutual porque quería cumplir con sus deberes cívicos e impedir el colapso de todo el sistema. Para nada; eran claramente conscientes de la dirección en que soplaba el viento. En realidad, ni siquiera pudo pasar la prueba de alcoholemia.

Aportación de Sara Lepro, de AP:

«El Citigroup acordó el lunes comprar las operaciones bancarias de Wachovia por 2.100 millones de dólares en un acuerdo arreglado por reguladores federales, convirtiendo al banco con sede en Charlotte en la victima más reciente de la expansiva crisis financiera global.

El acuerdo se amplía en gran medida a las franquicias minoristas de Citigroup -abarcando un total de más de 4.300 agencias en EEUU y 600.000 millones de dólares en depósitos- y se asegura un lugar entre los tres grandes bancos industriales de EEUU, junto con el Bank of America Corp. y el JP Morgan Chase & Co.

Pero eso tiene un precio: Citigroup Inc. dijo que iba a rebajar su dividendo trimestral de medio dólar a 16 céntimos. Eso reducirá también el número de accionistas existentes al vender 10.000 millones de dólares de acciones comunes a fin de apuntalar la posición de su capital. Además de asumir los 53.000 millones del valor de la deuda, Citigroup absorberá 42.000 millones de dólares de pérdidas de los 312.000 millones de dólares de la cartera de préstamos de Wachovia, con el acuerdo de la Federal Deposit Insurance Corp. (FDIC). Citigroup, para cubrir las pérdidas restantes, emitirá también 12.000 millones de dólares en acciones preferentes y garantías para la FDIC».

Y ahora, para rematar, el comentario de Lepro:

«El plan de rescate de las instituciones financieras propuesto por el gobierno por valor de 700.000 millones de dólares, que se votó el lunes en la Cámara de Representantes, beneficiará probablemente a Citi.

Aunque el plan trata de impedir, en términos generales, que los bancos se beneficien por la venta de activos problemáticos al gobierno, se hace una excepción con los activos adquiridos en una fusión o en la compra total de una entidad, o de compañías que han presentado bancarrota. Esto permitiría que Citigroup comprara hipotecas tóxicas y otros activos conseguidos de Wachovia a un precio más alto del que el banco ha pagado ahora por ellos».

Entonces, ¿Citi no sólo consigue un ejército de depositantes (¡el capital más barato disponible!) sino que, al mismo tiempo, va a poder volcar su basura de títulos respaldados por hipotecas en el contribuyente? Y, ¿adivinan qué? El acuerdo con el JP Morgan es casi idéntico.

¿Es eso jugar con ventaja o no?

¿Quiere alguien apostar a que G-Sax también consigue un lugar privilegiado en el pesebre público para chupar miles de millones de dólares de los contribuyentes y así remendar todos juntos sus destrozados balances?

Y el resultado neto del timo del gangster Paulson: una consolidación mayor de la industria financiera y la completa aniquilación de los bancos regionales y locales. Eso es seguro. Los bancos familiares de todo el país van a tener que aprovechar las tapas duras de sus libros contables si este proyecto se aprueba. Apuesten por ello.

El país no tiene tiempo para esta cínica caza de carroñeros. El sistema marcha escorado de la peor forma y tenemos UNA oportunidad de conseguir un proyecto que sea adecuado frente a la actual emergencia.

Según Bloomberg News, 29 de septiembre:

«La Reserva Federal bombeará 630.000 millones de dólares más al sistema financiero global, inundando de efectivo a los bancos para aliviar la peor crisis bancaria desde la Gran Depresión. La Reserva Federal aumentará sus intercambios de moneda con los bancos centrales extranjeros por una cifra de entre 330.000 millones a 620.000 millones de dólares para que en todo el mundo se disponga de más dólares. La Term Auction Facility, el programa de préstamos de emergencia de la Reserva, se ampliará de 300.000 millones a 450.000 millones. El Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón están entre las autoridades participantes.

La crisis está infectando toda la economía global, haciendo que las acciones caigan y forzando a los gobiernos europeos a rescatar a cuatro bancos en los últimos dos días».

¿Lo entienden? La Reserva Federal ha hecho caso omiso del «No» del voto del Congreso [del lunes 29 septiembre], bombeando dinero al sistema; y miren lo que ocurrió.

¡Nada!

El Libor está aún en niveles históricos, el Ted se ha ampliado a niveles de record y los préstamos interbancarios están en un punto muerto. Hay una gran demanda en los mercados monetarios que está reduciendo la capacidad de las empresas para satisfacer las deudas a corto plazo. Chicos, el sistema se está paralizando y los planes del estafador Paulson no van a servir de ayuda alguna. 400 acreditados economistas -no los halcones de la industria «de base religiosa» que trabajan para la administración Bush- se oponen a ese plan de rescate.

Este es un desastre «en tiempo real» que requiere soluciones reales. Como señala Nouriel Roubini, el presidente de Roubini Global Economics, estamos al borde de la «madre de todos los pánicos bancarios», ante un feroz asalto internacional a las reservas que va a hacer quebrar todo el sistema financiero. Aquí tenemos la opinión de Roubini mientras esperamos que caiga la siguiente espada de Damocles:

«El próximo peldaño de ese pánico podría convertirse en la madre de todos los pánicos bancarios, i.e. pánico alrededor de los mil billones de dólares más de los pasivos interbancarios internacionales a corto plazo del sistema bancario y financiero estadounidense, en cuanto los bancos extranjeros empiecen a preocuparse por la seguridad de la exposición de sus activos líquidos en las instituciones financieras estadounidenses; un silencioso pánico bancario internacional ha empezado ya porque los bancos extranjeros están preocupados por la solvencia de los bancos estadounidenses y están empezando a reducir su exposición. Y si este pánico se acelera -como puede ocurrir ahora- puede producirse un colapso total del sistema financiero estadounidense. Estamos ahora así en una situación de pánico generalizado, corriéndose el riesgo de un colapso sistémico de todo el sistema financiero. Y las autoridades estadounidenses y de política exterior parecen no tener ni idea de lo que debe hacerse de inmediato. Quizá deberían empezar hoy con una reducción coordinada de 100 puntos básicos en las tasas de interés de referencia en todas las economías importantes del mundo para mostrar que están empezando a reconocer seriamente y a abordar esta crisis financiera que enfrenta un riesgo de deterioro veloz». (Nouriel Robuini’s EconoMonitor)

Ni un solo centavo debería ir a parar al más reciente timo de Wall Street. ¡No al plan de rescate financiero!

 Mike Whitney vive en el estado de Washington. Puede contactarse con él en:

[email protected]

Enlace con texto original:

http://www.counterpunch.org/whitney10022008.html