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No respetan ni a los inmigrantes más jóvenes

Fuentes: Rebelión

Si el conservadurismo cree que los actos inmorales que comete constantemente en contra de un sector de la juventud estadounidense le benefician, se equivoca porque esto solo crea un resentimiento en estos jóvenes que no olvidarán el trato que están recibiendo por parte del poder político de este país. Esta generación de jóvenes (‘dreamers’, ‘dacas’, o como se les quiera llamar) ciertamente no olvidarán y, quizás, tampoco perdonarán el trato humillante e inhumano que han recibido por años.

Y es que el cinismo conservador tiende a ser un estorbo para las personas vulnerables, y a poner barreras para intentar impedirles avanzar. Con ello dañan la imagen de los Estados Unidos (EEUU), ya que frente a los ojos del mundo hacen ver a EE.UU. como un lugar donde impera la intolerancia, la xenofobia y el racismo.

Es mucha la hipocresía de parte de los políticos conservadores de este país. Esos políticos que hablan de “ley y orden” y, al mismo tiempo, violan la ley y el orden; esos políticos a los que les encanta hablar de principios cristianos y que practican el odio hacia sus semejantes; esos que constantemente hablan de la importancia del “respeto” y se la viven discriminando a otras personas; esos que no aceptan la realidad de que esta generación de jóvenes inmigrantes tienen más conexiones con EEUU que con cualquier otro país, ya que trabajan aquí, estudian aquí, tienen a sus familias aquí y no se irán a ninguna parte por más que se les aplique presión.

En vez de darles oportunidades, por ejemplo, entrenamiento para que se desarrollen y crezcan en las diversas áreas laborales, se les trata de arrebatar el derecho al empleo, el derecho a ser exitosos a base de trabajo y dedicación. En vez de tratarlos justamente y con respeto, se busca dañarles psicológicamente con discursos agresivos e irrespetuosos. 

Los inmigrantes jóvenes tienen mucho potencial para ser personas exitosas en sus vidas. Y lo que el poder político de este país está logrando con mantenerlos en el limbo es que se está formando un gran ejército de actuales y futuros activistas, defensores de los derechos humanos, y de combatientes en contra de todas las injusticias que se cometen desde los puestos de poder.

La incertidumbre en las vidas de estas personas, la inestabilidad, el no tener nada seguro y nada permanente, quizás haga que algunos opten por la opción de dejarlo todo e irse a otro lugar, donde no tengan que cargar con ese estigma del mal llamado «ilegal». Aunque lo cierto es que la mayoría no se rinden e incluso se ayudan a sí mismos estando organizados políticamente, luchando por sus derechos, soñando con que algún día las cosas van a cambiar para beneficio de todos. 

Y, hay que decirlo, por qué no, el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) solo benefició a una pequeñísima parte de la población inmigrante y nunca le aseguró a nadie un camino a la legalización. El DACA, creo yo, se queda muy corto, por lo que es una clara prueba de que se requiere de una reforma migratoria que beneficie a los jóvenes, y más allá de los jóvenes.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.