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¡No te olvides del Sahara Occidental!

Fuentes: Rebelión

Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad. Mahatma Gandhi Ya hace algunos años vengo siguiendo la situación del Sáhara Occidental, que tiene su pueblo y territorio dividido por el muro minado más grande del mundo (se estima que fueron enterradas en el desierto entre 7 y 10 millones […]

Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad.

Mahatma Gandhi

Ya hace algunos años vengo siguiendo la situación del Sáhara Occidental, que tiene su pueblo y territorio dividido por el muro minado más grande del mundo (se estima que fueron enterradas en el desierto entre 7 y 10 millones de diversas minas) con una extensión de 2.720 km. El muro de arena, conocido como The Berm fue construido por el gobierno de Marruecos que se apoderó de la región en 1975 durante la llamada Marcha Verde, que fue una ocupación militar camuflada que obligó a la población a exiliarse en el territorio argelino, donde vive desde entonces en condiciones climáticas completamente adversas y en una situación de enorme crisis humanitaria. Los campamentos de refugiados saharauis son conocidos por ser los únicos en los que la temperatura puede superar los 50 grados con vientos constantes.

Los territorios ocupados del Sáhara Occidental se transformaron en una prisión a cielo abierto bajo el control de Marruecos. Hasta el momento no ha habido ningún referéndum de autodeterminación que fue la base del acuerdo de cese el fuego de 1991 y contó con la intermediación de la ONU. Se estableció en este período la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), que tenía como objetivo elaborar un referéndum para la cuestión política del territorio, sin embargo, el cronograma irreal establecido acabó por no concretar el objetivo estipulado, que sería la elección de la población por la autodeterminación. Extrañamente la MINURSO es la única Misión de la ONU que no tiene ninguna acción en lo que se refiere a la violación de los derechos humanos.

En los campamentos, la población sigue en condiciones precarias, faltan alimentos, medicinas, lugares donde la ayuda humanitaria es decisiva para la supervivencia de una población que gira en torno a 300 mil saharauis. Sin embargo, ellos continúan resistiendo a la ocupación marroquí, teniendo las mujeres un papel de extrema importancia en la organización interna y externa al grupo, al estructurarse en frentes de resistencia y colaboración.

Movida por la historia de sufrimiento de este pueblo, pero sobre todo por su resistencia, organicé en 2015 una mesa discusión en la USP con la presencia del entonces Embajador del Sáhara Occidental en Brasil, Mohamed Zrug, de la presidenta del Consejo Mundial de la Paz, Socorro Gomes y la profesora Denise Dias Barros directora de la Casa de las Áfricas – Amanar con el fin de que pudiéramos construir un debate en la academia sobre la temática y así movilizar miradas interesadas por la causa. En la mesa el documental «¿Quién? – Entre muros y puentes» dirigido por Cacau Rhoden fue uno de los puntos para iniciar nuestras conversaciones y contribuir a una discusión crítica sobre el tema.

Desde entonces, lo que viene siendo realizado todavía tiene poca visibilidad en Brasil. En el caso de las redes sociales, sigo principalmente por Twitter a varios grupos de apoyo del exterior y escucho la historia de personas que han pasado por allá. Lo que se evidencia todavía es la falta de conocimiento de la causa tanto por académicos, como por profesionales de la prensa entre otros. Hay un silencio, un vacío, cuando se trata de este tema. Este artículo no consigue explicar este silencio, y no tiene esa pretensión, pero procura ser un canal de comunicación para que lectores diversos conozcan un poco de esta historia, pues los procesos decoloniales están cada vez más latentes y deben ser desmenuzados si realmente queremos un mundo diferente para las futuras generaciones.

Es importante destacar inicialmente para entender este contexto que el pueblo saharaui es descendiente de los Sanhajas, grupo nómada de berberes que se adaptó al clima desértico de la región hacia el siglo V D.C. Este pueblo es heredero de las tribus beduinas Beni Hasan, que emigraron a través del Sahara desde Yemen, hacia el siglo XIII, período probable de la incorporación de la religión islámica tanto de los pueblos bereberes, como de los Sanhajas, así como de la adopción de la lengua árabe. Sin embargo, las fronteras del Sáhara Occidental sólo se definieron en la Conferencia de Berlín a finales del siglo XIX, colocándolo como un protectorado español y así abriendo camino al proceso de colonización.

Este territorio situado al norte de África es considerado por la ONU como un non-self-governing territory , que es entendido como un territorio no autónomo, pendiente de descolonización. Incluso teniendo un gobierno proclamado el 27 de febrero de 1976, éste aún no tiene total autonomía sobre su territorio. El Sáhara Occidental fue colonia de España durante un siglo y actualmente es sometido al poder político, económico y militar de Marruecos.

¿Cuáles son los motivos de esta tardanza para el reconocimiento de su Estado? ¿Qué lleva a la represión actual? ¿Y la construcción de un muro inmenso y minado?

Las cuestiones son diversas y atraviesan el proceso de colonización de este territorio. La colonización española está presente en este territorio desde 1884, cuando este país nombra a un funcionario para supervisar el área. Era común, durante el proceso de colonización, que los países europeos ocuparan con sus funcionarios determinadas regiones, principalmente en África y América Latina. Sólo en 1970 se presentó el primer movimiento nacionalista, sin éxito, coordinado por jóvenes saharauis, que habían estudiado en universidades marroquíes. Es evidente que estos jóvenes en contacto con otros grupos se dieron cuenta de la realidad que vivían y del estigma que su grupo cargaba siendo otro grupo colonizado por un país europeo.

La intención era finalizar el dominio español, pero la lucha toma otra dimensión de enfrentamiento contra el colonialismo solamente cuando se constituyó el Frente Polisario en 1973. Dicho Frente era un movimiento político-revolucionario a favor de la autonomía del territorio del Sahara Occidental y por la autodeterminación del pueblo saharaui, mediante la institución de la República Árabe Sarahui Democrática (RASD).

Se sabe que para comprender la dimensión de los responsables de la actual situación del Sáhara Occidental no se puede centrar el análisis sólo en el proceso colonial promovido por el gobierno español, sino que hay que considerar el papel desempeñado actualmente por el gobierno de Marruecos que ha ejercido también un rol relevante ante entidades como la ONU y la Unión Africana, de la que la RASD es uno de los fundadores.

Si nos encontramos con las fotos del territorio saharaui tenemos la impresión de que se trata de un territorio pobre, desprovisto de recursos, una región desértica. Craso error. Se trata de un territorio con una gran riqueza natural que comienza por su costa marítima en el Atlántico, que favorece la actividad pesquera por ser el mayor banco pesquero del norte de África, además de ser poseedor de una de las mayores reservas de fosfatos en el mundo. El territorio, como es posible encontrar en algunas referencias, tiene reservas de petróleo y gas natural.

Podemos confirmar que una vez más lo que moviliza esta ocupación cruel es, sobre todo, el interés económico sobre el territorio. Las comunidades, a su vez, no tienen acceso a estas riquezas debido a la construcción de este inmenso muro. Muro este extremadamente militarizado, que moviliza a miles de militares con un costo de ¡un millón de dólares al día!

Las imágenes que nos llegan vía documentales, fotografías, o incluso reportajes publicados en redes sociales destacan la situación de familias y sus formas de combatir esta dominación. Hay muchos activistas presos -algunos condenados a prisión perpetua- torturados por las fuerzas de represión marroquíes. Es posible seguir de cerca informes, y noticias sobre la situación de esas persecuciones, prisiones, así como noticias diarias en páginas como: https://porunsaharalibre.org/es/; https://noteolvidesdelsaharaoccidental.org/, esta última mantenida por uno de los defensores de la causa, el español Carlos Cristóbal, que fue homenajeado por los saharauis en 2018.

Otra fuente de gran importancia para entender la causa de los saharauis y la lucha para poner fin a la última colonia de África, es el documental dirigido por los brasileños Rodrigo Duque Estrada y Renatho Costa, «Un hilo de esperanza – independencia o guerra en el Sahara Occidental», que puede ser visto a través del enlace: https://www.projetonomos.com/umfiodeesperanza.

El Frente Polisario acusado de militarizarse para combatir las violaciones de su pueblo no encontró otra forma de responder a los ataques sufridos cotidianamente, para reconocer su autonomía. La única forma de defender a su pueblo, en este momento, es buscar responder con la misma moneda, pero es perceptible que estamos hablando de fuerzas muy dispares. De todos modos, aunque no sea la violencia, por vía del enfrentamiento militarizado el mejor camino, -ciertamente nunca lo será-, queda la inquietud: ¿por qué no dar a este pueblo la libertad de ser quiénes son? ¿De ejercer su autonomía? ¿Por qué continuar con este aislamiento, dificultando la vida de esas comunidades?

La causa del Sáhara Occidental está en los registros de conflictos olvidados, pero no se equivoquen, hay mucha resistencia y lucha debajo de las arenas del desierto que parecen cubrir la realidad, pero al contrario, de la fuerza y paciencia este pueblo que aprendió que «[…] ¡con la adversidad está la facilidad!» (Corán 94: 6) y que no se trata de agarrar el desierto con la mano, sino comprender que éste es la extensión de su vida, de su cuerpo, de su familia y de sus antepasados. Se hace imperativo que organismos internacionales de derechos humanos, derecho internacional y otros puedan ver esta realidad más allá de las arenas del desierto, que les impiden advertir la importancia de un pueblo que clama por su identidad y su autonomía.

«Si quisiereis agarrar el desierto con la mano cerrada, la arena escurrirá entre vuestros dedos. Pero si dejáis vuestra mano abierta, entonces tendréis todo desierto en la palma de vuestra mano».

Proverbio beduino.

Francirosy Campos Barbosa. Antropóloga, Docente de planta del Departamento de Psicologia, FFCLRP/USP, coordinadora de GRACIAS (Grupo de Antropologia en Contextos Islamicos y Árabes). Autora del libro: Performances Islâmicas em São Paulo: entre arabescos, luas e tâmaras. São Paulo, Ediciones Terceira Via, 2017; directora del documental: Allah, Oxalá na trilha Malê (30 min, LISA/USP, 2015).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.