Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El martes, en una poco frecuente sesión conjunta del Congreso dedicada a un dirigente extranjero, los miembros aplaudieron a rabiar al primer ministro Binyamin Netanyahu de Israel, una nación sobre la cual muchos miembros del Congreso no se atreven a expresar ni la verdad más simple.
El resultado final del «combate» de lucha libre profesional entre Obama y Netanyahu de los últimos días es que ambos quieren que el conflicto israelí-palestino se decida por medio de «negociaciones entre las partes». Estas «negociaciones» serían entre un Goliat israelí con armas nucleares y los palestinos casi desarmados. Es como «negociaciones» entre la familia Corleone y un director de orquesta, excepto que se espera que ni nos demos cuenta de que la familia Corleone llega a la mesa con inmensas pistolas en la mano.
En la AIPAC Obama habló del «temor existencial de los israelíes cuando un dictador moderno quiere armas nucleares y amenaza con borrar a Israel del mapa, de la faz de la Tierra». Habló de «nuestro compromiso con la seguridad compartida y nuestra determinación para impedir que Irán adquiera armas nucleares». Obama dijo, mientras los asistentes en el grupo pro Israel aplaudían: «Quisiera ser absolutamente claro, seguimos con el compromiso de impedir que Irán adquiera armas nucleares… Su programa nuclear ilícito sólo es un desafío planteado por Irán.» Obviamente, Netanyahu es aún más vociferante en sus acusaciones sobre el supuesto programa de armas nucleares de Irán.
Pero en su primera conferencia de prensa en la Casa Blanca en febrero de 2009, Helen Thomas preguntó a Obama si sabía de algún país en Medio Oriente que tenga armas nucleares. Obama respondió que no quiere «especular».
Simplemente no es una posición creíble.
Obama acusa a Irán de tener un «programa nuclear ilícito» (lo que parece exagerar las conclusiones del Cálculo Nacional de Inteligencia) mientras se niega a reconocer el arsenal de armas nucleares de Israel. Mordechai Vanunu sacó a la luz definitivamente el programa de armas nucleares de Israel en 1986 y por hacerlo lo arrojaron a la prisión durante 18 años, en su mayor parte en confinamiento solitario. La Federación de Científicos Estadounidenses calcula que Israel tiene entre 70 y 400 armas nucleares. Esas armas plantean una amenaza real -no potencial o imaginaria- para millones y millones de personas dentro y fuera de la región. Lo mismo que las armas nucleares de los demás países, pero las de éstos al menos están reconocidas.
Los gobiernos de EE.UU. e Israel han mantenido una posición de «ambigüedad nuclear deliberada» desde que Richard Nixon y Golda Meir hicieron un trato sobre el asunto y detuvieron las inspecciones nucleares en Israel en 1970.
La posición del gobierno de EE.UU. es particularmente absurda en vista de que el principal pretexto para invadir Iraq fueron las falsas afirmaciones de que ese país poseía armas de destrucción masiva.
Como parte de WashingtonStakeout, donde hago preguntas difíciles a políticos cuando salen de los programas de conversación del domingo por la mañana, he interrogado a numerosos políticos sobre el arsenal nuclear de Israel. Aunque han variado en algo en sus respuestas, ninguna ha sido verdaderamente directa.
John Negroponte, cuando era Director de Inteligencia Nacional, se negó directamente a discutir el tema cuando le pregunté al respecto: «No quiero entrar en una discusión sobre el potencial nuclear de Israel». Mientras todavía ocupaban sus cargos, Cheney y Rice no se detenían en absoluto para preguntas de stakeout.
El senador John Cornyn (republicano de Texas) me dijo que «no hay comparación entre Israel e Irán y los que hagan una comparación ignoran el hecho de que Israel es nuestro aliado», definiendo virtualmente lo que es hipocresía. De la misma manera, pregunté a John Edwards «¿no tiene armas nucleares Israel?» y respondió expresando su preocupación de que «Irán tenga un arma nuclear» y la proliferación que supuestamente causaría: «es fuerte la probabilidad de que si Irán se decide por la opción nuclear, los saudíes harán lo mismos, los egipcios también, y también los jordanos», todo sin reconocer que Israel tiene armas nucleares.
Lo que provoca una pregunta central: Si Irán se decide por armas nucleares, ¿por qué lo haría? Una posible respuesta es que es porque Israel tiene armas nucleares. Contrariamente a la sabiduría convencional, parece que fue el caso de Iraq. Imad Khadduri, que trabajó en el programa de armas nucleares de Iraq desde 1981 -después de que Israel bombardeó un reactor nuclear iraquí- me dijo que el ataque israelí realmente los llevó a él y a otros a trabajar en un programa de armas: «Trabajé en el programa nuclear anterior a 1981 y estaba seguro de que no se utilizaría con fines militares. Pero después del bombardeo de 1981 estábamos tan furiosos que estuvimos dispuestos a trabajar en un programa militar.» (Antes de la invasión de Iraq en 2003, Khadduri argumentó que, contrariamente a las afirmaciones del gobierno de Bush, el programa iraquí de armas nucleares se había desmantelado.)
Otro motivo por el que los regímenes pueden obtener armas de destrucción masiva es la autodefensa. Ciertamente es una lección que hay que aprender si miramos a Iraq y Libia en los últimos diez años: Los dos desarmados y ambos atacados. Viendo bajo esa luz la política de EE.UU., parecería bastante suicida que el gobierno iraní no desarrolle armas nucleares. Por cierto, no sabemos que lo esté haciendo, pero en todo caso, la política militarizada de EE.UU. parece estar impulsándole en esa dirección.
El representante Mike Pence (republicano de Indiana), vicepresidente del Subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara sobre Medio Oriente y el Sur de Asia, hizo una pausa cuando le pregunté si sabía que Israel tenía armas nucleares, luego dijo «Sé que Israel es nuestro aliado más preciado…» Seguí preguntando: «¿Piensa que aumenta o disminuye la credibilidad de EE.UU. en el mundo si los funcionarios del gobierno de EE.UU. ni siquiera pueden reconocer que Israel tiene un arsenal nuclear masivo?» Pence mantuvo su línea: «El pueblo de EE.UU. apoya a Israel. Llamo a Israel nuestro aliado más preciado…» Fue totalmente incapaz de involucrarse en el tema.
De un modo algo similar, el ex embajador Martin Indyk respondió: «¿Qué tiene que ver con eso, señor?»
Newt Gingrich, cuando le pregunté si sabía que Israel tiene armas nucleares, dijo primero «evidentemente», pero luego dio marcha atrás, y dijo que era una «presunción» ya que el programa israelí de armas nucleares podría ser una «aldea de Potemkin». Un amigo respondió que tal vez Gingrich se inclinaría a cuestionar la realidad de las llegadas a la Luna. Carl Levin (demócrata de Michigan), era presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara. Dijo, de la misma manera, que «pensaba» que Israel tiene armas nucleares, pero que no lo «sabía», porque «no soy el gobierno».
Interrogué a Russ Finegold en 2010, poco después de que perdiera su escaño, y dijo inicialmente «No tengo libertad para comentar al respecto». Le pregunté: «¿Por qué no puede decir que Israel es una potencia nuclear, senador?» Finegold respondió: «Básicamente pienso que lo es, pero no soy alguien que esté informado sobre todos los detalles». Pero Finegold estaba en el Comité Selecto de Inteligencia y en el Comité de Relaciones Exteriores. En todo caso, la información necesaria sobre las armas nucleares de Israel es pública.
Este año pregunté a Kerry: «¿Sabe que Israel tiene un programa de armas nucleares?» Kerry: «Claro. Todos, es de conocimiento general y comúnmente sobreentendido». Pregunta: «¿Por qué no lo reconoce el gobierno?» Kerry: «No sé cuál es la política del gobierno al respecto». Fue bueno obtener un «claro», pero es bastante interesante que Kerry diga que no sabe cuál es la política del gobierno considerando que es presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado.
El ex gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, y candidato a presidente: «Es una determinación de Israel… Si ha sido establecido como un hecho, habla por sí mismo.»
Thomas Pickering, ex embajador de EE.UU. en la ONU: «Es una decisión que corresponde a Israel».
En abril de 2007 pregunté al ex presidente Jimmy Carter en el Club Nacional de la Prensa por qué ningún gobierno está dispuesto a reconocer las armas nucleares de Israel. Respondió: «Cuando yo era presidente, no comenté sobre el arsenal nuclear de Israel. Pero es de conocimiento común en todo el mundo diplomático y científico que Israel tiene un arsenal sustancial… Es [el poder nuclear de Israel] bien conocido en todo caso por todo diplomático o científico involucrado en asuntos nucleares, no hace que incumba o sea importante que el presidente de EE.UU. anuncie que otra nación tenga arsenal nuclear… No pienso que sea cosa del gobierno, del presidente o de funcionarios de EE.UU. anunciar que otro país ciertamente tenga o no tenga un arsenal nuclear si ellos mismos no lo reconocen. No pienso que sea útil hacerlo, pero… tampoco es dañino porque todo el mundo lo sabe.» (The Press Trust of India, 5 de abril de 2007)
Finalmente, en 2008, Carter reconoció de un modo más directo la verdad evidente: «EE.UU. tiene más de 12.000 armas nucleares; la Unión Soviética [sic] tiene aproximadamente la misma cantidad; Gran Bretaña y Francia tienen varios cientos, e Israel tiene 150 o más». Tal vez, cuando haya pasado varios años fuera de su puesto, Obama dirá la verdad sobre cosas como las armas nucleares de Israel.
En 2006, en lo que se describió como «deslices», el primer ministro Ehud Olmert y el entonces secretario de Defensa entrante, Robert Gates, se refirieron al arsenal nuclear de Israel.
De un modo similar a acciones previas a que se trate seriamente el tema palestino en las Naciones Unidas en septiembre de este año (una iniciativa condenada por Obama), en 2009, EE.UU., Canadá y otras naciones occidentales atacaron y trataron de bloquear una votación en el Organismo Internacional de Energía Atómica que llamaba a Israel a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear. Después de haberlo intentado durante 18 años, al final se aprobó la medida.
En su publicitado discurso de 2009 en El Cairo, Obama subrayó que la verdad es necesaria. Hace tiempo que es hora de dejar de jugar y de bajarse de las nubes sobre Medio Oriente y tener una discusión basada en los hechos. Un buen sitio para comenzar sería el reconocimiento del elefante amenazador presente que es el arsenal de armas nucleares de Israel.
Sam Husseini es fundador de WashingtonStakeout.com.
Fuente: http://www.counterpunch.org/
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