El país se une a Mali, Burkina Faso y Guinea en la rebelión contra el dominio occidental en el Sahel africano.
A las 3 de la madrugada del 26 de julio de 2023 la guardia presidencial de Níger detuvo al presidente Mohamed Bazoum en Niamey, la capital del país. Las tropas, dirigidas por el general de brigada Abdourahmane Tchiani, cerraron las fronteras del país y declararon el toque de queda. El golpe fue condenado inmediatamente por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, la Unión Africana y la Unión Europea. Tanto Francia como Estados Unidos, que tienen bases militares en Níger, dijeron que seguían de cerca la situación. Un enfrentamiento entre el ejército, que se había posicionado a favor de Bazoum, y la guardia presidencial amenazó la capital, pero pronto se resolvió. El 27 de julio, el general del ejército Abdou Sidikou Issa emitió un comunicado en el que afirmaba aceptar la situación para “evitar un enfrentamiento mortal entre las diferentes fuerzas que […] podría provocar un baño de sangre”. El 28 de julio, el general de brigada Tchiani se presentó en televisión para anunciar que era el nuevo presidente del Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (Conseil National pour la Sauvegarde de la Patrie o CNSP).
El levantamiento de Níger se produce tras otros similares en Mali (agosto de 2020 y mayo de 2021), Burkina Faso (enero de 2022 y septiembre de 2022) y Guinea (septiembre de 2021). Cada uno de estos golpes fue liderado por militares enfadados por la presencia de tropas francesas y estadounidenses y las continuas crisis económicas infligidas a sus países. Esta región de África -el Sahel- se ha enfrentado a una cascada de crisis: la desecación de la tierra como consecuencia de la catástrofe climática, el aumento de la militancia islamista debido a la guerra de la OTAN en Libia en 2011, el auge de las redes de contrabando para traficar con armas, personas y drogas a través del desierto, la apropiación de los recursos naturales -incluidos el uranio y el oro- por parte de empresas occidentales que simplemente no han pagado lo suficiente por estas riquezas, y el atrincheramiento de las fuerzas militares occidentales mediante la construcción de bases y las acciones impunes de sus ejércitos.
Dos días después del levantamiento, el Consejo Nacional de Salvaguarda de la Patria (CNSP) anunció los nombres de los diez oficiales que lo dirigirán. Proceden de todas las fuerzas armadas, desde el Ejército (general Mohamed Toumba) hasta el Ejército del Aire (coronel mayor Amadou Abouramane), pasando por la Policía Nacional (general adjunto Assahaba Ebankawel). Ya está claro que uno de los miembros más influyentes del CNSP es el general Salifou Mody, antiguo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y líder del Consejo Supremo para la Restauración de la Democracia, que dirigió el golpe de Estado de febrero de 2010 contra el presidente Mamadou Tandja y que gobernó Níger hasta que el predecesor de Bazoum, Mahamadou Issoufou, ganó las elecciones presidenciales de 2011. Durante el mandato de Issoufou, el gobierno estadounidense construyó en Agadez la mayor base de aviones no tripulados del mundo y las fuerzas especiales francesas acuartelaron la ciudad de Irlit en nombre de la empresa minera de uranio Orano (antes parte de Areva).
Es importante señalar que el general Salifou Mody es considerado un miembro influyente del CNSP dado su ascendiente sobre el Ejército y sus contactos internacionales. El 28 de febrero de 2023, Mody se reunió con el jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el general Mark Milley, durante la Conferencia de Jefes de Defensa Africanos, celebrada en Roma, para hablar de “la estabilidad regional, incluida la cooperación antiterrorista y la lucha continua contra el extremismo violento en la región”. El 9 de marzo, Mody visitó Malí para reunirse con el coronel Assimi Goïta y el Jefe del Estado Mayor del Ejército maliense, general Oumar Diarra, con el fin de reforzar la cooperación militar entre Níger y Malí. Pocos días después, el 16 de marzo, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visitó Níger para reunirse con Bazoum. En lo que muchos en Níger percibieron como un alejamiento de Mody, éste fue nombrado el 1 de junio embajador de Níger en Emiratos Árabes Unidos. Se dice que Mody, en Niamey, es la voz que habla al oído del general de brigada Tchiani, jefe de Estado en funciones.
Corrupción y Occidente
Una fuente muy bien informada en Níger nos dice que la razón por la que los militares actuaron contra Bazoum es que “es un corrupto, un peón de Francia. Los nigerinos estaban hartos de él y de su banda. Están deteniendo a los miembros del sistema derrocado, que malversaron fondos públicos, muchos de los cuales se han refugiado en embajadas extranjeras”. La cuestión de la corrupción planea sobre Níger, un país con uno de los yacimientos de uranio más lucrativos del mundo. La “corrupción” de la que se habla en Níger no se refiere a pequeños sobornos a funcionarios del gobierno, sino a toda una estructura – desarrollada durante la dominación colonial francesa – que impide a Níger establecer la soberanía sobre sus materias primas y su desarrollo.
En el centro de la “corrupción” se encuentra la denominada empresa conjunta entre Níger y Francia llamada Société des mines de l’Aïr (Somaïr), que posee y explota el sector del uranio en el país. Sorprendentemente, el 85% de Somaïr pertenece a la Comisión Francesa de Energía Atómica y a otras dos empresas francesas, mientras que sólo el 15% pertenece al gobierno de Níger. Níger produce más del 5% del uranio mundial, pero su uranio es de muy alta calidad. La mitad de los ingresos de exportación de Níger proceden de las ventas de uranio, petróleo y oro. Una de cada tres bombillas en Francia funciona con uranio de Níger, mientras que el 42% de la población del país africano vive por debajo del umbral de pobreza. Los nigerinos llevan décadas viendo cómo su riqueza se les escapa de las manos. Como muestra de la debilidad del gobierno, en la última década Níger ha perdido más de 906 millones de dólares en sólo 10 casos de arbitraje presentados por empresas multinacionales ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones y la Cámara de Comercio Internacional.
Francia dejó de utilizar el franco en 2002, cuando pasó al sistema del euro. Sin embargo, catorce antiguas colonias francesas han seguido utilizando la Communauté Financiére Africaine (CFA) como moneda, lo que proporciona a Francia inmensas ventajas (el 50% de las reservas de estos países deben mantenerse en el Tesoro francés y las devaluaciones francesas de la CFA -como en 1994- tienen efectos catastróficos para los países que la utilizan). En 2015, el presidente de Chad, Idriss Déby Itno, afirmó que el CFA “tira de las economías africanas hacia abajo” y que “ha llegado el momento de romper la cuerda que impide el desarrollo de África”. Actualmente se habla en todo el Sahel no solo de retirar las tropas francesas -como ha ocurrido en Burkina Faso y Mali-, sino también de romper el control económico de Francia sobre la región.
El nuevo no alineamiento
En la Cumbre Rusia-África 2023, celebrada en julio, el presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, lució una boina roja que recordaba al uniforme del asesinado líder socialista de su país, Thomas Sankara. Traoré reaccionó con dureza a la condena de los golpes militares en el Sahel, y también a la reciente visita de una delegación de la Unión Africana a su país. “Un esclavo que no se rebela no merece piedad”, afirmó. “La Unión Africana debe dejar de condenar a los africanos que deciden luchar contra sus propios regímenes títeres de Occidente”.
En febrero Burkina Faso acogió una reunión en la que participaron los gobiernos de Malí y Guinea. En el orden del día figura la creación de una nueva federación de estos Estados. Es probable que se invite a Níger a estas conversaciones.
Artículo original Brasil de Fato.