Recomiendo:
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[Crónicas sabatinas] ¡Apoyo mutuo, solidaridad, mucho ánimo, serenidad!

Notas, apuntes e interrogantes en tiempos del coronavirus (I)

Fuentes: Rebelión

Para Ricardo Zamorano (1924-2020), in memoriam (Mercedes Sosa, León Gieco: “Sólo le pido a Dios” https://www.youtube.com/watch?v=eyR8CP77imA&feature=youtu.be

Para Jose M.ª Calleja (1956-2020), in memoriam. Temprano ha vuelto a levantar la muerte el vuelo. “[…] Mientras, asistimos al terrible recuento de bajas en los centros de ancianos. Lugares que no están preparados, no solo para atender en condiciones a esos ancianos, tampoco para evitar la escabechina. El otro día, un paisano huyó del centro alegando que si se quedaba allí iba a la muerte segura. No sé cuántas cosas se llevará por delante este destrozo, pero nuestra alta esperanza de vida ya está quedando tocada” [21.04.2020].

Para Jean Paul Sartre (1905-1980), in memoriam, 40 años después

Para José Zeca Afonso (1929-1987): 25 de abril sempre, 25 da abril sempre! (https://www.youtube.com/watch?v=umatsLVKggw)

La situación afecta de forma especial y global a todas las mujeres. Este momento está poniendo de relieve la tremenda crisis de cuidados que vivimos. Somos nosotras las encargadas de la mayor parte de tareas que sostienen la vida (la casa, los cuidados de niños y mayores), la reproducción social recae sobre nosotras y estamos cansadas de decirlo. Fuimos muchas las mujeres que no podíamos dormir la noche que se decretó el estado de alarma. No por el temor al virus, no por el miedo. Sino porque no sabíamos dónde se iban a quedar nuestros hijos para poder ir nosotras a trabajar. Sólo hay que pararse a mirar quiénes se encargan de sostener lo esencial durante el estado de alarma; la sanidad, la limpieza, los hogares, las tiendas de alimentación, las tareas de cuidados. Somos mayoritarias en todos esos lugares donde los hombres no desean estar. Nosotras somos las imprescindibles y curiosamente siempre las olvidadas, las silenciadas. Sobre nosotras recae el peso fundamental de esta crisis y son nuestros cuerpos los que quedarán especialmente malheridos y llorarán coronavirus a mares. Pongamos de una vez la vida en el centro, el mundo lo está pidiendo a gritos.

Carmen Cañada (2020)

También aquí en Catalunya se tendrá que confrontar el virus de la atribución de la responsabilidad a otros. En la gestión de esta primera fase de la crisis hubo errores, retrasos, incertidumbres, equivocaciones de planteamientos, seguramente en todos los niveles institucionales, y algunos han sido criticados en formas asumibles en una situación de tamaña dificultad. Hubo solo dos actores que han jugado a rentabilizar políticamente: la derecha y la ultraderecha estatal, y también la parte más identitaria del nacionalismo catalán, que ostenta responsabilidades importantes en el gobierno de la Generalitat y que ha hilado un ruidoso relato de perfección de su actuación, del todo fantasioso. Fantasioso porque siempre la perfección atañía a competencias de las que no se dispone, mientras que errores graves hubo en los campos en que sí se disponía de competencias. Con una agravante decisiva: algunos -en las redes de manera preocupante, pero amparados por guiños de representantes institucionales-, quisieron conjugar el relato en términos nacionales. Esto es: atribuir errores al otro no porque sea contrincante político, sino simplemente porque no es de los tuyos, y además no puede serlo.

Paola Lo Cascio (2020)

Les doy las referencias de la versión ampliada al final de todo.

Confesión: intento controlar mis pasiones negativas; me impongo ponerme siempre “en el lugar del otro”; me exijo prudencia, ecuanimidad y serenidad; tengo muy en cuenta que nadie está libre de errores; sé que la ideología (por decirlo a la manera clásica) orienta (y a veces ofusca) nuestra perspectiva y análisis; intento no precipitarme en mis juicios y valoraciones…En fin, control máximo, no permitir nunca que salga de mí mi peor yo. Pero debo confesarles que, después de lo que estamos viendo y viviendo estos días en .Cat, en el decir, comunicar y hacer de las principales instituciones, organizaciones, portavoces y líderes de opinión del nacional-secesionismo (incluyendo gobierno de la Generalitat, jefes de Waterloo y prolongaciones), mi lejanía y desafección de ese mundo (y sus alrededores) y de sus finalidades básicas es estratosférica. Debe medirse en siglos-luz. El supremacismo, la hispanofobia, la deslealtad, la total falta de autocrítica, la estrategia de acaso y derribo, la dar nota por… dar la nota, el falso criticismo, el lío por el lío de liantes incorregibles felices de haberse conocido, el desmarcarse de todo y en cualquier circunstancia, la mentira y la chulería como principios normativos, el calculado cambio de lenguaje y expresiones (Merçè Vilarubias se ha referido a ello recientemente), la (inadmisible) politización de las muertes, el estilo en el que comunican, su búsqueda permanente de enfrentamiento recubierto ropajes amables y modernos… son absolutamente insoportables, inadmisibles. Ninguna alma decente puede salir indemne. Ahogan. Ni en nuestros peores pesadillas, sabiendo lo que ya sabíamos de todos ellos, podíamos imaginar una cosa así. ¡Menuda peña! Un movimiento de liberación social, decían que eran. ¡Menuda emancipación la suya! Nos quejamos (con mucha razón) del mal argumentar, del abyecto decir, de sus insultos, de la nefasta praxis de la derecha y ultraderecha españolas, pero cuesta mucho ver (¿será porque no existen?) diferencias sustantivas entre aquéllos y éstos.

¿Piensan que exagero y que me he pasado 15 kilómetros? Como botón, una muestra. Joan Canadell, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, uno de los dirigentes destacados de la ANC, ha declarado esta misma semana: “España es paro y muerte; Cataluña, vida y futuro” (https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200422/canadell-espana-paro-muerte-catalunya-vida-futuro-7937160). Uno de sus tuits: “Españoles fijaros en la diferencia de un cierre 2 semanas antes. Hacer caso a @QuimTorraiPla hubiera supuesto parecernos a Grecia, una centena parte de contagios y muerte. Catalunya independiente hubiera salvado miles de vidas…”. Es decir, España nos roba, nos oprime, nos explota, nos encarcela…y ahora nos mata.

¿Cuenta en sus cuentos lo que ha sucedido en las residencias de mayores en Cataluña, dependientes de la Generalitat de Catalunya? ¿O lo que ha pasado en Igualada? ¿O la política sanitaria de destrucción de lo público de la que enorgullecían y pavoneaban Artur Mas, Mas Colell y Boi Ruiz (entre muchos otros)? ¿O…?

Como probablemente diría Rafael Sánchez Ferlosio: ¡No puedo más compañeros, no puedo más!

Los apuntes-notas-interrogantes:

1. Esperancismo. Les recuerdo un aforismo de Sófocles, una aseveración muy del gusto de la joven Simone Weil. “No tengo más que desprecio para el mortal que cobra ánimos de esperanzas vanas”.

¿Qué esperanzas serían vanas en nuestro caso? Pensar que dado que parece que hay un acuerdo generalizado sobre la esencialidad de la sanidad pública; sobre el decisivo papel social de trabajos y trabajadores que hemos precarizado y menospreciado, cuando no despreciado, durante años y años; sobre la importancia “estratégica” de una industria nacional para productos de primera necesidad; sobre la razonable y justa insistencia en pensar siempre en los más desfavorecidos/as; sobre la vindicación de un modo de vida menos consumista, menos “productivista”, más lento, más tranquilo; sobre la urgente redistribución de una riqueza muy desigualmente repartida, etc. etc., creer tras ello que todo nos será dado. Que todo caerá por su propio peso, que no queda otra, que las cosas no pueden seguir igual. Que basta con esperar unas semanas más, cuando la situación se calme un poco, para que todas esas justas vindicaciones sean nuestras. Vana ilusión sería pensar una cosa así. Nada se conseguirá gratuitamente. Todo habrá que pelearlo. Todo. Y la pelea, lo sabemos muy bien, no será fácil.

(Nota al margen: El artículo -”Perspectiva. ¡Vamos hacia la revolución proletaria!”- en el que Weil cita las palabras de Sófocles, se inicia del siguiente modo: “Ha llegado el momento, previsto desde hace tiempo, en que el capitalismo está a punto de ver detenido su desarrollo por límites infranqueables. Sea cual sea la forma en que se interprete el fenómeno de la acumulación, es evidente que capitalismo significa expansión económica y que la expansión capitalista no está lejos del momento en que chocará con los límites mismos de la superficie terrestre”. Es un escrito 1933, Weil tenía entonces 24 años.)

2. Pensiones de expresidentes. Una noticia (¡que debe ser falsa!): Un decreto ley publicado en el DOG el pasado 9 de abril dedicado a dictar un conjunto de medidas para paliar los efectos de la pandemia, incorpora en uno de sus apartados un aumento en la pensión que cobran los ex presidentes catalanes (entre ellos, Jordi Pujol, Artur Mas, Quim Torra, también José Montilla).

Lo comentó el pasado lunes 20 de abril José Luis López Bulla (“Quin Torra tampoco llega a fin de mes” http://lopezbulla.blogspot.com/2020/04/quim-torra-tampoco-llega-fin-de-mes.html), persona seria, sólida y ecuánime donde las haya (¡Hablo de López Bulla, no Torra!). Pero esta vez tiene que estar equivocado. Lo que no puede ser no puede ser. Lo explica así el ex secretario general de las CCOO de Cataluña:

El diligente Quim Torra –seguidor de las enseñanzas de san Agustín–  tiene un sentido agudo de la oportunidad. Aprovechando el momento que le daba la publicación de una serie de medidas económicas para hacer frente a la pandemia del coronavirus el presidente putativo de la Generalitat de Catalunya ha colado un incremento sobre asignaciones temporales y pensiones de los ex presidentes de la Generalitat. Torra dirá que es un aumento muy modesto, el 0,9 por ciento, para unas personas muy necesitadas. Posiblemente como aquella Esperanza Aguirre que manifestó en su día que «no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!».

Ilustre raza fenicia la de los gobernantes de la Generalitat: 240 altos cargos cobran más que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuyos emolumentos son 80.953 euros. Ese Quim Torra es el presidente autonómico mejor pagado: 152.861,54 euros. Calderilla. Política de austeridad. Sueldo para llevar una vida franciscana. Quim Torra, seguidor de aquel obispo de Hipona, Padre de la Iglesia, que dejó sentenciado que «la caridad bien entendida empieza por uno mismo».  

Albert Soler ha incidido en el mismo asunto: “Torra s’assegura el futur” [Torra se asegura el futuro]. https://www.diaridegirona.cat/espanya-internacional/2020/04/19/torra-sassegura-futur/1040046.html. También lo ha hecho Carlos Jiménez Villarejo: “La indecencia de Torra” https://federalistesdesquerres.org/es/2020/04/carlos-jimenez-villarejo-la-indecencia-de-torra/.

Pero insisto: lo que no puede ser, no puede ser… y además es imposible. ¿Qué ejemplo daría el presidente de la principal institución del “país”? ¿Pero no habíamos quedado en que Cataluña era vida, futuro y justicia?

3. Cuentos falsarios. En la rueda de prensa diaria del pasado lunes, Martixell Budó, la portavoz del gobierno catalán, aseguró que la Generalitat hubiera decretado el estado de alarma y el confinamiento de Cataluña 15 días antes de lo que hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que todo habría sido distinto. Menos muertes, menos contagios. Ella, lo dijo así, “estaba segura” de que si Cataluña hubiera sido un Estado independiente la cosa hubiera ido de otro modo.

Veamos: el decreto del ejecutivo español entró en vigor la medianoche del 14 al 15 de marzo. ¿Quince días antes? Efectivamente, el 29 de febrero. ¿Y qué paso ese 29 de febrero? Pues que un sector amplio de la ciudadanía nacional-secesionista (ellos hablaron de unos 200 mil personas) se reunían en Perpignan -una de las ciudades francesas que ha sido eje destacado de propagación del coronavirus- convocados por TorraPuig, por Junts per Cat, el partido del que es miembro la señora Budó, por ANC y otras fuerzas afines. Al acto acudieron, como se recuerda, Carles Puigdemont, la más que exaltada Clara Ponsati, Quim Torra y casi todo el Govern de la Generalitat.

¿Qué nos cuentan en todo? ¿Quiénes fueron los responsables de esa convocatoria el mismo día, según dicen ahora, ellos hubieran decretado “el confinamiento total”?

Imaginemos por un momento que el gobierno español hubiera decretado el estado de alarma la noche del 28 al 29 febrero (lo que ellos ahora pregonan) y que, con ello, se hubiera suspendido la concentración de PuigWaterloo en Perpignan. ¿Qué hubieran dicho del gobierno, de Madrid, del “Estado español”? La respuesta es fácil: que la decisión se había tomado en su contra y que España, incorregiblemente, era un país fascista. Eso de entrada; de salida cualquier cosa.

Por lo demás, si tan seguros estaban de la situación, ¿por qué no presionaron (como han hecho en otras ocasiones) a la directiva del Barça para que el partido del sábado, 7 de abril, de celebrar a puerta cerrada, impidiendo que 70 u 80 mil personas, bien cercanas unas de otras, se reunieran en el Camp Nou?

4. Coraje obrero, consciencia de clase. Veamos y oigamos, es muy breve, una discusión entre Macron y una trabajadora sanitaria sobre la falta de trabajadores y equipos: https://m.youtube.com/watch?feature=emb_title&v=phSUAx8-al0 (subtitulado en castellano, del 9 abril). Se trata de una trabajadora del hospital Bicêtre, público, situado en la banlieu sur-oeste de Paris, en Le Kremlin-Bicêtre, un buen hospital desde el punto de vista de investigación (información del profesor Adrià Casinos).

La grabación publicada por un sindicato de trabajadores médicos muestra la discusión entre el presidente francés y la trabajadora, unos días antes de que Macron reconociera que el país no estaba preparado para la crisis del covid-19. «No hemos compensado por 15 años de recortes de tarifas hospitalarias, tienes razón», admitió. A lo que añadía «no voy a asumir la responsabilidad de todo lo que se hizo antes [de que el político asumió el cargo del presidente]».

Las palabras de la trabajadora:

Lo hacemos porque amamos a las personas. Somos un hospital público. Somos trabajadores sanitarios, somos pobres. Y mañana, podemos ser nosotros que estamos en estas camas. Nos gustaría hacer esto por nosotros y por los demás, pero con la falta de trabajadores, no podemos.

5. Del filosofar, del buen filosofar.

5.1. Del presidente de Espai Marx, Joaquín Miras:

Permitidme una observación no buenista. Hemos vivido en una irrealidad, promovida por nuestra ideología civilizacional, que nos hacía creer que ciertas cosas solo les ocurrían a los negros, los chinos, y los subdesarrollados, y que les ocurrían porque eran más sucios, más ignorantes o más «totalitarios» que nosotros. Lo que se escondía tras esto, que de entrada parecía solo -¡solo!- supremacismo, era el deseo de ocultarnos la verdadera realidad, la fragilidad de la vida. Algo que estaba siempre solo en octavo o noveno plano de consciencia. Como cuando uno veía un accidente de coche y decía, ¡vaya, pobre!, y en todo caso, «una imprudencia».

De ser verdad lo que decía Levy Bruhl, que los primitivos pensaban que la muerte era un accidente, un acto de encantamiento o hechicería, algo excepcional y evitable, pues eso es lo que hemos practicado.

Y esta pandemia nos plantea lo contingente del vivir. Esta es la parte, sana, de la lección a aprender, que me parece que el doctor Corbella (“Perder el miedo al coronavirus”, https://www.lavanguardia.com/ciencia/20200414/48484589680/coronavirus-futuro-desconfinamiento-claves-brotes-contagios-recomendaciones.html) no nos ayuda a recoger. En lo demás, de acuerdo.

Pero es cierto que un día uno se muere, y que eso no es debido a la negligencia de nadie.

5.2. Del médico de familia Antonio Navas (Barcelona, 21.04.2020):

Ningún empacho en publicar este artículo, ningún pero. No se ceba en aspectos particularistas ni nacionales de la gestión. Es obvio que no pretender derrocar ningún gobierno ni sacar rédito para tal o cual fuerza política. Por lo tanto, nihil obstat.

Otra cosa es el exotismo de su reflexión desde un punto de vista occidentalocéntrico. Otra cosa es el problema del sujeto, de ponerle el cascabel al gato, etc. Pero no deberíamos tener suspicacia ante reflexiones como está, que con otras formulaciones están siendo el pan nuestro de cada día en charlas informales de café, entre la gente común, estos días. ¿Podemos ser felices sin salir mucho a la calle? ¿El retornar a placeres domésticos como la gastronomía y otras cosas podría sustituir estándares de consumo previos? ¿Qué papel pueden jugar la música, el cine y la literatura en nuestra felicidad personal? ¿Una vida más introspectiva? ¿Qué vamos a hacer sobre todo en cuanto se levanten las restricciones? Ver a nuestros familiares y amigos, reunirnos. Esta forma de vida, si tienes cierto umbral de vida, te permite hasta ahorrar. ¿Qué hago ahora con ese dinero, para qué lo necesito de verdad, qué me era esencial, qué es lo que realmente querría recuperar? Para los que no tienen cierto umbral de ingresos y advierten cierta nivelación, aunque forzada, en los hábitos diarios que nos hacen un poco más iguales ¿Cómo sentirán sus pasadas angustias cuando todo esto haya sido olvidado?

Yo creo que merece la pena cualquier reflexión desde ya e ininterrumpidamente. Creo que son reflexiones sobre el presente futuro, en ciernes, ese que se nos ha avanzado unos años o unas décadas por intercesión de un virus.

5.3. De Frédéric Lordon (de su artículo “Orientaciones (para un mundo post-pandemia)”):

No hay salud posible con la ansiedad por lo material. La segunda prioridad lógica es la que nos aleja de los fantasmas del futuro y de la servidumbre mental que alimenta las servidumbres políticas. Nadie debe temer más.

Con el trabajo social como determinante, será impensable que temamos por el acceso a todo lo necesario. La sociedad que surja de la prehistoria tiene como objetivo, a través de la organización colectiva a todos los niveles, ofrecer la mayor estabilidad posible a las condiciones materiales de vida de todas las personas.

Nadie debe depender para su vida de un intermediario inestable, autónomo y tiránico, ya sea en forma de «el empleador» o de «el mercado». Por consiguiente, incumbe a la sociedad en su conjunto garantizar a todos, sin condiciones, el acceso a los medios de tranquilidad material determinados socialmente.

Si los medios deben considerarse como un mínimo, el exceso de medios deben estar estrictamente limitados.

La propiedad privada no tendrá más disfrute que el uso. La explotación solo con fines de crecimiento pertenece a la prehistoria. Permanecerá allí como un fósil.

5.4. De Mijail Gorbachov-Rafael Poch de Feliu:

“Lo menos que podrían hacer los dirigentes de las grandes potencias sería recortar el gasto militar para financiar la seguridad humana y colectiva (solo suprimir los planes de rearme de la OTAN brindaría 400.000 millones a los 29 estados miembros en los próximos cuatro años), repensar todo el concepto de seguridad y enfocarlo hacia los retos del siglo: proporcionar alimento, agua, un medio ambiente limpio y asistencia sanitaria”, dice el anciano y ya frágil Mijail Gorbachov. El primer paso hacia una “nueva civilización” podría ser un recorte del 10% o el 15% del gasto militar, ha dicho este ruso universal. Pero no. A lo que se dedican es a incrementar la presión contra el adversario aun a riesgo de convertirlo en enemigo militar. No estamos muy lejos de ese desastre global al lado del cual la actual pandemia sería anecdótica.

6. Renta mínima vital. Según diversos cálculos, el coste de la renta mínima vital de protección de acercará a 5.000 millones de euros. Mucho dinero. La 1/14 parte (aproximadamente) del patrimonio del gran multimillonario español.

Supongamos que fuera el doble: 10 mil millones, menos del 1% del PIB español. ¿Cómo financiarla?

Anton Costas, al que nadie podrá acusar de desinformado o izquierdista, apuntó una solución el pasado domingo en “Lo de ¨Évole”: bastaría mirar, revisar, disminuir, y en algún caso anular, algunas partidas -¡no todas!- de las exenciones fiscales (que, si mi memoria no me falla, alcanzaron en el ejercicio anterior la friolera de 80 mil millones de euros).

No parece, no es, un imposible político-económico.

7. Desde primera línea de resistencia y entrega solidaria. Un testimonio: Nerea, una sanitaria del Hospital de Bellvitge, confirma restricciones para mayores en el acceso al oxígeno: «Tenía 77 años, un infarto y dejamos que ‘se fuera’. https://cronicaglobal.elespanol.com/vida/uci-mayores-cataluna-ancianos_339666_102.html. Hay más en el vídeo (de unos 17 minutos).

Pueden ver también “Entrevista a Alfredo Caro Maldonado: “Miles de mayores han muerto prematuramente en las residencias abandonadas por el sistema». https://rebelion.org/miles-de-mayores-han-muerto-prematuramente-en-las-residencias-abandonadas-por-el-sistema/

8. Para que siga sin habitar el olvido: Quien ha escrito, apoyado, reído, retuiteado o disculpado la abyección e ignominia de la eurodiputada y fanática líder nacional-secesioonista Clara Ponsatí -”De Madrid al cielo”- no merece ni respeto ni consideración alguna de la ciudadanía. Añadamos: tampoco los que han afirmado, directa o indirectamente, que España mata, que Cataluña es vida y España es muerte.

Un regalo del profesor Andrés Martínez Lorca:

¿Qué mejor cosa que escuchar buena música al estar confinados? Esta es mi propuesta para hoy.

Gracias a la ayuda de otros amigos, os envío estos tres regalos musicales: Mozart, Grieg y Verdi en interpretaciones «caseras» obligadas por la pandemia.

(Ya falta menos para que salgan los niños a la calle… y también los adultos).

1. Mozart, Obertura de La boda de Fígaro, por la Orquesta nacional de l’Île de France:

2. Grieg, Suite Holberg, Arctic Philharmonic:

Descanso de 15 minutos.

3. Coro Va pensiero, de Nabucco de Verdi, dedicado a los médicos:

Los enlaces a la versión ampliada:

1. https://slopezarnal.com/notas-apuntes-e-interrogantes-en-tiempos-del-coronavirus-i-1/#more-1103

2. https://slopezarnal.com/notas-apuntes-e-interrogantes-en-tiempos-del-coronavirus-i-2/#more-1106

3. https://slopezarnal.com/notas-apuntes-e-interrogantes-en-tiempos-del-coronavirus-i-3/#more-1108

Cuídense, cuidemos.